Tras haberse iniciado en el rock y en los ritmos brasileños y afrocubanos, Javier se fue con su música a otra parte:

 

Del hot dog al poc chuc

Posteriormente salí de la Ciudad de México, me fui un año a Mérida. Ahí realmente no hice nada de música porque mi papá no quería que yo me dedicara a eso, de hecho me corrió de la casa porque yo quería dedicarme a la música y él me dijo que no, que no quería ningún mariachi en la familia, entonces, buscando un lugar donde hubiera antropología y música, fue que llegué a Xalapa, porque tenía que estudiar otra carrera.

De los jardines dormidos, mi serenata, cuelga en la percusión

Llegué a Xalapa en 74 o 75, no recuerdo bien, y los primeros grupos que vi fueron la sinfónica y el Orbis Tertius, que en esa época traía un percusionista al que le decían el Güiro, se llamaba Germán, pero no recuerdo el apellido. Vi al grupo, por primera vez, en Ingeniería; estaban Lucio Sánchez, Humberto León, Memo Cuevas, Rodolfo Rodríguez en la batería y este percusionista, el Güiro que, por cierto, llevaba unos meses de estar tocando con Orbis y no le habían pagado; se acumularon varias quincenas y el día que cobró su primer sueldo compró un vochito y tuvo un accidente, en el que no iba manejando porque compró el carro sin saber manejar, y en ese accidente se mató.

Lucio Sánchez Band: Helio García, Ponchito Martínez (+), Lucio Sánchez, Javier Cabrera, Sergio Martínez (+), Jorge Mabarak
Lucio Sánchez Band: Helio García, Ponchito Martínez (+), Lucio Sánchez, Javier Cabrera, Sergio Martínez (+), Jorge Mabarak

A la llegada a Xalapa, lo primero que hice fue inscribirme a la Facultad de Música, ahí estuve 4 años y me quedé a la deriva porque a mi maestro “se le fue el avión”; era un percusionista de la sinfónica, excelente músico, pero también de ahí lo corrieron por el problema psiquiátrico que tuvo. Después dejó totalmente las percusiones y se dedicó al saxofón; actualmente creo que toca con la Banda del Estado, o por ahí anda; era un músico maravilloso y muy buen maestro. Cuando salió de la facultad, otro músico de la sinfónica, de la sección de violas, fue el que empezó a dar clases porque traía la tradición de la marimba guatemalteca y se quedó de maestro, pero no era lo mismo; yo tomé muy pocas clases con él. Yo empecé a dar clases a la gente de primer ingreso pero me quedé solo porque mucha gente se salió y al rato dejé la escuela.

 

Batería, aunque me vaya a la antropología, nunca te olvides, sigues siendo mía

Un año y medio o dos años después de inscribirme en música, pensé: “un día de estos, mi papá va a descubrir que no estoy estudiando otra carrera y va a haber problemas serios”, entonces me inscribí en otra carrera que, además, me gustaba, la antropología; llevaba dos carreras y, al dejar música, pues me dediqué de lleno a la antropología. Pero yo ya estaba enroladísimo en la música, ya había empezado a trabajar con la universidad, donde empecé a cotizar en 1989, pero ya tenía como dos o tres años trabajando ahí; hacía mis pininos con Orbis y en esa época teníamos una banda que se llamaba Camaleón, con Picos (Sergio Martínez), Gilberto, Nayo, Lucio y León, era una banda de jazz latino.

Mefistófel: Javier Cabrera, Franco Bonzagni, Alci Rebolledo, Lucio Sánchez, Marcelo Dufrane
Mefistófel: Javier Cabrera, Franco Bonzagni, Alci Rebolledo, Lucio Sánchez, Marcelo Dufrane

En ese tiempo abrieron un lugar por Xallitic que se llamaba La Puerta del Sol y ahí nos juntábamos a tocar en las noches con Alci, León, Lucio, Adolfo y varios más y armábamos las jam, esto fue antes de Sapos y los otros clubes de jazz que se hicieron después. Luego toqué en otro grupo que se llamaba Mefistófel, con Franco, Lucio, Alci y Marcelo Dufrane.

Jazz con clase

Uno de los primeros maestros de melodía y armonía de jazz que hubo aquí fue Franco Bonzagni; años después llegaría Alejandro Corona que tuvo un taller de jazz en la Facultad de Música, un taller abierto en el que no cobraba un peso. Otro de los maestros que trajo un enfoque de educación teórica y armonía de jazz fue Carlos Tercero, otro músico de la Ciudad de México que pasó por aquí. Esos tres fueron los que iniciaron la educación musical enfocada al jazz, con una visión más académica.

A mano limpia

En todo ese tiempo hice otras cosas: estuve como nueve años en danza contemporánea con Rossana Filomarino y después estuve dos años con la sinfónica porque habían sacado a mi maestro y me llamaban de refuerzo. Ya estaba casi enfocado a la sinfónica, cuando llegó Taumbú. Cuando conocí la percusión de mano se me botó el cerebro y hasta dejé de tocar un poco batería para enfocarme más a la percusión; eso fue a principios de los ochenta, desde esa época yo ya participaba con Orbis, no de base, pero sí de invitado; a veces en la batería, a veces en la percusión. Cuando salió Adolfo Álvarez ya entré de base y estuve ahí hasta que se vino el proyecto Jarocho y me fui comisionado a ese proyecto.

Espectáculo “Jarocho”
Espectáculo “Jarocho”

(Continuará)




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