En 2006, por muchísimo menos de lo que ahora ocurre, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tenía elementos para anular la elección presidencial por la intromisión de Vicente Fox, el primer presidente de la República surgido de la oposición. Sin embargo, la última instancia jurisdiccional evitó llegar a ese extremo, aunque dejó testimonio escrito de los excesos del mandatario panista.
El domingo 1 de julio de 2007, al leer las conclusiones preliminares del Foro Nacional de Testimonios del Fraude Electoral, realizado a convocatoria de la Convención Nacional Democrática dos días antes en el Club de Periodistas de la Ciudad de México, la escritora Elena Poniatowska recriminó, ante el Zócalo capitalino repleto, que la intervención de Fox en esas elecciones constituyó “una verdadera traición a la democracia”.
En su discurso, titulado Sin memoria no hay democracia, Poniatowska reseñó en aquella ocasión que “la ruta de la elección de Estado y el fraude electoral de 2006 tienen su origen en la decisión de los poderes fácticos de evitar a cualquier costo la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Del Paraje San Juan al predio El Encino, se llegó al proceso del desafuero con la abierta intención de sacar de la contienda presidencial al ex jefe de Gobierno capitalino”.
Continuó: “La fase operativa del fraude se inició con la designación de los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE). En ese momento, se selló una alianza mafiosa entre el partido de la derecha y la cacique magisterial Elba Esther Gordillo. Por eso fueron nombrados Luis Carlos Ugalde y los demás consejeros que sembraron de triquiñuelas la ruta de todo el proceso comicial. Los consejeros electorales, bajo el falaz argumento de carecer de facultades, avalaron en los hechos la guerra sucia desatada por el Partido Acción Nacional y organismos empresariales.
“El artículo 38 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), que prohíbe expresamente la difamación y la calumnia, se convirtió en letra muerta. Pese a los siempre tardíos fallos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los spots que incitaban al odio y provocaban el miedo irracional al cambio no fueron retirados hasta que sus efectos hicieron mella en el ánimo de los televidentes, radioescuchas y público en general.
“Mientras tanto, las mesas directivas de casilla fueron literalmente secuestradas por el membrete partidario denominado Partido Nueva Alianza, el Panal, y por las huestes del corporativismo magisterial. Este secuestro pudo hacerse por la decisión del IFE de cambiar el método que escoge a los ciudadanos que fungen como presidentes, secretarios o escrutadores de las casillas. Se inventó el llamado ‘sistema ancla’, consistente en seleccionar de entre los sorteados al ciudadano de mayor escolaridad para ser la base o ‘ancla’ para escoger a los otros cinco funcionarios de casilla. En la absoluta mayoría de los casos el famoso ‘ciudadano ancla’ resultó ser un afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE.
“La participación de Vicente Fox durante el proceso electoral es una verdadera traición a la democracia. Con recursos públicos, sufragó una campaña mediática de mil 700 millones de pesos para proclamar los supuestos éxitos de su sexenio. Utilizó los tiempos fiscales y los del Estado en los medios masivos de comunicación para su autoelogio.
“La guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador se engrosó con las ilegales y multimillonarias campañas de espots de empresas privadas y organismos empresariales. Entre mayo y junio de 2006, el Consejo Coordinador Empresarial contrató promocionales por más de 136 millones de pesos; Jumex, por 13 millones; la inexistente asociación ‘Ármate de Valor’, por 30 millones, y la empresa Sabritas, con más de 16 millones de pesos.
“El 2 de julio, día de la elección, está suficientemente documentada la compra y coacción del voto en zonas de alto grado de marginación urbana y rural. Sí, es verdad que la elección la hicimos todos, es verdad, pero el fraude lo hicieron unos cuantos abusivos y tramposos.
“López Obrador ganó voto por voto.
“El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y los cómputos distritales fueron actos mediáticos. Sus resultados siempre fueron manipulados para crear la falsa percepción de una ventaja del candidato de la derecha, como ha sido revelado por estudios de especialistas en estadística y otros científicos, además de las miles de evidencias recabadas en los estados.
