La semana pasada, la poeta cubana Carilda Olivier Labra cumplió 95 años. Nació en Matanzas el 6 de julio de 1922, 21 años después publicó su primer libro y con él inició una carrera literaria que la ha llevado a obtener un número considerable de premios nacionales e internacionales y, sobre todo, a consolidarse como una de las poetas contemporáneas más importantes de la isla.
Es abogada doctorada en Derecho Civil, a lo largo de los años, además de ejercer su profesión incursionó en otros oficios: fue bibliotecaria, profesora de inglés y de artes plásticas (dio clases de dibujo, pintura y escultura), pero sobre todas las cosas, es poeta. A la pregunta de Amaury Pérez ¿usted escogió el camino de la poesía, Carilda, o la poesía la escogió a usted?, hecha en una entrevista para la televisión cubana, respondió:

«Bueno, yo creo que sería presumir mucho por parte mía si digo que yo fui escogida por la poesía. Es presumir mucho. Lo que pasa que de ella no me he podido escapar. He sido muy feliz siendo poeta. No hubiera querido ser nada más.
«Amo mucho la música, la plástica. He intentado y hasta me he graduado de pintura, pero realmente… el ballet, bueno, el teatro, todas las artes, pero, sinceramente, nací poeta.
«Y quiero decirlo porque cuando yo tenía tres o cuatro años, que mi mamá me cantaba canciones, ella me contó, mucho tiempo después, que yo le modificaba las canciones (…)
«Entonces ella dijo: esta niña va a ser poeta y parece que resultó. Claro, la poesía es muy difícil y me parece a mí que, aparte del don que se pueda traer, hay que estudiar y tiene mucho que ver con la técnica y con la inspiración».

Para celebrar su cumpleaños, le he robado algunos versos y con ellos he urdido un soneto

¿Una mentira de la luna?

A la esperanza vuelvo, a la madera
que construyó mis días importantes,
a la extraviada primavera
de antes.
* * *
Verás, amor, verás que no he vivido:
que yo era una mentira de la luna.
* * *
yo quería ser otra, hablar de las estrellas…
(Carilda Olivier Labra)

A la esperanza vuelves, oportuna,
cuando en otros declina la alegría
y perfumas la voz de la poesía
con la sabia madera de tu cuna.
Quieres hablar estrellas y en tribuna
profieres esquirlas de algarabía
que huellan la exclusiva cofradía
de los que no son sueño de la luna.
No eres mentira, eres la que miente
cuando se dice imagen conejuna.
Es terrena tu esencia, tu simiente

florece en la neblina y en la duna.
Eres, poeta, una verdad ardiente
no una mentira que inventó la luna.

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