El dato duro es avasallador, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, hay más de 750 millones de personas en el mundo que tienen algún tipo de patología tiroidea, y se cree que aproximadamente 60 por ciento lo desconoce.
Hoy es el día mundial de la tiroides y vemos la gravedad de esta ignorancia generalizada, en este marco es que la doctora Irene Correa Villanueva ha basado su esquema de vida. Ella misma es paciente tiroidea y después de años de exposición a materiales detonantes, descubrió la odontología biológica como escudo; no sólo se mantiene a salvo de los químicos y tóxicos en su consultorio, sino que comparte sus conocimientos en pro de que esta información llegue, precisamente, a ese 60 por ciento de gente que desconoce que padece un problema en la tiroides.
Hablamos de una glándula endócrina en forma de mariposa o escudo ubicada en el centro del cuello. Almacena y libera hormonas que circulan por medio de la sangre y que son indispensables para regular el metabolismo, la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal, el tracto gastrointestinal, la memoria y el peso corporal, entre otras funciones del organismo.
La doctora Correa cuenta su experiencia personal, y comienza por lo multifactorial que es la disfunción tiroidea. “No nada más tiene un origen. Y aunque mi primera especialidad es prótesis bucal, yo me fui por la vía de la odontología biológica, por esta situación. Al remover tantas restauraciones de mercurio sin un protocolo tal cual lo hacemos los odontólogos biológicos, imagínate cuántos años me intoxiqué de una manera crónica”.
Remover una amalgama sin un protocolo de seguridad, es un riesgo —agrega—. Y en mi caso hubo cientos o miles de restauraciones de mercurio que retiré, entonces ese es precisamente uno de los detonantes de mi historia. La tiroides es una glándula maestra, es una glándula que rige todas las funciones de nuestro cuerpo. Está en la base de tu cuello, tiene una forma como de mariposa. De hecho, nosotros que somos pacientes tiroideos tenemos una insignia; es una mariposa, precisamente”.
De vital importancia para la salud y para el funcionamiento de todo nuestro cuerpo, suele pasar inadvertida, pero es indispensable.
«Para que todo nuestro cuerpo esté en un buen estado, en equilibrio. La tiroides es la encargada de activar el metabolismo del cuerpo, la energía, el ritmo cardíaco, la temperatura corporal, nuestro estado de ánimo, hasta el crecimiento de las uñas, también en la piel se nota con resequedad, igual la pérdida de cabello, todos son signos y síntomas de una disfunción tiroidea. Con decirte que hasta para mantenernos concentrados debemos tener una tiroides en buen funcionamiento”, expresa.
—¿Qué es la odontología biológica?
—Básicamente, es la disciplina que conecta la salud oral con la salud general del cuerpo. Los dentistas biológicos consideramos a nuestros pacientes como un todo, vemos a la salud oral como un aspecto integral del bienestar de todo el cuerpo, buscando la opción de tratamiento más segura y biocompatible, no tóxica y de mínima invasión, promovemos la desintoxicación y la prevención.
A pesar de todo lo que regula y de haber un nexo intrínseco entre salud bucal y glándula tiroides —algo que tiene perfectamente analizado la doctora Irene Correa— la medicina tradicional es en lo último que se fija.
—¿Cuál es la importancia de la salud bucal y su relación con la tiroides?
—Hay una relación entre ellas sumamente estrecha. Hay detonantes dentales que desafortunadamente rara vez son lo primero que viene a la mente, ante una situación de disfuncionalidad. Si vas con un endocrinólogo tradicional, lo último que te va a preguntar es, “¿cómo está tu boca?» No.
“Como paciente diagnosticado con una disfunción tiroidea —prosigue— yo siempre les digo que deben tener en cuenta qué tratamientos dentales les han realizado, literalmente su expediente clínico, para saber si a raíz de algun tratamiento dental el paciente tuvo una disminución en su salud. Hablamos desde inflamaciones hasta infecciones crónicas en la encía, o en el hueso. Todo aquí está relacionado. Cada célula de nuestro cuerpo necesita de hormona tiroidea para funcionar bien y cuando hay niveles bajos de esta hormona tiroidea, comienzan los problemas”.
Todo inicia con cuestiones que pueden parecer comunes pero no lo son, como una fatiga crónica o una depresión, situaciones que se han acrecentado además durante la pandemia de covid, y en estos cuadros “por lo general una de las partes que descuidamos es la higiene oral. Créeme que ante una depresión no piensas en cepillarte los dientes, ni te acuerdas de hacerlo, ahí empieza una de las principales enfermedades de encías; se llama gingivitis”.
La gingivitis es una forma frecuente de enfermedad de las encías (inflamación y sangrado) y más grave aún la periodontitis en donde no solo se afecta la encía si no también el hueso y los tejidos que soportan a los dientes, sobra decir que es muy importante tratar estos problemas rápidamente.
“Estás situaciones no son locales, no se quedan en tu boca. Hay una colección de bacterias que, insisto, como todo el cuerpo está conectado y como la sangre que corre por tu corazón es la misma que corre por tus dientes, entonces, al pasar por ellos si tienen una infección, esas bacterias viajan por la sangre y afectan a otros órganos y sistemas”, agrega.
