Por años, las carreteras veracruzanas se han caracterizado por el abandono y por la escasa inversión para su conservación.

A pesar de que las vías de comunicación son determinantes para el desarrollo de todos los sectores de la economía, es evidente el alto grado de deterioro que presentan y el desinterés con el que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes observa el tema; así parece, que sólo lo observa, porque atenderlo es otra cosa.

Hay regiones de Veracruz en las que las carreteras federales se reducen a terracerías, casi a caminos de herradura; es el caso, por ejemplo, de la vía que comunica a San José Acateno, Puebla, con la región de Martínez de la Torre, Veracruz.

Esa carretera, que comunica a estas dos entidades, estuvo abandonada por años y sexenios. Se hubiera convertido en un camino en desuso de no ser porque se trata de la única ruta que pueden tomar los citricultores de esa región.

Al final, después de años de abandono, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes destinó recursos para rehabilitar la carretera mencionada.

El problema es que la dependencia federal dejó inconclusos los trabajos de rehabilitación.

Quienes transitan por esa vía señalan que ya no se observa maquinaria y tampoco hay trabajadores en el lugar, por lo cual infieren que la obra fue suspendida, cancelada o abandonada.

Lo que no se sabe es qué pasa con la inversión anunciada y el presupuesto asignado; lo evidente es que difícilmente la dependencia continuará con los trabajos, sobre todo porque falta muy poco tiempo para que concluya la presente administración federal.

Para la SCT podría ser sólo un tema burocrático, una más de las obras que se quedarán inconclusas, sólo números; sin embargo, para la gente que tiene la necesidad de circular por ese camino, el lamentable estado de la carpeta genera retrasos; altos costos de consumo de combustible y mantenimiento de las unidades; y problemas para el traslado de los productos locales; algo que evidentemente a la dependencia le importa muy poco.

El paso de Silem por el IMSS

Si en el Ayuntamiento de Xalapa, cuando presidió la Comisión de Agua Potable y Saneamiento, lo llamaban el rey de la aviación, por las personas que tenía incrustadas en nómina y que sólo se presentaban cada quincena a cobrar un cuantioso salario, en la Delegación del IMSS Xalapa, que ahora regentea dizque por un acuerdo cupular del partido gobernante con la Iglesia de la Luz del Mundo, con sede en Guadalajara, al jalisciense Silem García Peña ahora le llaman el rey de la fuerza aérea en este dependencia federal que en Xalapa preside el abogado, también oriundo de Guadalajara, Israel García Íñiguez.

El devoto personaje sigue el mismo esquema que le habría permitido llenar sus arcas personales en la CMAS-Xalapa; a su lado sigue una incondicional, la contadora  María del Carmen Martínez Martínez, a quien Silem tenía como jefa de Recursos Humanos en aquella dependencia y a la que ahora colocó en la Delegación del IMSS, para que corriera a todo el personal que huela a Toño Benítez Lucho.

Silem, quien presume que llegará a regentear esta Delegación federal con la bendición de Morena y probablemente con el aval del coordinador estatal Manuel Ladrón de Guevara, podría quedarse en el camino ante la ola de inconformidades y disgustos que se están generando en esta dependencia que debería estar concentrada en atender la salud de los veracruzanos. @luisromero85