Luis David Alcaraz Peraza, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que la biorremediación –proceso que usa organismos vivos para remediar un medio ambiente alterado– es una alternativa viable para tratar los desechos mineros en México.  

“Existen otras estrategias para manejarlos que implican movilización de sustratos como coberturas de concreto, pero éstas son más caras y menos amigables con el medio ambiente”, explicó. 

David Alcaraz impartió el 23 de septiembre en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV), la conferencia “Ecología sintética de comunidades bacterianas para la biorremediación”. 

Esta ocurrió dentro del 13 Simposio Interno de Investigación y Docencia, realizado del 23 al 25 de septiembre por el Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca), en el marco de los festejos por su 15 aniversario.  

El investigador compartió que en México 22 millones de hectáreas están dedicadas a actividades de minería, y que en el país trabajan 290 empresas mineras, de las cuales 211 son canadienses.  

Mencionó que la minería es una industria que genera muchos daños medioambientales, ya que encontrar la veta de un mineral y extraerlo es una actividad que causa muchas afectaciones.  

“Cada mina requiere de distintos procesos y la toxicidad de éstos depende del material a extraer; por brindar un ejemplo, para trabajar con oro se ocupa cianuro, que es altamente venenoso”, explicó. 

David Alcaraz relató que actualmente experimenta en laboratorio con las plantas Acacia farnesiana y Baccharis sarothroides para biorremediar el entorno de la mina de Nacozari en Sonora, que extrajo cobre de 1895 a 1949 y lleva 70 años abandonada.  

Mencionó que las bacterias presentes en las raíces de estas plantas ayudan a evitar la propagación de partículas de metales pesados al ambiente, por lo que estudia la forma de colonizar con estas plantas la región donde está ubicada la mina de Nacozari, para solucionar las afectaciones medioambientales que ésta dejó.  

El investigador enunció que cada mina tiene condiciones fisicoquímicas específicas, y que éstas deben ser analizadas a detalle antes de aplicar una estrategia de biorremediación en ellas, lo que abre un gran campo de trabajo para profesionistas como biólogos e ingenieros ambientales.

UV/Carlos Hugo Hermida Rosales