Nelson Andrés Losada Rodríguez, estudiante de noveno semestre de la Universidad de la Amazonia en Colombia, realiza una estancia de investigación de cuatro meses en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV), donde desarrolla un proyecto que a futuro le permitirá proponer en su país el establecimiento de un impuesto fiscal de orden ambiental que coadyuve al fortalecimiento de la etapa del postconflicto.

Originario de la localidad de Guadalupe, Nelson Andrés expresó sentirse motivado por emprender esta experiencia que le abrirá un nuevo panorama para aprender de la cultura de México, del estado de Veracruz, y abonar a su trabajo de investigación.

Comentó que la oportunidad de esta estancia surgió en 2018, cuando la Vicerrectoría de su universidad, situada en Florencia, capital del departamento del Caquetá, y en donde estudia la carrera de Contaduría Pública, expidió una convocatoria dirigida a estudiantes de pregrado, posgrado y docentes, para desarrollar proyectos de investigación en instituciones de educación superior (IES) de distintas partes del mundo.

Después de cubrir todos los requisitos y ser aceptado, su tutor le propuso realizar la movilidad en la UV, dado el vínculo académico que mantiene con Yesenia del Carmen Cruz Trejo, investigadora del IIJ y especialista en Gestión Tributaria.

Al referirse a su proyecto de investigación, a manera de preámbulo explicó que a raíz del acuerdo de paz firmado en diciembre de 2016entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno, actualmente se vive una etapa de postconflicto que cuesta al país alrededor de 90 billones de pesos colombianos para enfrentar diversos retos en materia ambiental, económica, social y reparación de víctimas, entre otros rubros.

Por ello, una parte inicial de su trabajo es proponer y establecer un impuesto ya sea de alojamiento, hospedaje o turismo, a fin de emplearlo como una fuente de financiación total o parcial del postconflicto.

“En los acuerdos de paz no hay un punto específico que determine de dónde se obtendrá ese recurso para financiarlo.”

El universitario considera que México es un lugar idóneo para investigar en la materia; sin embargo, también se planteó la posibilidad de analizar la viabilidad de la fiscalidad ambiental, enmarcada en el derecho humano a gozar de un ambiente sano.

Por esa razón, el proyecto ahora se redefine en aras de establecer una coyuntura sobre fiscalidad ambiental de México y Colombia a través de los impuestos verdes.

La pretensión de Losada Rodríguez, quien forma parte de un semillero de investigación en materia tributaria llamado SIGA, es que este trabajo no sólo se plasme en un papel, sino que trascienda y beneficie a su país, a través de un impuesto “llámese del hospedaje, verde, ambiental o extrafiscal”.

Destacó la idea de presentar esta propuesta ante el Congreso de la República de Colombia para hacerlo efectivo.

Actualmente, su actividad en la UV radica en analizar, estudiar e involucrarse con el marco teórico del sistema tributario del país, ver los puntos de vinculación entre lo ambiental, financiero, constitucional, cortes internacionales, y concluir con las leyes fiscales e instrumentos tributarios que arrojen los impuestos verdes.

“Quiero conocer y aprender mucho de México, de su cultura y de sus instrumentos fiscales de tipo ambiental para presentarlos como propuestas en Colombia, a fin de que pueda consolidarse como una tasa, un impuesto que coadyuve en el cuidado hacia el medio ambiente.”

En este contexto, afirmó que la Constitución de ambos países dicta y considera el derecho humano a gozar de un ambiente sano y de calidad, para lo cual se establecen contribuciones e impuestos que desincentivan algunas prácticas o actos nocivos realizados por el hombre y que afectan la naturaleza y el entorno.

Por ejemplo, comentó que durante la etapa del conflicto muchos campesinos fueron despojados de sus tierras y tuvieron que emigrar a las ciudades en condiciones de alta vulnerabilidad.

Es así que uno de esos impuestos estaría destinado a ese sector para que cuiden el campo y zonas naturales.

Narró que en la época de las FARC, la presencia de las guerrillas evitaba la deforestación porque el cúmulo de árboles reducía la posibilidad de registrar su ubicación.

“Ahora que ya no hay guerrillas se ha visto más la tala de árboles en muchas zonas.”

UV/Claudia Peralta Vázquez