Como para que ninguno de los partidos políticos considere siquiera la posibilidad de realizar algún mitin de campaña en la Plaza Lerdo y, con ello, evitar un impacto propagandístico entre los partidos de oposición, el denominado dirigente dulce, Antonio Luna Andrade, propietario de la franquicia Partido Cardenista, ha anunciado que durante 90 días se aposentará en las inmediaciones del centro citadino para protestar porque no le cumple sus demandas el gobierno del estado.

La falsedad y atropello con que se conduce este beneficiario de las prerrogativas estatales (ha registrado su organización como partido político estatal ante el Instituto Electoral Veracruzano) no tiene límite. La simulación de sus actos públicos está más que descubierta porque su organización, al igual que el Movimiento de los 400 Pueblos y Antorcha Campesina, se comporta como un grupo de choque para operar lo que yo denomino la represión social contra los movimientos sociales.

Cualquiera con un mínimo conocimiento de las estrategias con que el PRI, a través del Gobierno del Estado, coarta la libertad de expresión y manifestación de los partidos y organizaciones que se le oponen, entiende el papel que el PC (siglas que le quedan demasiado grandes, cuando en el siglo pasado se referían a un partido comunista, aunque ahora solo se refieren a las computadoras personales por sus siglas en inglés) juega como asociación parapriista, sobre todo en un periodo álgido en que pueden organizarse movilizaciones de las colonias y congregaciones xalapeñas contra los candidatos priistas a las diputaciones federales.

Por supuesto, Luna y sus cardenistas emplean un lenguaje aparentemente beligerante en contra de un gobierno, a cuyos representantes organizan en su momento enormes concentraciones para que sus seguidores los consideren como aliados y voten por el partido en el poder.

¿Qué están demandando en un periodo electoral en que las autoridades del INE podrían sancionarlos por realizar actos masivos que terminarán con acuerdos favorables y servirán de apoyo a los priistas? Que el gobierno de Javier Duarte de Ochoa les cumpla una serie de compromisos adquiridos como dotación de terrenos para vivienda, obras y otros beneficios que no llegan pero que tampoco quedan muy claros ni para quienes han sido acarreados para ondear banderolas y gritar consignas.

Porque, en efecto, pese a representar erogaciones extraordinarias que debieran atribuirse como gastos de campaña del PRI, se esconden tras la mascarada de una protesta social cuya intención, en realidad, es cancelar el uso de las calles y las plazas públicas de la ciudad para la manifestación de otras expresiones políticas. Y es que Antonio Luna ha anunciado que unos mil de sus seguidores estarán ahí durante 90 días, es decir, todo el periodo de campañas y el día de la elección inclusive.

El dirigente cardenista acusa que no se han cumplido las minutas firmadas con la Secretaría de Gobierno, que incluyen diversos mecanismos de solución a ‘diferentes problemas que plantea la organización’. Habla de incumplimientos que datan de hace tres años, cuando el gobierno estatal adquirió más de 70 terrenos que lotificarían para beneficiar a sus seguidores, sin que la dirección de Patrimonio del Estado haya hecho nada por aterrizar ese apoyo. ¿Por qué han esperado tanto y se acuerdan justo en esta temporada de álgida actividad política?

Luego mezcla esta demanda con la situación de los cafeticultores afectados por la roya en sus plantaciones, a quienes el gobierno no les ha dado los apoyos prometidos; luego viaja a la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, de la que nunca se ha ocupado, para criticar algo que debió leer temprano en los periódicos: que se pretende instalar cuatro nuevos reactores, mientras que en países de Europa (a donde seguramente viaja con frecuencia) ‘buscan otras alternativas para producir energía eléctrica’.

Y firma su divagante pliego petitorio con la incendiaria excitativa que recupero literalmente:

“En Veracruz quieren dotar de más reactores a la planta de Laguna Verde, por eso fijamos nuestra posición en contra, pues gran parte de la energía eléctrica que produce Laguna Verde se va a otros lados de la República, la información de la disminución del costo de los recibos de luz es mentira, por lo que se deben explorar nuevas formas de producir energía eléctrica limpia”.

¿De qué se trata, don Toño, pues en qué quedamos? Esas hierbas confunden.

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