De volverse realidad en las urnas panistas el próximo 18 de mayo lo que señalan las encuestas realizadas por Parametría entre el 11 y el 15 de marzo, en que se observa una buena ventaja de Ernesto Cordero sobre Gustavo Madero, habría de entrada dos efectos visibles.

En el ámbito nacional, la emergencia de una dura interlocución opositora con el presidente Enrique Peña Nieto, y en el ámbito estatal, el debilitamiento de la figura de Miguel Ángel Yunes Linares, quien buscaría la candidatura blanquiazul al gobierno estatal.

En efecto, el excandidato gubernamental perdedor en los pasados comicios veracruzanos, quien junto con todo su grupo en la entidad apoyó a Ernesto Cordero para que se hiciera con la candidatura panista a la Presidencia de la República, ganada finalmente por Josefina Vázquez Mota, decidió apostar en esta ocasión por llevarle la contraria mediante el impulso de la reelección de Madero.

No por otro motivo, al mitin celebrado ayer domingo en Puebla, los panistas boqueños, encabezados por el alcalde Miguel Ángel Yunes Márquez, decidieron hacer bola para mostrar un supuesto poderío de la fórmula que encabezan Gustavo Madero y el diputado Ricardo Anaya, en la apertura de su campaña, celebrada en la Plaza de la Victoria, en los Fuertes de Loreto y Guadalupe.

Las reacciones de los dirigentes blanquiazules que apoyan a Ernesto Cordero fueron demoledoras. Lo menos que dijeron es que, justo en el aniversario 20 del asesinato de Luis Donaldo Colosio, este domingo 23 ocurrieron dos mítines priistas: uno, el oficial, en la ciudad de México, y el otro, en Puebla, con Gustavo Madero.

 

Los números favorecen a Cordero

 

Desde el inicio de su campaña por su reelección como dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero arrastra un pesado fardo que puede costarle el triunfo: el Pacto por México.

En efecto, las encuestas realizadas por la empresa Parametría, tanto en viviendas como por la vía telefónica, muestran los estragos que en su imagen política le ha representado el apoyo a las reformas estructurales aprobadas durante el primer año de Enrique Peña Nieto, salvo la oposición a la reforma hacendaria.

Para los panistas representa un enorme valor que su partido actúe como oposición. Sin embargo, al evaluar los últimos meses, los de Madero al frente del blanquiazul, consideraron que el PAN ha actuado más como un partido colaboracionista (56%) que como de oposición (27%).

Otro elemento que consideran importante para definir su voto es la formación académica de los candidatos y, por supuesto, en ese tema la ventaja la lleva el exsecretario de Hacienda y Crédito Público y actual senador con licencia Ernesto Cordero.

El político identificado con el expresidente Felipe Calderón tiene una licenciatura en Actuaria por el ITAM, maestría en Economía por la Universidad de Pensilvania y es candidato a doctor por la misma universidad norteamericana. En cambio, Gustavo Madero solo ostenta la licenciatura en Ciencias de la Comunicación obtenida en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO)… y párele de contar.

 

Muchas opiniones negativas hunden a Madero

 

Parametría hace un reporte que permite ver la opinión efectiva, aquella que resulta de restar la opinión negativa a la positiva, en ambos candidatos. Ahí sale trasquilado Madero.

La suma de Ernesto Cordero en opinión buena y muy buena es de 89 por ciento, mientras que la de Gustavo Madero es de 74 por ciento. Ahí se observa una diferencia de 15% favorable a Cordero. Sin embargo, este último parece que tiene la cara limpia entre los panistas pues solo recibe 1% de opinión mala y cero opinión muy mala, mientras que Madero debe sumar 16% de opinión mala y 3% de muy mala.

Si al 89 por ciento de opinión positiva, Cordero resta una negativa de 1%, queda en 88 por ciento; en tanto, su oponente, el apoyado por Miguel Ángel Yunes Linares, debe restarle 19% negativo a su 74 por ciento positivo, logrando una opinión efectiva de apenas 55 por ciento. Una diferencia de 33 puntos porcentuales.

Como preferencia electoral bruta, Parametría informa que en la encuesta en viviendas la fórmula Ernesto Cordero-Juan Manuel Oliva obtuvo 46%, frente al 36% de la que encabezan Gustavo Madero-Ricardo Anaya. En la encuesta telefónica la diferencia se abisma: 59% para Cordero y 27% para Madero.

 

Un rosario de derrotas persigue a Yunes

 

Como se ve, la incorporación de quien sueña con ir otra vez por la gubernatura de Veracruz desde el PAN no le beneficia a Madero, y una posible derrota de éste le complicará terriblemente la posibilidad a Yunes Linares de asumir la candidatura en 2016.

No sería la primera vez. Su batalla contra los grupos panistas de hueso azul en Veracruz ha estado teñida por el escándalo y por la derrota. La ocasión más próxima cuando fue enviado al octavo lugar en la lista de plurinominales para las diputaciones locales y no pudo llegar a una Legislatura local en que habría sido una verdadera pesadilla para una fracción priista plagada de inexpertos.

Antes, en la selección del candidato panista a la Presidencia de la República le apostó a Ernesto Cordero, quien fue barrido por una Josefina Vázquez Mota que hizo caer al PAN hasta un lejano tercer lugar. Esta incursión había sido precedida por su derrota en los comicios locales en que fue electo el actual gobernador Javier Duarte de Ochoa.

Su mayor oportunidad la habría tenido cuando fungió como secretario general de Gobierno en la administración de Patricio Chirinos Calero, pero obraron en su contra dos hechos significativos:

Primero, quiso comerse el escenario político y renunció al puesto de segundo a bordo (algunos apuestan que era él quien realmente gobernaba Veracruz) para ir a la aventura de los comicios locales como dirigente estatal priista: su entonces partido perdió la mitad de los ayuntamientos, en la peor derrota que se recuerde hasta el momento.

A ello se suma el hecho de que en Los Pinos todavía estaba un Presidente de la República priista, Ernesto Zedillo Ponce de León, quien pese a que había prometido una ‘sana distancia’ con el PRI impuso a Miguel Alemán Velazco. Ambas circunstancias le impidieron optar por la candidatura cuando se le estaban dando las mejores condiciones, es decir, cuando estaba en pleno ejercicio del ‘pinche poder’, según la frase acuñada por su acérrimo enemigo Fidel Herrera Beltrán.

Pero todavía faltan poco menos de dos meses para la elección interna del PAN. En una de esas, hasta gana Gustavo Madero.

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