“Viajan al torrente sanguíneo y una vez ahí se unen a células inmunes y activan la respuesta inflamatoria celular amplificando o empeorando un hipotiroidismo o hipotiroidismo de Hashimoto. Todo es un círculo, todo está conectado. La salud bucal y la tiroides mucho tienen que ver. La tiroides participa en todos los procesos de nuestro cuerpo, incluyendo el proceso de cicatrización, el cual se ve afectado y aletargado, por lo que estamos más expuestos a tener infecciones”.
La doctora Irene Correa padeció Tiroiditis de Hashimoto, o como también se le conoce, tiroiditis autoinmune, lamentablemente trascendió a cáncer de tiroides, gracias a la oportuna intervención de médicos expertos en la materia, pudo vencer a la enfermedad con una tiroidectomía total, que es la extracción completa de la glándula tiroides. Actualmente suple dicha glándula con un tratamiento de hormona sintética que le permite llevar una vida normal.
Abordar los problemas dentales ayuda a revertir la progresión de la enfermedad en la tiroides, y si alguien ya ha sido diagnosticado con disfunción tiroidea es de vital importancia el tener una salud bucal óptima.
Detonantes dentales y disfunción tiroidea
Hablando directamente de la salud bucal, dentro de las afectaciones dentales que están ligadas o pueden ser detonantes de una disfunción tiroidea, están como comentamos, la inflamación e infección crónica de la encía y del hueso de soporte no controlada (Gingivitis y periodontitis). El tratamiento para estos problemas debe ser por medio de una limpieza dental con equipo ultrasónico y de ozonoterapia, ya que el ozono actúa eficazmente contra virus, bacterias y hongos y tiene una gran capacidad desinflamatoria y de oxigenación.
Otro detonante es la presencia de restauraciones metálicas de amalgamas de mercurio, ya que el mercurio al ser un metal pesado tóxico es un disruptor tiroideo, detonante de hipotiroidismo y activador de la respuesta autoinmune propiciando una tiroiditis de Hashimoto. Debido a esto es muy importante retirar esas restauraciones de mercurio bajo un estricto protocolo de seguridad, con un dentista biológico.
Abordar los problemas dentales ayuda a revertir la progresión de la disfunción tiroidea y a mitigar la respuesta auto inmune de la tiroides.
Detalles de importancia vital
“En mi caso fue tiroiditis de Hashimoto, tu tiroides está lenta, y los endocrinólogos tradicionales no te dicen cómo se regula ni cómo se cura. Se controla con la levotiroxina, que es la hormona sintética que te tomas. Es un medicamento que en mi caso tomo todos los días. Es el reemplazo hormonal que nosotros los que padecemos una situación tiroidal, necesitamos”, comenta.
La doctora revela sus tres factores detonantes.
“Uno, intoxicación crónica. Dos, el mercurio. Afecta a la tiroides porque literal es un disruptor tiroideo, es una neurotoxina. Entonces, en cuanto a mi situación, pues es genético, exposición ambiental, por mi profesión por la remoción de estas amalgamas sin una protección. Y tres: embarazos, ahí también se detonó, desde mi primer hijo, desde mi primer embarazo.
“Las mujeres, al someternos al estrés del embarazo y a los cambios hormonales, provocamos que se estrese la tiroides, y es cuando vienen todas las consecuencias.
“Yo iba con un endocrinólogo convencional, pero ellos nada más te dicen tómate la levotiroxina si están cansada, si tienes dolores musculares, si tienes depresión, si se te cae el cabello, si tienes mucho frío, si tienes la piel seca, pobre de ti porque estás enferma de la tiroides.
“Fue ahí cuando conocí a mi salvadora de vida, que es mi doctora actual, la doctora Gladys Sastré, médico funcional integrativa y una experta en el tema, al conocer a Gladys ahora si me encuentro con una profesional que me entiende al 100 por ciento, porque ella también tiene tiroides de Hashimoto.
“Gladys me fue llevando a una atención que nunca me dieron los otros endocrinólogos. Como excelente profesional que es, me dice ‘Irene veo como que se te están modificando un poquito los nódulos que tienes en el cuello, pues tenía nódulos tiroideos.
“Me hago el ultrasonido de tiroides y resulta un diagnóstico muy feo, que no le deseo a nadie, cáncer de tiroides.
“Obviamente a mí no me gusta alarmar a la gente, pero la prevención es súper importante, y el tratamiento oportuno es vital.
Ya diagnosticada, la doctora Irene Correa acudió para canalizar su caso con un oncólogo.
“Y encontré a uno maravilloso, el doctor Jorge Salazar. En mi caso, afortunadamente, el nódulo maligno, uno de tres, estaba dentro de la tiroides, y lo que me hicieron fue quitármela completamente. Afortunadamente no requerí ni radio ni quimioterapia, pero sí esta una terapia nuclear que se llama yodo radiactivo.
“Y de ahí, al no tener tiroides, la dosis de levotiroxina que yo tomo diario, me la tuvieron que incrementar.
“Pero salve la vida…
Ella es la doctora Irene Correa, odontóloga dental, y paciente, quien nos compartió su personal historia en el Día Mundial de la Tiroides, la glándula en forma de mariposa que regula nuestro bienestar.
Excelsior