“Ante los resultados inverosímiles, millones de mexicanos coincidieron en el pedido de un conteo público de todos los votos emitidos. En el recuento parcial ordenado por el Tribunal Electoral se recuperaron un promedio de 1.8 votos por casilla en favor de Andrés Manuel López Obrador. Si tomamos en cuenta que la diferencia entre el primero y el segundo lugar es de 0.8 votos por casilla, según los cómputos oficiales, entendemos perfectamente la razón de la sistemática negativa al recuento voto por voto y casilla por casilla. Esta negativa se reduce a un solo motivo: López Obrador ganó voto a voto la elección presidencial de 2006.
“El Tribunal Electoral falló en su cometido de velar por la legalidad y la justicia. Después de admitir que efectivamente se presentaron hechos y conductas incompatibles con los principios de equidad, objetividad y certeza en materia electoral, arguyó que tales conductas y hechos no fueron determinantes para el resultado.
“Los asistentes al foro nacional consideramos necesario que la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista se opongan terminantemente a la destrucción de las boletas electorales de 2006, y exigimos que se reconozca su carácter de documentos públicos.
“Esta historia no ha terminado de escribirse: el memorial que se ha recolectado en el foro nacional Testimonios del Fraude Electoral, es vasto, muy vasto, y documenta las razones de un movimiento que no han podido vencer, que no podrán derrotar. El esfuerzo por recopilar datos, pruebas y más testimonios sigue abierto. Contra el olvido que pregonan los defraudadores, opongamos el ejercicio crítico de la memoria tejida con los hilos inquebrantables de la esperanza. Andrés Manuel López Obrador es nuestra esperanza.”
Pero hoy, 18 años después, paradójicamente la víctima de aquél supuesto fraude electoral se transformó en el victimario que tiene en vilo a la inmadura democracia mexicana, ya que no sólo ha abusado de su tribuna mañanera de Palacio Nacional para arremeter en contra de sus críticos y opositores, sino que intentó descarrilar la candidatura de Xóchitl Gálvez, a la que difamó impunemente, y además ha ido cooptando e inclusive estrangulando financieramente y cercenando al INE y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que está incompleto, ya que hasta ahora, a menos de cuatro meses de los comicios, la mayoría de Morena y sus aliados en el Senado no han designado aún las dos magistraturas que siguen pendientes en la Sala Superior del TEPJF así como cinco en las salas regionales, entre ellas una de la tercera circunscripción con sede en Xalapa.
Y, por si fuera poco, ayer, el presidente López Obrador reconoció abiertamente que el polémico paquete de 20 reformas, la mayoría constitucionales, que presentó este lunes fue porque vienen las elecciones el próximo 2 de julio, que definirán, dijo, no solo a un candidato o partido sino también un proyecto de nación.
“(Se presentaron) porque hasta ahora se dieron las condiciones y además porque vienen las elecciones y el pueblo va a decidir”, dijo el mandatario en su rueda de prensa matutina.
El líder fundador de Morena aseveró que una elección no es nada más para ver qué candidato, partido, alianza o coalición gana, “una elección es también para definir un proyecto de nación”, remarcó.
López Obrador se refirió así al paquete de 20 reformas, 18 de ellas constitucionales y dos legales que presentó este 5 de febrero para eliminar una serie de “artículos antipopulares”, “devolver la grandeza” a la Carta Magna y protegerla de los “reaccionarios” a cuatro meses de que se celebren las elecciones federales.
Además de poner en riesgo la legalidad e imparcialidad del proceso electoral, la intromisión del presidente sería a todas luces innecesaria si es que las más recientes encuestas que favorecen ampliamente a su candidata presidencial en realidad no están cuchareadas. Y es que, por ejemplo, este martes el diario Reforma publicó los resultados de un sondeo realizado en el estado de Jalisco, gobernado por Movimiento Ciudadano (MC), en el que Sheinbaum obtiene 69% de las preferencias y Xóchitl solamente 23%, mientras que El Heraldo de México difundió otro estudio demoscópico realizado por Covarrubias y Asociados, en la que la morenista le sacaría 32 puntos de ventaja, con 57% de la intención del voto a su favor, a la candidata del frente PAN-PRI-PRD que recibe 25% de apoyo.
