“Este año ¿han asesinado periodistas?”. Rosario Piedra Ibarra

Una cosa viene con la otra, concatenadas. Si hay violencia se ahuyentan las inversiones y las que hay establecidas mejor huyen y así se va generando desempleo. Ese fenómeno explicado de la forma más simple es el que estamos padeciendo en Veracruz quienes vivimos en esta tierra antes próspera, tranquila y por lo tanto muy productiva.

La incertidumbre que surge cuando la violencia crece ante la comisión de delitos del fuero común o los que se cometen contra los ciudadanos y comerciantes, pulveriza la vida normal de los ciudadanos.

Parece increíble pero entre las familias veracruzanas el dicho ese de que sales de tu hogar al trabajo o a lo que sea pero no sabes si vas a regresar, es cierto: detrás de quien deja su hogar para cumplir con sus obligaciones siempre es despedido con la recomendación “cuídate mucho por favor”.

¿De quién nos tenemos que cuidar?, pues de los delincuentes que pululan por todas partes, de esos sujetos que dedican sus esfuerzos a asaltar, a secuestrar, a extorsionar, a cobrar derecho de piso, a asaltar tiendas, a meterse a nuestros hogares para robar lo que encuentren, esos que parecen ser miles o muchos más que los policías porque no hay fuerza que los detenga, de esos que nos heredaron gobiernos anteriores más los que se han sumado porque ven la impunidad que prevalece por la incapacidad del gobierno actual, más los centroamericanos que nos han llegado, que dicen que van a los Estados Unidos pero que mejor se quedan con nosotros, únicamente a delinquir para sobrevivir porque trabajo no hay, de todos esos tenemos que cuidarnos permanentemente.

Nunca en la historia de la capital del estado habíamos estado como hoy; en Xalapa quedan pocos originarios, la mayor parte de la población ha llegado de otros lugares, unos que emigraron del campo a la “gran ciudad” junto con la entrada en vigor del TLC cuando producir dejó de ser negocio o modo de supervivencia y aquí se agruparon en colonias que hoy son el cinturón de miseria y refugio de maleantes, los alrededores del centro de la ciudad, otros que llegaron huyendo de la violencia del DF, de antes, pero que se encontraron con que la capital de Veracruz iba en picada y aun así decidieron quedarse y comenzar a invadir las principales calles de la ciudad con la plaga del comercio informal, y el resto, quién sabe a qué se dedican, lo sospechamos, pero ahí andan esperando a que alguien que va a un cajero se descuide o a personas que cometen el error de transitar por callejones.

La situación de miseria y actividad delictiva que se vive en la capital del estado es muy lamentable: hoteles que cierran por falta de huéspedes; negocios que bajan sus cortinas por falta de clientes o presencia de criminales que les cobran el derecho de piso, y los que pudieran invertir en algún pequeño negocio no lo hacen ante el temor de ponerse en la mira de la delincuencia.

Muchos egresados de las facultades de la Universidad Veracruzana que andan de choferes de taxi, otros como ayudantes en los pocos despachos que quedan, y la mayoría haciendo antesala en las oficinas del gobierno con la esperanza de encontrar un empleo “de lo que sea” porque se aferran a quedarse en esta triste ciudad.

A diferencia de todas las capitales del resto de los estados de la república, la de Veracruz es la más conflictiva, la más pobre y en la que la delincuencia hace de las suyas porque no hay autoridad que la detenga… Sí, muy triste.

Charo Piedra, una factura de AMLO

María del Rosario Ibarra de la Garza, conocida como Rosario Ibarra de Piedra cuando contrajo nupcias y tras destacar en la lucha por encontrar a los desaparecidos con su exitoso grupo ¡Eureka!, siempre que se le nombra nos hace recordar a don Raúl Colosio, padre de Luis Donaldo, el sacrificado candidato del PRI a la Presidencia de la República quien capitalizó la tragedia convirtiéndose en Senador de la República, y nunca reclamó al gobierno el esclarecimiento del magnicidio en el que perdiera la vida su hijo, un símbolo de la lucha democrática priista.

El padre de doña Rosario Ibarra, según las enciclopedias, fue ingeniero agrónomo egresado de la Escuela Hermanos Escobar de Ciudad Juárez, Chihuahua, y militar en la Revolución mexicana; su esposo fue integrante del Partido Comunista Mexicano y presidente de la Sociedad de Alumnos Socialistas de la Universidad  Autónoma de Nuevo León.

