Este sábado 17, en la comida regional de Alianza Generacional organizada en el puerto de Veracruz, el senador Héctor Yunes Landa reafirmó públicamente “una alianza real, de siempre y sin fecha de caducidad” con su homólogo y también aspirante a la gubernatura de la entidad, Pepe Yunes Zorrilla, “para sacar a Veracruz de la sala de terapia intensiva en la que nos tienen”, pues lamentó que en pocos años haya “surgido un número impresionante de nuevas familias de pobres y un puñado de nuevos ricos ligados al gobierno del estado”.

Obviamente Yunes Landa se refirió a ese grupúsculo de funcionarios, contratistas y prestanombres que llegaron al gobierno estatal y fueron ampliamente favorecidos en la administración del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán (2004-2010), algunos de los cuales han continuado gozando de los mismos privilegios en el presente sexenio y que ahora, dijo, “obcecados del poder pretenden perpetuarse prendidos de la ubre de un gobierno descalcificado por la succión extrema a la que lo han sometido”.

Pero Héctor Yunes fue circunstancialmente cómplice del principal autor material e intelectual del desastre financiero y de la inseguridad pública que padece Veracruz, pues el ahora senador fue secretario particular de Herrera Beltrán como gobernador electo, luego subsecretario de Gobierno y finalmente líder del Congreso local. Es más, entre sus actuales operadores y patrocinadores para la gubernatura figuran ex funcionarios fidelistas que a la vez eran “constructores”, mismos que también se enriquecieron de manera inexplicable en la pasada administración, e inclusive tiene un compadre que cobró por obras que nunca realizó, entre ellos un puente “fantasma” que fue reportado por la Auditoría Superior de la Federación sin que él reclamara o hiciera nada por reparar el daño.

¿Ignoraba Yunes Landa el saqueo que se dio en la entidad desde la administración del gobernador Miguel Alemán Velasco, en la que también fungió como subsecretario de Gobierno, y en cuyo último año el Congreso del estado aprobó un crédito por 3 mil 500 millones de pesos? ¿Desconocía también la rapacidad que siempre caracterizó a su siguiente jefe, Fidel Herrera, y a la familia del ex gobernante?

El prestigiado periodista Francisco Cruz Jiménez –ex corresponsal de Notimex en Colombia, Texas y Miami, quien recibió en 1997 la Presea Estado de México José María Cos en periodismo–, en su último libro, “Los Juniors del Poder”, aborda en su primer capítulo titulado “Un tipo de cuidado, el ‘Peña chiapaneco” (sobre el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello), el enriquecimiento de Herrera Beltrán en su paso por el gobierno de Veracruz. El también ex editor del diario capitalino El Universal consigna:

“Convencido de los alcances que tiene la farándula en la colectividad, y siguiendo el ejemplo de su homólogo Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco inscribió su nombre en la lista de la ‘política in love’ al hacer público su romance con Anahí Giovanna Puente Portilla –conocida por ser actriz de Televisa y vocalista del desaparecido grupo RBD (…).

“Al lado de las informaciones sobre Anahí aparecieron otras que resaltaban su trabajo; es decir, el pago de favores a quienes lo apoyaron en su candidatura, como la protección a Javier Herrera Borunda, hijo del ex gobernador veracruzano Fidel Herrera Beltrán y de Rosa Margarita Borunda Quevedo, a quienes se atribuye una fortuna cercana a 150 millones de dólares consolidada a su paso por la gubernatura de Veracruz –del 1 de diciembre de 2004 al 30 de noviembre de 2010–, que incluye bienes raíces, una empresa de publicidad, franquicias restauranteras, propiedades en Dubai, Londres, Argentina, Canadá, Veracruz y el Distrito Federal; y, según historias de familia, ‘a la suerte de Fidel’ para ganar la Lotería Nacional.

“Sobre éste, el extinto periodista Miguel Ángel Granados Chapa escribió en agosto de 2005: ‘No le ha ido mal a Fidel Herrera. No sólo ha hecho una notable carrera política, sino que también ha amasado una fortuna (…) Para quien de niño recogía la caña caída de los carros que ingresaban al ingenio cercano a Nopaltepec, donde nació en 1949, salir de ese modo de la pobreza es un magnífico resultado. Por añadidura, como él ha dicho, ‘la Revolución le hizo justicia’ en 1973, cuando casó con Rosa Borunda, cuyo capital suma seis veces más que el de su marido, pues asciende a 127 millones de pesos (…) La vocación de ciertos políticos por bienes inmuebles y joyas se manifiesta en esta danza de los millones, que coexiste con la miseria de muchos veracruzanos…”

Sobre la esposa de Herrera Beltrán, el periodista Cruz Jiménez anotaba en un pie de página: “Nieta del extinto general Rodrigo M. Quevedo Moreno, quien de 1932 a 1936 gobernó Chihuahua, recordado no sólo porque se enriqueció brutalmente, sino por su inclinación al nepotismo, al compadrazgo y la corrupción; en la gubernatura dio empleo a 70 familiares directos y a 11 hermanos que regenteaban clubes nocturnos, comercios, compañías eléctricas en Ciudad Juárez, ranchos ganaderos en el estado y todo cuando les diera la imaginación.”

¿De qué se espanta ahora Yunes Landa, quien ha convocado a sus seguidores y a los del otro senador, Pepe Yunes Zorrilla, a cerrarles “el paso a quienes ven a Veracruz como un botín político, pero sobre todo económico”? Sin embargo, hasta ahora, ellos tampoco han hecho nada desde el Congreso de la Unión para frenar y sancionar el saqueo que denuncian.