Antonio L. Portilla Vásquez ha declarado que el trabajo del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), es ciego. (Al Calor Político, 12/08/2019. Nota de: Javier Salas Hernández).

Confeso ya,  de la permisibilidad del desfalco a las arcas públicas de Veracruz, que el Órgano de Fiscalización-ORFIS-, prodigó a los gobiernos anteriores, durante los 7 años al que ha permanecido al frente del órgano, permitió el saqueo de las arcas de los dineros públicos, provocando se incrementara la pobreza económica-moral y social de la población, la inseguridad y la delincuencia, lo que ha sido señalado a nivel internacional, como una de las estafas inauditas de las que se tengan memoria. Miles de millones de pesos fueron malversados, robados, saqueados, durante diez años, entre los que se encuentran los siete largos años que ha administrado Lorenzo Portilla, colaboradoras y colaboradores cercanos, al frente del órgano, encargado de la vigilancia para que no se comentan actos delincuenciales. ¡Pero!, Antonio L. y su séquito, no vieron, no se enteraron, no revisaron, no señalaron,  no se dieron cuenta, omitiendo actuar en su momento, lo cual, por obviedad, denota complicidad, complacencia, delincuencia.

“Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven”.  Escribió el Premio Nobel de Literatura José Saramago, en su obra, Ensayo sobre la ceguera.

Estos hechos de corrupción, han degradado la condición económica del pueblo de Veracruz, empobreciéndolo a extremos inenarrables, afectando la evolución, la calidad y oportunidad de vida, de tiempo de vida, que es irrecuperable.

Hechos ominosos, que deben de ser sancionados, no tolerados, no reelectos, no permitidos, por el pueblo de Veracruz, lo que es responsabilidad de la LXV Legislatura.

1.2 millones de pobres más, en este lapso de siete años, en los que ha estado al frente del ORFIS Antonio L. Portilla Vásquez y colaboradores cercanos. No se dieron cuenta, no se percataron de la depredación que se estaba acometiendo, permanecieron callados, omisos en  silencio cómplice.

El Órgano de Fiscalización, se soporta, con el esfuerzo, la entrega y el compromiso de su estructura laboral, servidores públicos, empleados entregados a sus funciones, asalariados con sueldos precarios, percepciones económicas deplorables que les somete a condiciones de oprobio. Pero, no son ellos los que se prestan a la corrupción, no, son, los que ostentan cargos directivos, los que norman, los que instruyen, los que dan línea, los que acuerdan, los que reciben la indicación directa de quien ejerce la función como auditor general. Acuerdos corruptos, de no tocar en su momento a los intocables, porque entonces, el poder, se les voltea, y con argucias jurídicas, la fuerza del  Estado y el poder político, les retirarían del cargo, entonces callan, indolentes, sumisos, genuflexos, asquerosa, oprobiosamente serviles, dañando los intereses y la dignidad del pueblo de Veracruz,  afectando la moral de la función pública.

En actitud anodina durante los gobiernos anteriores, 7 años de simulación, de quienes debieron vigilar, supervisar, cuidar, regular, señalar en su momento, las irregularidades del desfalco que se realizaba, no lo hicieron, porque son cómplices.

Se le debe de enterar de esto al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de que, quien ha sido cómplice del hurto en Veracruz, porque permitió, fue omiso, y no actúo en su momento, siendo eslabón destacado de la corrupción y el saqueo a Veracruz, pretende se le reelija, a él o a sus cómplices colaboradores cercanos, buscando protegerse.

La pobreza lacera a Veracruz, hay sufrimiento y padecimiento económico, podredumbre social, hambre, miseria, desempleo, deuda, como resultado del saqueo, que no vio Antonio L. y colaboradores cercanos. Desoladora condición de un pueblo, que se hunde en la tragedia, causada por la profunda corrupción, que señala la condición de quienes debieron, ha tiempo, en su momento, actuar, no a toro pasado, promoviéndose, intentando congraciarse con la LXV Legislatura, pretendiendo colocarse vergonzosa, miserable, denigrantemente, la sotana inmaculada de no culpabilidad.

Corrupti sunt.

Sintácticas

De un relato de verano de Manuel Vincent :

En el funeral de Graham Greene, a un lado de los bancos estaba Vivien, su esposa, de 86 años, de la que no se había divorciado. Al otro lado estaba Yvonne, su amante, su mujer, de 60 años, que tampoco se había separado de su marido. En medio estaba Graham Greene dentro del féretro, como siempre…entre el cielo y el infierno.

De Juan Manuel Santos ex presidente de Colombia, en un artículo publicado en El País:

Para lograr la paz se requiere de dos fases. La primera es hacer la paz, hacer las paces, dejar de matarse. La segunda es construir la paz, lograr una verdadera reconciliación, dejar de odiarse. La segunda fase es más difícil y toma mucho más tiempo. Es como construir una catedral: hay que hacerlo con cuidado, ladrillo por ladrillo, hasta lograr el desarme de los espíritus. Sanar las heridas de una guerra, requiere mucha paciencia, perseverancia y resiliencia.

De Salvador Novo, en su obra El tercer Fausto:

No se ama nunca por razones.

Alice Sara Ott. Beethoven. Concierto para piano n° 3. Orquesta Filarmónica de Radio Francia:

https://www.youtube.com/watch?v=PM0HqmptYlY