“La reunión de hoy sobre seguridad en Coatepec, la patrocina Juanelo”. Yo

Claro que la sociedad, los veracruzanos, queremos ver algo distinto en el gobierno, todos estamos de acuerdo en que un cambio es necesario para rescatar a nuestro querido estado del muladar en que lo convirtieron los pasados gobiernos, pero por favor no defrauden la confianza que ese gran movimiento social (de regeneración nacional, dice el nombre) depositó en ustedes solo por querer hacer las cosas a su manera, por no entender que hay leyes que respetar y formas que cuidar para que todo salga cuando menos mejor que antes.

Tenemos que volver a recordarles que llegaron al poder gracias a la inercia de la inconformidad social que logró capitalizar en torno a su persona y a su perseverancia un político que se llama Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México, cuyo proyecto político creció como la espuma porque ofreció un cambio en todos los sentidos, pero dentro de la ley. Si eso no lo reconocen, qué pena, hemos estado predicando en el desierto. En realidad, todo se lo deben al político tabasqueño que diseñó un proyecto no para un sexenio sino para mucho tiempo pero si no lo ayudan sirviendo adecuadamente a la sociedad, echarán pronto por la borda todo el trabajo (más de 18 años) de AMLO.

Esto lo decimos porque a casi cien días del gobierno del joven ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, los resultados no los vemos, no se notan ni se perciben, al contrario, da la impresión de que, aparte de la bronca que les heredó el perverso gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, los morenistas se empeñan en hacer las cosas mal (diferentes, dicen ellos) colocado a toda la parentela dentro de la estructura de gobierno, de manera desordenada y arbitraria, lo que llevará al fracaso cualquier política pública que se implemente para el sexenio.

Nos comentaba ayer una funcionaria estatal que los hijos no deben padecer el veto de poder obtener un trabajo en el gobierno porque el padre es funcionario, eso equivale a un castigo injusto. Es verdad, pero una cosa es que necesiten un trabajo para sobrevivir, a lo que tienen legítimo derecho, y otra es que abusando del poder el padre los coloque en cargos para los que no están preparados para desempeñar, o lo peor, en las nóminas de la dependencia que “papi” maneja; eso es un delito y se llama nepotismo, punto.

Los jóvenes desempleados hijos de funcionarios deben tomar conciencia de que una chamba requiere de un perfil académico o de experiencia laboral, no se puede ocupar un cargo de director de una clínica siendo ingeniero, por ejemplo. Y es que, ahora, con motivo del escándalo que se armó en la secretaría del Trabajo, brotaron por todas partes casos de nepotismo en que han incurrido en casi todas las secretarías de despacho, lo que habla de la falta de oficio político de sus titulares, de ignorancia y de las verdaderas intenciones que tienen los morenistas detrás de un movimiento supuestamente de izquierda, que no lo es, el cual tiene como bandera principal el combate a la corrupción, precisamente lo que están haciendo en un porcentaje mucho más alto que en los tiempos del priismo absoluto.

Rafael Acosta, el famoso Zopilote, hermano de Agustín Acosta Lagunes, en el poblado de Paso de Ovejas, cuando don Fernando Gutiérrez Barrios hacía su campaña de proselitismo, lo abordó para vaticinar: usted será el mejor gobernador de Veracruz… usted será el mejor gobernador de Veracruz, no me cabe la menor duda. Entonces, el caballeroso político se detuvo, saludó de mano a Rafael y le preguntó: ¿en qué basa su seguridad?… La respuesta fue muy sencilla: usted no tiene hermanos. Una excelente lección.

Zaida, una aspirante al CDE del PRI

Con motivo de un comentario que hicimos hace unos días en este espacio, con respecto a las aspiraciones de la compañera (compartimos un espacio laboral en la UV) Zaida Lladó, de ocupar la presidencia del CDE del PRI, nos manda un correo conteniendo  una precisión que con mucho gusto publicamos:

“Buen día. Soy Zaida Lladó. Te saludo como siempre con respeto. Sólo para pedirte una aclaración: “yo no tengo cola que me pisen”… fue lo que comenté en medios y a ti te consta que es verdad. Gozo de una jubilación ganada a pulso en la UV. La justa de acuerdo a la categoría académica que ostentaba en el momento (conoces mi trayectoria). Y como en algún momento te comenté, he sostenido a la Fundación Colosio, desde que entré en 2017, con mis recursos.

