Considerado como un potente gas de efecto invernadero, las distintas emisiones contribuyen significativamente al incrementar el calentamiento global y a acelerar el cambio climático
El metano (CH4 en su fórmula química) es uno de los gases de efecto invernadero más potentes y contaminantes para la atmósfera terrestre y los científicos se esfuerzan por reducirlo al máximo.
La temperatura media mundial actual ya es 1,1 grados superior a la media preindustrial. Y todo por el aumento de los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) y el metano, gas que ha sido apuntado en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) como protagonista del calentamiento global.
Es por eso que no solamente desde tierra firme se buscan soluciones para tener menos generación y escapes de metano a la atmósfera. Y es que Orbital Sidekick, una startup de observación de la Tierra con sede en California, ha publicado las primeras imágenes de su nueva constelación de satélites de observación de planetas que prometen llevar el seguimiento de las fugas de metano desde el espacio a un nuevo nivel con la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA).
Según sus fabricantes, los tres satélites de la empresa, lanzados a principios de este año, están equipados con sensores hiperespectrales que analizan 500 bandas de luz en todo el espectro electromagnético. “Las imágenes hiperespectrales generadas ofrecen una sensibilidad 20 veces mayor en comparación con otros sistemas actualmente en órbita”, dijo la compañía en un comunicado, lo que permite tomar “huellas dactilares químicas” de la superficie de la Tierra con una resolución de 8 metros, revelando fuentes de contaminación con un detalle sin precedentes.
“La tecnología ayudará a mejorar la detección de fugas de metano desde el espacio”, agregaron desde la innovadora empresa.
El metano (CH₄) es un hidrocarburo y es el componente principal del gas natural. Según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU es el segundo gas de efecto invernadero más común que se encuentra en la atmósfera de la Tierra después del dióxido de carbono y representa el 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero en comparación con el 76% del dióxido de carbono.
El IPCC sugiere que entre el 30 y el 50% del incremento en las temperaturas se debe a este gas. De hecho, la influencia del metano como gas de efecto invernadero se ha calculado en un añadido de medio grado centígrado al calentamiento del planeta.
Cerca del 40% del metano se origina en fuentes naturales como los humedales. Aunque la mayor parte proviene de una serie de actividades humanas relacionadas con la naturaleza, como la ganadería intensiva, ciertas prácticas agrícolas y de la extracción de combustibles fósiles. También de los vertederos y la quema de residuos.
Mediciones espaciales
En los últimos años, varias empresas han comenzado a medir los niveles de metano desde el espacio, con el objetivo de ayudar a reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 en Glasgow, también conocida como COP26, los líderes mundiales se comprometieron a centrarse en reducir las emisiones de metano en un intento por frenar el cambio climático y bajar la contaminación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera. Una proporción considerable de estas emisiones proviene de oleoductos y gasoductos y plataformas y es completamente evitable.
Las imágenes obtenidas por satélites, como los operados por Orbital Sidekick, pueden ayudar a las empresas a detener esas filtraciones en forma temprana.
Orbital Sidekick describió sus imágenes como que ofrecen “mayor resolución” y son “mucho más avanzadas” que las proporcionadas por sistemas satelitales más antiguos. Es que hoy los algoritmos de inteligencia artificial ejecutados por las computadoras a bordo de los satélites analizan las mediciones en órbita y transmiten a la Tierra información sobre puntos críticos con altas concentraciones de metano, lo que indica posibles fugas.
“Con nuestros conjuntos de datos iniciales, podemos analizar la composición química de cada píxel y hemos comenzado a construir nuestra biblioteca espectral patentada”, precisó Orbital Sidekick. “Estamos construyendo una de las capacidades de análisis de teledetección más sólidas que nos ayudará a comprender la naturaleza dinámica de nuestro planeta a nivel químico”, agregó.
En el futuro, la empresa quiere ampliar el uso de sus datos para ayudar a los agricultores con la agricultura de precisión y ayudar a los equipos de respuesta a desastres y a las fuerzas de seguridad. La compañía planea lanzar tres satélites adicionales el próximo año.
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