Un grupo de investigadores de instituciones científicas de EE.UU., Rusia y Hungría reveló que ratones viejos cuyos sistemas circulatorios fueron unidos a los de ratones jóvenes experimentaron una ralentización del envejecimiento de sus células, así como la prolongación de sus vidas, informó la Universidad de Duke.
El procedimiento quirúrgico para conectar los tejidos entre dos animales, con el propósito de que compartan el mismo torrente sanguíneo, es conocido como parabiosis heterocrónica (HRP, por sus siglas en inglés).
En un estudio previo que data de principios de la década del 2000, en el que se empleó esta técnica en ratones de diferentes edades, se demostró que el cerebro, el hígado y los músculos de los roedores de mayor edad se rejuvenecieron, mientras que los de menor edad mostraron signos de envejecimiento acelerado. No obstante, se desconocía el impacto de la HRP sobre la edad biológica y la salud a largo plazo de los ratones viejos cuando eran desprendidos de los jóvenes.
En una nueva investigación, recientemente publicada en la revista Nature Aging, se descubrió que los beneficios antienvejecimiento en los tejidos y células en estos animales tenían una mayor duración cuando estos permanecían más tiempos conectados a sus sistemas circulatorios antes de ser separados.
Este hallazgo se consiguió después de que los científicos practicaran la parabiosis entre ratones viejos (20 meses de edad) y jóvenes (3 meses de edad) durante un período de tres meses. Dos meses después de que los roedores de mayor edad fueran desprendidos de los menores, se observó que estos vivieron un 10 % más que aquellos que no se habían sometido al procedimiento.
También se constató que se había reducido la edad biológica de la sangre y el tejido hepático de los ratones viejos, además de presentar una expresión génica similar al de los ratones jóvenes. En el caso de los roedores de menor edad, se vio que fueron afectados por la unión con los de mayor edad. “Los ratones jóvenes envejecen rápidamente, y cuando los separamos, retrocede”, señaló el investigador Vadim Gladyshev.
“Estos resultados sugieren una posible reprogramación celular con el tiempo a un estado más juvenil, que puede mantenerse incluso después del cese de la sangre joven”, indicó el profesor James White, quien explicó que la extensión de vida de los ratones viejos “equivaldría a unos cinco a siete años humanos”.
Sin embargo, White aclaró que aún no se sabe cuáles son los mecanismos implicados en este proceso de “antienvejecimiento”, aunque reiteró que era probable que se debiera a la combinación de las células más jóvenes y “factores juveniles”, como proteínas y metabolismos.
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