El doctor Jorge Manzo Denes, aspirante a la rectoría de la UV, es una de las mentes más brillantes de nuestro país, y en consecuencia, de nuestra Máxima Casa de Estudios. No sólo es un académico muy reconocido sino que es uno de los pocos científicos en Veracruz en el campo de las neurociencias, con especialidad en el autismo.
Su trayectoria podría no tener parangón: docente del Doctorado en Investigaciones Cerebrales, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Fue Coordinador de la Maestría y Doctorado en Neuroetología, así como fundador y director del ahora Instituto de Investigaciones Cerebrales. El doctor Manzo es además evaluador de proyectos Conacyt y revisor de manuscritos científicos en diversas revistas especializadas. Ha publicado un número muy importante de artículos científicos nacionales e internacionales.
Sin embargo, a pesar de sus blasones, Manzo Denes podría representar hoy la mayor amenaza a la autonomía de la Universidad Veracruzana y a la propia comunidad universitaria a la que pertenece.
No es la primera vez que aspira a la rectoría de la Universidad. Tal vez por ello, en los últimos años ha intentado construir, de la mano del ex rector Rafael Hernández Villalpando, un proyecto para recuperar el control de la UV y entregarlo a la causa morenista, con lo que la institución correría la misma suerte que el resto de los organismos autónomos.
Hace tres años, tras el triunfo de López Obrador y de Cuitláhuac García, Jorge Manzo convocó a una organización denominada Fraternidad Universitaria para arropar las aspiraciones políticas del entonces diputado federal electo Rafael Hernández Villalpando, quien desde ese momento buscaba con vano afán ocupar la Secretaría General de Gobierno.
En el encuentro realizado en Coatepec con miembros de la comunidad universitaria de todo el estado, Jorge Manzo –quien en la víspera había perdido la carrera hacia la rectoría con Ricardo Hernández Laines- dijo que Veracruz estaría gobernado por un “destacado universitario”, como lo es Cuitláhuac García Jiménez.
“No hay duda que llevarán a buen puerto a todas las áreas del estado de Veracruz y los universitarios son parte del cambio, no hay otro camino, es imprescindible extender un lazo entre el gobierno y los miembros de la comunidad universitaria”, dijo ante la mirada atónita de la concurrencia. ¡Estaba proponiendo entregar la autonomía universitaria al gobierno de Morena!
Tras intercambiar halagos, Hernández Villalpando dijo lo mismo. Pidió incorporar la Cuarta Transformación (4T) a través de las instituciones de educación superior como la Universidad Veracruzana, de lo contrario, ‘quedarían marginadas del desarrollo del país’. “La Universidad Veracruzana está obligada a participar de la Cuarta Transformación” exigió el ex rector, sometiendo el interés de la UV a su proyecto personal.
Y vino el prematuro destape. Villalpando dijo que Manzo Denes era el mejor perfil para la rectoría de la Universidad y que la Junta de Gobierno había cometido un “error matemático” al reelegir a Sara Ladrón de Guevara. Incluso, pidió se revisara la actuación y los intereses de los integrantes de la Junta, “un organismo que debiera rendir cuentas a la sociedad”.
A ese encuentro asistieron actores claves del morenismo local, entre ellos, las diputadas electas Rosalinda Galindo y Carmen Mora, así como el entonces diputado local y coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, Zenyazen Escobar, a la postre Secretario de Educación del Estado. El motivo de la reunión, dijeron, era que los legisladores presentaran a la Fraternidad Universitaria de la UV su proyecto para impulsar la educación superior.
Si lo hubo, el proyecto fracasó. Villalpando no logró su objetivo de llegar a Palacio de Gobierno y se convirtió en una figura decorativa del Congreso federal. Las diputadas se ocuparon de los asuntos que requería la administración estatal en el Congreso y Zenyazen tomó distancia del ex alcalde de Xalapa. Sólo quedó la aspiración a la rectoría de la Universidad que hoy intentan revivir.
El gobierno del estado ha sometido prácticamente a todos los poderes y organismos autónomos, convirtiéndoles en dóciles extensiones del Ejecutivo y en una gigantesca de agencia de colocaciones de simpatizantes morenistas sin perfil. Hoy es lamentable el caos institucional y financiero que impera lo mismo en el Tribunal de Justicia, el Congreso, la Fiscalía del Estado o el ORFIS.
El último reducto de autonomía es la Universidad Veracruzana. ¿Lo resistirá la Junta de Gobierno? Por el bien de la Universidad, esperemos que sí.
Las del estribo…
1. Tres días después de la tragedia, ¿por qué no se ha hecho una evaluación de daños materiales provocados por “Grace” en al menos 22 municipios, principalmente en Xalapa y Poza Rica? Muy fácil, porque son mucho mayores a los 114 millones de pesos disponibles del gobierno estatal; y el gobierno federal no tiene un peso por la desaparición del Fonden –sólo el pésame presidencial-, por eso ordenó que esta información no se haga pública.
2. Duele la tragedia de la familia que perdió la vida a causa de un alud de tierra y lodo. Frente a eso, ofende su politización, donde los opositores todo lo satanizan y un Gobernador que agarra una pala por unos minutos para tomarse una fotografía, en respuesta a quienes lo criticaron por atender la emergencia desde su oficina a través de un Ipad.