El domingo anterior y con las distinguidas ausencias de Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle, el gobernador Cuitláhuac García dio un mensaje alusivo a su sexto y último informe de gobierno. Pero esta vez la novedad fue que quienes informaron fueron los miembros de su gabinete.
En el evento celebrado en el Auditorio “Benito Juárez” del puerto de Veracruz, el único diez del sexenio fue para el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, que hizo lo que no hicieron sus pares en los gobiernos de Fidel, Javier y Miguel Ángel: reducir en un 25 por ciento la deuda y dejar 10 mil millones de pesos a la siguiente administración en las arcas estatales.
Los demás obtuvieron calificaciones de seis para abajo.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, fue el encargado de contar crueles chistes de humor negro como cuando afirmó que Veracruz es el estado más seguro de la República. Y que se redujeron en un 91 por ciento los secuestros, en un 51.9 los homicidios dolosos y en 55 por ciento los feminicidios.
En su turno el gobernador dijo: “Quienes luchamos por cambiar el mal gobierno denunciando la corrupción y exigiendo justicia para nuestro pueblo, sabíamos que algún día habíamos de triunfar. ¡Lo hemos logrado!”.
Ora pues.
Como ya se va, ni para qué discutir.
Pero cuando agregó: “No me despido, nos seguiremos viendo porque estaremos acelerando la transformación en los meses que nos quedan”, sacó de su modorra a los 4 mil 500 asistentes al Benito Juárez.
Y luego los confundió al indicar que el del domingo no fue “el informe formal de este año porque aún no acaba. Ese lo he de entregar, como la Constitución local me obliga, el 15 de noviembre ante el Congreso. Sin embargo, los tiempos se aceleran”.
A ver, a ver, a ver. Si no se va a largar en unas semanas, para qué rayos y con qué fin armó el barullo del domingo que mínimo le costó 10 millones de pesos al erario veracruzano. Hubiera salido más económico soltar ese choro el 15 de noviembre después de entregar el informe.
Si va a entregar el informe hasta dentro de dos meses y medio, quiere decir que seguirá como gobernador y no tomará posesión de la Dirección General de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) el 1 de octubre, día en que asumirá la presidencia Claudia Sheinbaum y le tomará la protesta de ley a su gabinete legal y ampliado.
Si lo único que le falta es entregar el texto del informe como lo marca la Constitución, ¿por qué no deja que eso lo haga un ujier?
Si como él mismo dice, los tiempos se aceleran, debería acelerar su renuncia porque puede estar pecando de pazguato
Y es que para el 15 de noviembre su guía, protector y defensor Andrés Manuel López Obrador, estará cumpliendo 45 días como expresidente. Y puede que para cuando Cuitláhuac se le apersone a Claudia con la intención de ocupar la CONUEE, ésta le diga: “Ah, es para lo de tu nombramiento ¿verdad? Mira, habla por favor con mi secretaria y dile de mi parte que te agende una cita para el 30 de septiembre del 2030 tempranito en la mañana. De momento no puedo atenderte porque estoy muy ocupada”.
¿Será capaz la presidenta?
Como puede que sí, puede que no. Nada como esperar para saberlo porque todo cabe dentro de la Ley de Probabilidades.
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