Por Juan Javier Gómez Cazarín

Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.

El primero de septiembre nos cayó de perlas la noticia de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación había validado la reforma que aprobamos en el Congreso de Veracruz, en diciembre del año pasado, para recortar a la mitad el dinero público estatal a los Partidos Políticos.

Sin duda, fue una excelente forma de empezar el mes de la Patria: despejando cualquier sombra de disputa jurídica al moche de dinero que le aplicamos a todos los partidos, comenzando por el nuestro. Desde luego, Morena fue el único partido que no impugnó en el Poder Judicial de la Federación la reforma al artículo 50 del Código Electoral para el Estado de Veracruz.

La validación de la Corte echó por tierra los sueños de los líderes de los partidos políticos que sí la hicieron de a tos (o sea, todos los demás). En otras palabras, ya no pueden hacer nada y sólo les toca apechugar la pérdida. ¿Perdió algo la militancia de esos partidos? ¿Perdió algo la democracia en Veracruz? No. Perdieron los bolsillos de los líderes que, como todo mundo siempre ha sabido, le metían la mano al cajón del partido.

El máximo Tribunal se los dijo tan bonito que se los voy a repetir: “la determinación del monto del financiamiento público para actividades ordinarias de los partidos políticos no es un derecho adquirido”. ¡Tómala! O sea que, en una de esas, nos empuja la mano el diablo y hasta le bajamos otro poquito.

Por lo pronto, veracruzanas y veracruzanos nos vamos a ahorrar –tan sólo este año- 176 millones de pesos. Se calcula que en lo que resta del sexenio el ahorro acumule ¡500 millones!

Ese dinero ahora llegará al pueblo de Veracruz en forma de obras y acciones de beneficio colectivo. Se ocupará en inversión necesaria para impulsar el desarrollo de todas y todos, no de un puñado de líderes.

Con esa noticia y, desde luego, con el Informe del presidente Andrés Manuel López Obrador, septiembre empezó de la mejor manera y con mucha energía.