México va tarde en el aprovechamiento de las inversiones que se pueden dar con la relocalización de empresas (nearshoring), uno de los obstáculos para capitalizar esta única oportunidad, es el déficit eléctrico, es decir, la falta de energía y potencia que se necesita.
Ariel Ramos, socio de la firma de abogados Mayer Brown, señaló que sí hay dinero y un interés de los inversionistas de llegar en México, pero el gran problema es que no hay energía disponible, entonces cuando se quieren desarrollar las plantas industriales la primer pregunta es: ¿cuándo estará la energía disponible?
“Esto provoca un retraso de aproximadamente entre 6 meses y un año para la entrega de nuevas naves industriales, lo cual es problema porque la inversión espera”, dijo.
Agregó que cuando las empresas toman una decisión de querer cambiar o traer inversiones al país, necesitan que esa capacidad de electricidad esté disponible.
Durante su participación el panel ¿Podrá México abastecer la creciente demanda energética? organizado por Fitch Ratings, apuntó que toda la infraestructura maquiladora y manufacturara requiere de inteligencia artificial, de automatización, de estar interconectada vía 5G y todo eso necesita de mucha energía y un nivel de estabilización que el país no ofrece.
Ante esto mencionó que la iniciativa privada está en mejores condiciones de invertir en capacidad de generación y el sector público debería estar enfocado en desarrollar líneas de transmisión de corriente directa, en lugar de alterna para poder asegurar el sumnistro de energía en cualquier parte del país.
“Este es un tema, que en el caso de China, lo resolvió en su momento porque quería llevar inversión al centro y les dijeron que la única manera de poder llevarla o que las empresas se establezcan es asegurarles que tengan todos los insumos y la energía, entonces básicamente cuadricularon el país con líneas de corriente directa, por eso hoy por hoy China es un ejemplo a seguir”, afirmó.
CFE necesita ayuda, consideran
Velia Valdés, directora asociada de calificaciones corporativas de Fitch, comentó que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha realizado importantes inversiones durante 2022 en proyectos de generación, pero necesita de alianzas con privados y eso requiere de certidumbre jurídica.
Destacó que en el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) de 2022, la capacidad de generación que se requería era de 8,500 megavatios (MW), pero hay un cambio importante en el Prodesen de 2023 de hasta 20,000 MW.
“Sí tenemos que ver cómo se va fondear esa inversión porque en el caso de CFE no vemos que tenga los recursos ni la liquidez para hacer frente a ese monto sin un apoyo constante del gobierno; esto sí podría debilitar las métricas crediticias de la empresa sustancialmente”, aseveró.
Coincidió en que el enfoque de las inversiones de la CFE para los próximos años debe ser en transmisión.
Patricia Tapia/Forbes
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