El sistema rastrea la oscilación de las ondas cerebrales y emite un sonido que hace que la mayoría de las personas consiga conciliar el sueño el doble de rápido
La empresa norteamericana Elemind ha sacado a la venta esta semana una cinta para la cabeza que detecta y modifica las ondas cerebrales para inducir el sueño. El sistema, dicen sus creadores, no solo vale para combatir el insomnio. Ya se ha realizado un ensayo clínico para probar su capacidad de aumentar el umbral del dolor en pacientes sometidos a sedación y se está estudiando para mejorar trastornos de la memoria y los deterioros cognitivos leves.
Según Elemind, su cinta para la cabeza rastrea la oscilación de las ondas cerebrales usando unos sensores de electroencefalografía (EEG). El sistema luego emite una serie de sonidos que se transmiten por conducción ósea y que pueden influir en esas oscilaciones induciendo el sueño. La compañía ya ha empezado a recibir los primeros pedidos del dispositivo que aún está en fase de beta. Su precio es de 349 dólares (unos 322 euros) y se espera que esté ya disponible para todo el mundo a finales de este año.
“Para mí, corta mi rumiación y acalla mi pensamiento. Es como la cancelación del ruido para el cerebro”, dice Meredith Perry, cofundadora y directora general de Elemind. Ya hay otros dispositivos similares a la venta como Muse que también es capaz de monitorizar las ondas cerebrales para que sus usuarios sean conscientes de sus patrones alfa y puedan modificarlos. Sin embargo, la cinta de Elemind parece ser el primer dispositivo que utiliza el sonido para influir directamente en las ondas cerebrales del usuario.
Cómo funciona
La clave del dispositivo está en el control del estado del cerebro mediante la modificación de sus ondas alfa. Como apunta IEEE Spectrum, cuando cerramos los ojos y descansamos sin dormirnos, producimos ondas alfa a unos 10 hercios, pero según nos vamos quedando fritos aparecen las ondas theta, a unos 5 Hz. En el sueño profundo, sin embargo, aparecen las ondas delta a 1 Hz, aproximadamente.
La cinta lleva incorporados múltiples electrodos de EEG, un procesador, un acelerómetro de tres ejes y una batería recargable de polímero de litio. También lleva una serie de componentes electrónicos que recogen las señales eléctricas del cerebro, estiman su fase y emiten ruido rosa (el ruido blanco sin las frecuencias más altas) a través de un altavoz de conducción ósea.
“En cuanto te pones la cinta, el sistema EEG se pone en marcha. Utiliza un sencillo procesamiento de la señal con filtrado de paso de banda para aislar la actividad en el rango de frecuencias de 8 a 12 Hz, la banda alfa”, explica, Ryan Neely, vicepresidente de ciencia e investigación de Elemind. ”A continuación nuestro algoritmo examina la señal filtrada para identificar la fase de cada oscilación y determina cuándo generar ráfagas de ruido rosa.”
Según Neely, este sonido crea ondulaciones en las ondas procedentes del cerebro. El sistema de creado por Elemind intenta alinear estas ondulaciones con la fase más baja de la onda alfa (depresión), que es el punto en el que el cerebro está más excitable.
“Se puede pensar en el ritmo alfa como una puerta de comunicación entre diferentes áreas del cerebro”, dice Neely. “Al interferir en esa comunicación, en esa coordinación entre distintas áreas cerebrales, puedes alterar patrones, como las cavilaciones que te mantienen despierto”. Con estas ondas alfa suprimidas, asegura, las oscilaciones más lentas, como las ondas theta del sueño ligero, toman el relevo.
Arreglar el sueño y mucho más
Meredith Perry asegura que en los ensayos clínicos realizados, el 76% de los sujetos se consiguió dormir más rápidamente, en concreto tardaron un 48% menos de media en pasar de despiertos a dormidos. El éxito de estas pruebas ha animado a la compañía a ir un paso más allá y ya planean añadir otro algoritmo que aborde las ondas delta, las ondas de baja frecuencia de 0,5 a 2 Hz típicas del sueño profundo. Amplificar este patrón, dicen, puede mejorar la calidad del sueño.
En cualquier caso, el sistema es seguro, dice Neely, porque la estimulación auditiva es autolimitada. “Tus ondas cerebrales tienen un espacio natural que pueden ocupar”, explica, “y esta estimulación se limitó a moverlas dentro de ese espacio natural, a diferencia de la estimulación cerebral profunda, que puede mover la actividad cerebral fuera de los parámetros naturales”.
Además, Elemind ya ha terminado unos nuevos ensayos clínicos que quieren demostrar su capacidad para aumentar el umbral del dolor de sujetos sometidos a sedación y hacerla más eficiente. Lo han hecho junto con investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad McGill, ambas en Estados Unidos, y ahora están a la espera de la revisión por pares de un nuevo artículo en el que cuentan sus resultados
La compañía también está trabajando con otro equipo de investigadores de McGill y del Instituto del Cerebro de Lovaina, en Bélgica, para ver si la tecnología puede mejorar la consolidación de la memoria en el sueño profundo y la posible mejora del deterioro cognitivo leve y otros trastornos de la memoria.
“La estimulación alfa inversa [potenciando la señal en lugar de suprimirla] podría aumentar la excitación”, afirma Neely. “Es algo que me encantaría investigar. Y sería interesante estudiar el tratamiento de la salud mental, porque el acoplamiento de fases entre las distintas regiones cerebrales parece ser un factor importante en los trastornos de depresión y ansiedad”.
elconfidencial.com
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