A lo largo de su trayectoria pública –sobre todo a partir del sexenio del gobernador Miguel Alemán Velasco, cuando ascendió a la presidencia del CDE del PRI en la víspera de la sucesión gubernamental de 2004–, Adolfo Mota Hernández ha ido sembrando enemigos que ahora estarían por ajustarle el cobro de diversas afrentas y facturas políticas.

En tan solo una década, este joven político de apenas 38 años de edad, ha ido acumulando tantas envidias y enemistades que cada vez cobra más fuerza un movimiento antagónico que bien podría denominarse “Todos Unidos Contra Mota”, el TUCOMO.

Y es que este sábado 11, por ejemplo, reapareció públicamente en Banderilla el exdirector del DIF, exdirigente estatal de la CNOP y ex diputado federal Silvio Lagos Galindo, quien actualmente se desempeña como titular de la Dirección General de Rescate de Espacios Públicos de la nueva Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).

Lagos Galindo, según trascendió, trae un resentimiento personal contra Mota desde que en 2004 el entonces dirigente priista quiso bajar de la candidatura a la diputación local por el distrito de Santiago Tuxtla a Silvio Lagos Martínez, aduciendo que el padre del ahora funcionario federal no levantaba electoralmente.

El encono de Silvio Jr. llegó a tal grado que al inicio del sexenio del gobernador Fidel Herrera, en una gira de la señora Rosa Borunda por el municipio de Nogales, en la región de Orizaba, el entonces director general del DIF le reclamó airadamente al ex dirigente priista que por esas fechas ya despachaba como subsecretario de Desarrollo Educativo y Cultural de la SEV. Según versión de algunos testigos, Lagos Galindo se abstuvo de agarrar a golpes al coatepecano porque éste agachó la cabeza en son de paz.

Por eso no ha sido fortuito que con el pretexto del inicio de la construcción de un paquete de obras que financiará la SEDATU en Banderilla con un monto de casi 8 millones de pesos –una cancha deportiva, un centro de desarrollo comunitario y cuatro calles que serán pavimentadas con concreto hidráulico– este sábado haya reaparecido públicamente Lagos, en cuyo discurso agradeció la presencia de los alcaldes de Naolinco, Rafael Lucio, Acatlán, Úrsulo Galván, Chiconquiaco, Perote, Miahuatlán, Actopan y Cocoatzintla, todos del VIII distrito electoral federal, a los cuales prometió que el trabajo que realizan “en unos meses va a tener resultados prácticos y fehacientes…”

Pero contrario a lo que muchos presuponían, Lagos no vino a promoverse él sino a apuntalar a Ricardo Landa Cano, ex subsecretario de Agricultura, ex presidente del CDE del PRI y ex subsecretario de Gobierno, quien a pesar de no tener actualmente cargo público ocupó un lugar estelar en el templete del evento al lado del funcionario de la SEDATU. Y no sólo eso, sino que trascendió que en la comida privada que posteriormente presidió con los alcaldes y representantes municipales del distrito Xalapa-Rural, Silvio habría “destapado” a Landa Cano como su candidato a la diputación federal, comentando presuntamente también, que por su conducto bajarían en beneficio de sus municipios recursos y apoyos de esta dependencia del Gobierno de la República.

Ese mismo sábado, en las redes sociales comenzaron a circular comentarios de apoyo a Ricardo Landa. En Facebook, uno de los hijos del ex dirigente priista comentó lo siguiente: “En la vida el trabajo, determinación y decisión es lo que te da frutos, y en este momento le informo a mi padre Ricardo Landa Cano que tiene mi apoyo en cuerpo, mente y alma así como espero tener el apoyo de todos ustedes para que sea candidato a Diputado Federal por el Distrito de Xalapa rural (si ya lo invitaron ahora no hay que rajarse)”.

Con su espaldarazo a Landa Cano, Silvio Lagos no sólo habría desplazado prácticamente al delegado estatal de la SEDATU, Pedro Yunes Choperena –cuyas simpatías estarían a favor de su sobrino Eduardo “Tato” Vega Yunes, actual coordinador estatal de las Juntas de Mejoras, quien ya contendió por el PAN en 2012 y ahora aspira a ser postulado por la alianza que encabezará el PRI en 2015–, sino que también ha desconocido de facto la supuesta ventaja que llevaría Adolfo Mota tanto en las encuestas como en la preferencia del gobernador Javier Duarte de Ochoa, que en esta selección de candidatos del partido tricolor pretendería ser el fiel de la balanza como líder nato del priismo veracruzano.

Y es que de Lagos Galindo se sabe no solamente de su rencor hacia Mota Hernández sino también de un supuesto distanciamiento con el gobernador Duarte de Ochoa que dataría desde antes de la sucesión estatal de 2010. Pero el descontrol de sus pasiones políticas y personales ha llevado a Silvio a cometer sendos errores como en los que habría incurrido este fin de semana en Banderilla, donde descuidó las formas y se expuso a ser denunciado legalmente por presuntos delitos electorales.

Por su parte a Mota, en contra del cual han presentado ya dos denuncias formales ante el Instituto Nacional Electoral por su anticipada promoción política, cada vez parece complicársele más el escenario de la elección federal de 2015, pues nadie ignora que el titular de la SEV es visto como un contrincante natural por los futuros aspirantes a la hipotética gubernatura de dos años en 2016, así como por los duartistas y fidelistas que tienen como segunda opción ser nominados a la senaduría en la elección de 2018, en la que por equidad de género legalmente sólo debe postularse a un candidato varón.