A Miguel Ángel Yunes Linares le han agarrado las prisas. Ya tiene a su vástago en campaña [eso de precampaña es solo un término legal], y se ha dado cuenta de que no ha hecho nada que pueda tomar el heredero para armar un discurso que agarre desprevenidos a algunos veracruzanos, a quienes meta la idea de que la continuidad de los Yunes azules en el gobierno estatal es lo mejor.

A latigazos publicitarios es muy difícil que lo logre. Aunque ha habido sed de venganza en varios sectores de la población, que quieren ver a duartistas en el bote, lo cierto es que ya no es suficiente. Ya estuvo bueno de tanto show, ahora quieren carreteras, mejores calles, que funcionen los hospitales, que las escuelas tengan instalaciones en buenas condiciones y con toda la plantilla docente, que realmente funcionen las instituciones y no solo un político solitario buscando atraer cada día los reflectores.

Y en esa loca carrera, no solo da inicio a la reconstrucción de la autopista Xalapa-Coatepec cinco meses después de haber dado ‘el banderazo de inicio’, como antes priorizó la conclusión del libramiento de Cardel, sino hace barrabasadas como inaugurar en Tantoyuca, en la comunidad de Moralillo Galera, un sistema de agua, cuando la obra no está concluida., porque no cuenta con electricidad para el bombeo ni tiene autorización de Conagua para extraer el líquido, afectando a más de 9 mil habitantes de 19 comunidades.

El bullicio mediático cobró fuerza momentánea y agarró de tontos al resto de los veracruzanos, pero no a los supuestos beneficiarios, quienes exigieron al góber nervioso que no los agarre como objetos de burla.

Y es que todo parece indicar que, luego de que va el hijo elegido por el amoroso padre para que busque sucederlo, va el señor de las promesas a levantar polvo (paralelamente van los despenseros de la Sedesol local) para atraer simpatías que, como en ese caso, se convierten en verdaderos fraudes.

 

POLVO DE GIS

Olvidan a Mono Blanco. Así estarán las cosas en la cultura oficial de Veracruz que, además de despidos, persecuciones laborales y ofensas gravísimas contra los despedidos, no suena absolutamente nada bueno. El próximo 30 de octubre, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, se rendirá homenaje nacional al grupo jarocho Mono Blanco, por sus 40 años de vida. De entrada, el alcalde boqueño ha anunciado que, “por razones de agenda”, no participará la Orquesta Filarmónica de Boca del Río; por fortuna, quienes sí saben apreciar en la capital del país la cultura de Veracruz van a suplir de mejor manera este desplante: el compositor y director sonorense Arturo Márquez, creador de obras sinfónicas inspiradas en el danzón, ha aceptado participar y dirigir a la Filarmónica de la Ciudad de México. Además, participará el Ballet Folklórico de México, de Amalia Hernández, y el Cuarteto de Saxofones Anacrúsax. ¿Quiénes apoyan este homenaje? La Secretaría de Cultura federal, el INBA y la Secretaría de Cultura de la CDMX. ¿Y el IVEC? Anda buscando a quiénes despedir, por órdenes de MAYL.

En campaña con sus hijos

Para el gobernador, cada día que pasa es importantísimo, políticamente. Para que vean cómo el magro presupuesto estatal se destina a favorecer a los críos, basta con ver cómo se destinan cientos de millones de pesos al único punto que le interesa a los azules: la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río.

Quiere que la inversión pública florezca en donde gobierna el hijo que eligió para que lo suceda en el cargo, y ha añadido el Puerto de Veracruz, donde hace tiempo que placea al más pequeño, el senador con licencia que ganó los comicios para alcalde gracias a la magia electoral del padre y a los dineros públicos.

Lo más cercano ha sido el 4 de octubre cuando anunció la remodelación del bulevar Manuel Ávila Camacho, 10 kilómetros que corren de uno a otro municipio conurbado donde han establecido los Yunes azules su cabeza de playa, donde se invertirán ¡150 millones de pesos!, una obra suntuosa, no necesaria, sobre todo cuando su gobierno se empecina en repetir que no hay dinero y abundan necesidades más apremiantes en cientos de comunidades y ciudades medias del estado.

Según Yunes Linares, esta obra de una insultante factura, con siete plazas y un corredor para actividades recreativas, culturales y deportivas, creará nuevos empleos. En el colmo del cinismo, el lunes 8, al dar banderazo de inicio a la obra, insistió en que dicho proyecto “está atrayendo” casi mil millones de pesos en inversión privada.

Pero, ¿qué cree? Se refirió a la construcción de dos hoteles y uno de ellos, el que se levanta en el terreno que antes ocupó el hotel Villa del Mar (frente al balneario del mismo nombre), con una inversión de casi 400 millones de pesos, ya casi se pone en operación porque se empezó a construir antes de que balbuceara su primer discurso como gobernador, y no como consecuencia de su anuncio de la reconstrucción del bulevar porteño.

¿Qué hacer con el resto de la entidad? Vanagloriarse de obras federales y de inversiones privadas. Toda la semana pasada ha estado echándose porras por la construcción de la autopista Tuxpan-Tampico, que se conecta con la que ya se construye de Laguna Verde a Nautla y de Nautla a Papantla, que permitirán comunicar todo Veracruz de norte a sur, con una autopista de altas especificaciones. El detalle es que todo ello es pura inversión privada, conjuntamente con el gobierno federal.

Antes, hizo verdaderos shows para anunciar –conmovido casi hasta el llanto–inversiones privadas que atribuyó como producto de sus personalísimas gestiones, y que aterrizarían en Coatzacoalcos, decretado por el gobierno de Enrique Peña Nieto como Zona Económica Especial (ZEE). Nada que ver, solo una inversión en firme, lograda por el gobierno federal, y otras tantas cartas de intención en que él nunca estuvo involucrado.

En Tapachula, el 28 de septiembre pasado, Peña Nieto dijo que su gobierno espera recibir una inversión de 5 mil 300 millones de dólares, que generará unos 12 mil empleos en los siguientes dos y tres años, gracias a las nuevas ZEE de Puerto Chiapas, Chiapas; Lázaro Cárdenas, Michoacán, y Coatzacoalcos, Veracruz.

El polígono de la ZEE en el sur del estado considera nueve municipios: Coatzacoalcos, Nanchital, Ixhuatlán, Minatitlán, Cosoleacaque, Oteapan, Chinameca, Jáltipan y Zaragoza, donde habitan más de 730 mil habitantes y una superficie neta de 8 mil 263 hectáreas.

¿Para qué tanto brinco estando el piso tan parejo?

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