“Apenas a mediados del año pasado me dieron una mínima ayuda mensual de la que ha salido para pagar mis auxiliares y gastos internos. Yo no soy como algunos o algunas -que existen en todos los partidos- que en política sacan millones de todos lados. Que se acomodan con cualquier gobierno corrupto con tal de no perder sus privilegios. Yo le tengo amor a la política -cuyo sentido es el buen servicio- y respeto a la ciudadanía. Y nunca he fallado a la confianza. Por eso quiero ser factor de cambio en mi partido. No soy perfecta pero tengo valores. Tú me conoces y me has visto actuar por décadas en mis actividades académicas y en mi partido. Te aprecio mucho y valoro tu amistad y la confianza mutua que nos hemos tenido por años lo que me permite hacer esta aclaración respetuosa.

“Te envío mi afecto de siempre”.

Carlos Marín y los calzones

Con su clásico estilo punzante, el periodista Carlos Marín, uno de los críticos más severos de Andrés Manuel López Obrador, habla sobre los abucheos orquestados de Morena, de la siguiente manera:

“Un gobernador por fin, el de Colima, encaró a los reventadores que por unos pesos vienen humillando a los anfitriones del presidente Andrés Manuel López Obrador: “¿Podemos dejar que se desahogue esta parte de lo que parece ser un protocolo en todas las entidades federativas? ¿Le van a seguir o ya terminaron…?”, preguntó a la turba José Ignacio Peralta en el mitin en que se anunciaron apoyos del programa Bienestar. Sonriente, aplomado, seguro de sí, aguantó casi cuatro minutos la rechifla y los insultos que una partida de cobardes amparados en el anonimato le propinó en acatamiento a una miserable consigna impresa en volantes del partido en el poder. En el colmo de la estulticia y aunque reniegue de su engendro, Morena dejó constancia, en un “documento confidencial” de su estrategia puntual y cabalmente acatada para opacar cualquier liderazgo local frente al de su creador, el actual presidente de la República: “Es obligatorio emitir sonidos y gritos de desaprobación”, ordena a los protofascistas camisas moradas. Al anunciarse la aparición de AMLO en los templetes, reza el texto, “es obligatorio apoyar con porras y manifestaciones de alegría” con el grito “¡Es un honor estar con Obrador…!”. Con lo más deplorable del peor PRI en su código genético, la dirigencia del partido presidencial pasa por alto una enseñanza clave del sabio Fidel Velázquez: “Si lo piensas, no lo digas; si lo dices, no lo escribas; si lo escribes, no lo firmes pero, si cometes la pendejada de firmarlo, ¡échate para atrás…!” AMLO a su vez, después de 14 tumultuarias humillaciones a igual número de gobernadores provenientes de partidos opuestos al suyo, se mostró reflexivo: “No deja de haber resentimientos, revanchismo, y hay todavía, en toda la sociedad política, no solo en un partido, no así en el pueblo, infantilismo político en los dirigentes. Es arriba donde hay muchas deformaciones, pero no he notado que sea algo deliberado…”. Sin embargo, fogueado en los templetes, el Presidente sabe muy bien que las mentadas de madre no han sido espontáneas, y que casi todos los agraviados apechugan las descalificaciones por una única razón: pavor ante el empoderamiento de sus seguidores, vividores de su aureola como el más popular opositor a lo que sea que haya sido todo lo anterior a la cacareada cuarta transformación. El gobernador de Colima es el primero que con gran serenidad aguantó vara frente a la chusma de convenencieros detractores. Para la próxima, se le sugiere, bien puede recordar a quienes lo insulten que fueron insuficientes para impedirle llegar al máximo poder estatal, y que acompañar al presidente López Obrador se debe a que la mayoría de los colimenses, en las urnas, votó porque fuera él su gobernador. AMLO, por su parte, está obligado a advertir a sus audiencias que si se comportan como banda contra las autoridades locales dará por concluido el mitin y se retirará…”

Reflexión

¿Sabrán lo que significa la moral los funcionarios morenos, quienes con sus acciones le echan a perder la imagen al góber? Escríbanos  a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas