Luego de la gira de tres días que realizó el presidente Andrés Manuel López Obrador por la zona sur y centro de Veracruz, regresó a la Ciudad de México con un panorama real de lo que está pasando en la entidad con sus representantes, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el equipo de colaboradores que formó, unos recomendados por gente cercana al propio López Obrador y el resto amigos de la infancia de Cuitláhuac, conocidos, cuates del joven gobernante veracruzano que, como hemos podido comprobar, no tienen ni idea de lo que es la tarea de gobernar. Nada mejor que confirmar personalmente lo que nos dicen, debió ser la motivación que tuvo López Obrador para estar en la zonas más “calientes” del estado donde los ciudadanos huyen de las bandas criminales a las que nadie puede contener; el descontento de los transportistas por tantos abusos que se han cometido en contra de sus bolsillos, primero por el panista Miguel Ángel Yunes Linares y, luego, tolerado por Cuitláhuac García, con los mismos corruptos del área del transporte público a los que no ha retirado para poner en sus lugares a gente honrada y, lo más grave, el censo incompleto del programa estrella del presidente, el del Bienestar, así como la falta del pago de programa de Becas, que merecieron regañinas públicas al delegado Manuel Huerta Ladrón de Guevara. Los veracruzanos esperamos que esto tenga consecuencias inmediatas en términos de corregir los graves errores que se están cometiendo. López Obrador ya confirmó lo que le han comentado sobre Veracruz.