¿Cómo explicarle a un algoritmo la línea entre pornografía y educación sexual? Este es el dilema que tienen que sortear numerosas cuentas de redes sociales cuyo contenido está centrado en información sobre temas de sexualidad.
Cada vez son más los perfiles y páginas que abordan este tema. De acuerdo con un artículo publicado por Nicola Döring, profesora en la Universidad Técnica de Ilmenau en Alemania, la educación sexual formal e informal en redes sociales está aumentando y los proveedores de ésta son: organizaciones enfocadas en salud sexual, profesionales de la sexualidad individuales y personas laicas que sirven como pares, por ejemplo, los padres.
¿Censura o protección?
“Pen3”, “Juguete s3xu4l”, “cl1toris” son algunas de las técnicas que han implementado páginas como Meibi o educadoras como Noemí Casquet para no ser censurados en redes sociales.
Aunque las normas comunitarias de Meta establecen que se restringe la publicación de desnudos o actividades sexuales y que de forma predeterminada se eliminan imágenes sexuales para evitar que se comparta contenido sin permiso o de menores de edad, “las restricciones (…) se aplican al contenido digital, a menos que se publique con fines educativos, humorísticos o satíricos”.
Sin embargo, Moni Martinez, responsable del equipo de marketing de Meibi, explicó: “Tenemos un problema muy grande con los algoritmos porque la línea de porno y educación sexual es muy delicada y el algoritmo no distingue que algo no sea pornográfico, sino educativo».
Ante esto, algunas técnicas que han implementado son sustituír imágenes por ilustraciones o combinar letras con números para ciertas palabras. “Son las formas en las que las marcas que nos dedicamos a esto burlamos el algoritmo y mandamos mensajes a la comunidad, porque tampoco queremos hablar con palabras absurdas. Hay que hablar realmente bien, la única forma es intentar hacer una simulación”, explicó Martínez.
“Las partes del cuerpo se deben de nombrar y ser vistas de manera más natural, sin usar palabras que ocultan la sexualidad o la muestran como algo de qué avergonzarse”, mencionó Faurí Aguirre, especialista en educación sexual y género. Por ejemplo, palabras como “pajarito” o “pilín” en lugar de “pene” son una forma de preservar el tabú.
Una de las soluciones que propone Martínez es que las cuentas de empresas, organizaciones o de especialistas cuenten con verificaciones que les permita publicar este tipo contenido sin ser censuradas. “Parte del futuro es que las cosas sean más certificadas y que la información sea más correcta, porque no creo que el algoritmo lo vaya a suavizar”, complementó.
Por otro lado, Javier Salas, director Creativo y co-fundador de Meibi, mencionó que otro filtro que podría mejorar las redes sociales es una marca que verifique que, efectivamente, se es mayor de edad. “Por ejemplo, en YouTube tienes que marcar para cierto contenido que eres mayor de edad. Son cosas que pueden mejorar en las redes porque se está perdiendo mucha información valiosa cuando realmente a la gente le interesa”, concluye.
Sin embargo, las normas de la comunidad de Meta establecen que si un contenido ha sido retirado y el usuario considera que no violaba las normas, se puede apelar.
AVC