Sin embargo, un análisis de la conversación sociodigital que dio a conocer Ximena Céspedes, directora general de MW Group, en una emisión televisiva de El Financiero Bloomberg, reveló que Xóchitl Gálvez despegó en audiencia digital al pasar de 63 millones a 70 millones, mientras que Claudia Sheinbaum bajó 20 millones, al descender de 79 millones a 59 millones. Y Jorge Álvarez Máynez, de MC, prácticamente pasó desapercibido ya que tuvo menos de 10 millones de alcance, una cifra que la especialista consideró muy baja para un candidato presidencial.
En el caso de Sheinbaum, la directora general de MW Group expuso que le pegaron directamente los negativos del presidente: 80% en contra y 20% a favor de una audiencia digital de 58 millones 401 mil 888. Señaló que a la precandidata de Morena le afectaron principalmente la publicación de la investigación de la DEA por las presuntas aportaciones de un cártel del narcotráfico a la campaña presidencial de AMLO en 2006, además de la denuncia de Sanjuana Martínez, exdirectora de Notimex, quien publicó que el actual secretario del Trabajo, Marath Bolaños, y su director general de Asuntos Jurídicos, José Luis Sánchez Cuazitl, le habían pedido para la campaña de la abanderada morenista un moche de 20% de los 150 millones de pesos que recibiría para la liquidación laboral de los extrabajadores de la desaparecida agencia de noticias del Estado mexicano. También añadió que le está afectando la crisis actual de abasto de agua potable en la Ciudad de México, la que gobernó cinco años después de la alcaldía de Tlalpan. Pero además advirtió que aún está por verse qué tanto le podrán impactar las reformas que acaba de proponer el Presidente.
En cuanto al posicionamiento de Xóchitl, que de 69 millones 797 mil 280 de audiencia digital obtuvo 72% de percepción positiva y sólo 28% en contra, en el análisis socio digital se detectó que entre los factores que le favorecieron fue su irrupción con “Las Mañanetas”, la conferencia diaria que emprendió para dar respuesta a los temas de la conferencia mañanera del presidente López Obrador, además de su gira por Estados Unidos que resultó muy positiva y aumentó el interés de más gente que comenzó a seguirla en redes sociales.
Por supuesto, se aclaró que este estudio sociodigital no es una encuesta que mida específicamente la intención del voto, pero si alguien sabe del impacto de las llamadas “benditas redes sociales” es precisamente el presidente López Obrador y sus estrategas en comunicación que en 2018 finalmente lo llevaron al poder. Por eso es que Gálvez les sigue preocupando, porque no se trata solamente de ella, sino de esa masa llamada sociedad civil, tan polarizada e inconforme con el régimen obradorista, que fue la que la inventó como candidata presidencial y la sigue impulsando a pesar de las encuestas adversas.
La trivia de la semana
¿Qué Secretario del Gabinete del Gobierno del Estado de Veracruz se olvidó de la austeridad republicana y viajó a la Riviera Maya, acompañado de varios amigos “íntimos”, durante el pasado fin de semana largo?
De acuerdo con las versiones palaciegas, el susodicho funcionario veracruzano de la 4T asistió al Cirque Du Soleil, ubicado dentro de las instalaciones del Grupo Vidanta, cuyo hotel, uno de los más caros de Cancún, es propiedad de un empresario muy allegado a la familia presidencial.
Según nos dicen, la entrada con cena y una botella de Champagne vale siete mil pesos por persona.
“¿Quién pompó?”, como dijera el presidente Andrés Manuel López Obrador, emulando a su desaparecido paisano Chico Ché.
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