Como dato curioso, el  8 de noviembre de 1972 el yerno de doña Rosario Ibarra, Germán Segovia Escobedo, encabezó el Secuestro del vuelo 705 de Mexicana de Aviación que fue desviado a La Habana.

Su actividad política comenzó en 1973, cuando su hijo Jesús Piedra Ibarra fue acusado de pertenecer a un grupo armado de orientación comunista, la Liga Comunista 23 de Septiembre. Jesús Piedra desapareció en 1974, cuando fue detenido por las autoridades tras el asesinato del policía Guillermo Villarreal Valdez. A partir de entonces, Rosario Ibarra inició un largo peregrinar en las instituciones gubernamentales demandando información acerca del paradero de su hijo, que hasta la fecha no se ha esclarecido. Jesús Piedra es considerado víctima de la desaparición forzada de personas que habría llevado a cabo el gobierno de México en las décadas de 1960 y 1970.

Doña Rosario ha sido incondicional de Andrés Manuel López Obrador, y su lucha o argumento para participar en la vida política del país ha sido siempre la búsqueda de su hijo Jesús Piedra Ibarra, lo que le ha redituado una senaduría y otros cargos de representación popular, hoy la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para su hija Charito, a quien los senadores de Morena por instrucciones de AMLO metieron con calzador incluyendo un cínico fraude electoral, con el que cumplieron las órdenes de quien le salvó la vida a Evo Morales.

Cuando la campaña a la Presidencia de la República de Cuauhtémoc Cárdenas, financiada por Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, para derrotar al priista Carlos Salinas de Gortari, los discursos más incendiarios eran los de doña Rosario Ibarra de Piedra en contra del gobierno asesino que representaba Salinas. Y durante un recorrido por Poza Rica, donde coincidimos con Cárdenas, el candidato al Senado por Veracruz Julio Patiño Rodríguez nos comentó: “si apareciera de momento el hijo de Rosario Ibarra, se le caía el teatrito, ha vivido estos años de la muerte del hijo”.

Protestas por la imposición

Del montón de protestas que circularon ayer por la imposición de la señora Rosario Piedra, rescatamos la de la organización “Reiserta”, la que también condena y reprueba la falta de transparencia en el proceso de votación, en torno a la designación en el Senado de la República de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

“Nos pronunciamos por los procesos democráticos, realizados conforme a derecho y el respeto al carácter autónomo de la CNDH. Reprobamos que en un recinto cuya finalidad es el ejercicio y salvaguarda de la democracia, se den procesos opacos e imposiciones inflexibles de esta naturaleza, aún más, tratándose de un nombramiento coyuntural y esencial en el rumbo de la defensa de los derechos humanos en un país como el nuestro.

“México, un país con casi 30,000 homicidios en lo que va de 2019, más de 40,000 personas desaparecidas; 11,304 denuncias sobre tratos crueles, inhumanos y degradantes; cerca de 2000 denuncias por tortura (INEGI 2018), 460,000 migrantes que buscan llegar a los Estados Unidos (INM, 2019); al menos 11,491 personas víctimas de desplazamiento forzado (CMDPDH, 2018). Estas cifras son el reflejo de una realidad, la realidad de que en nuestro país persiste una violación sistemática de derechos humanos que lastiman profundamente a los grupos más vulnerables, pero que afecta a todos por igual.

“La ONU define a los derechos humanos como aquellos derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna, por el solo hecho de ser humanos.

“A lo largo de la historia, la humanidad ha emprendido fuertes batallas y ha gestado importantes movimientos sociales (no en pocas ocasiones bañados de sangre), en aras de luchar por el pleno ejercicio y la defensa de estos derechos, que con el paso del tiempo han ido evolucionando y generando visiones más complejas de lo que implica su ejercicio, garantía y defensa. Así, han surgido instituciones como la del Ombudsperson, que en su sentido más general se entiende como el «defensor del pueblo», el defensor ante los actos de las autoridades y del poder público que vulnere la dignidad y los derechos humanos. En México, esta función recae, a nivel federal en la Comisión Nacional de Derechos de Humanos y, a nivel local, en las Comisiones Estatales de Derechos Humanos.”

Reflexión

Lo de Evo Morales parece más bien el inicio de un romance con el Canciller Marcelo Ebrard, que una acción de apoyo a un demócrata boliviano al que le cayeron en la maroma y le dieron golpe de estado.

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