La crisis económica generada por la pandemia del coronavirus eliminó los derechos a la educación, la salud, y en ocasiones hasta de los alimentos para niños y niñas trabajadores de la calle, que sólo tuvieron la oportunidad de aislarse por tres meses el año pasado, y después volvieron a los cruceros y calles a vender, limpiar parabrisas, o cargar bolsas del mandado, señaló la directora del “Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y de la Calle” (Matraca), Josefina Castrejón Holguín.
A un año del inicio de la pandemia del coronavirus, se observa un crecimiento de un 35 por ciento en el número de niños y niñas trabajadores en las calles, que instalan en los cruceros a limpiar parabrisas, hacer malabares, vender flores, golosinas, galletas de panela, o en su caso acuden a los tianguis, mercados sobreruedas para ofrecerse a cargar las bolsas del mandado.
Refirió que en el año 2017, el Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) municipal, la facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana (UV) y Matraca realizaron un estudio de la situación de niños y niñas trabajadores en Xalapa, y el diagnóstico contabilizó a 318 menores de edad en 15 cruceros de la ciudad.
“Basándonos en esa cifra hemos cuantificado un aumento de un 35 por ciento de niños y niñas que hacen trabajo en calle a partir de la pandemia, y la presencia de población que no es necesariamente de Xalapa, sino de familias que vienen con niños a vender sus productos, sus artesanías a Xalapa” afirmó.
Por lo anterior, dijo la directora, en Matraca más que festejar el Día del Niño y La Niña, lanza un llamado a las autoridades y la sociedad en general para que sus derechos cómo acceso a la educación, a la salud, a la educación, al vestido y a la vivienda sean cumplidos y que pare la violencia en los hogares que se exacerbó por el aislamiento en casa.
“Hay muchas dificultades en los hogares por la pandemia, pero desgraciadamente estas infancias trabajadoras no cuentan con las herramientas tecnológicas mínimas para poder cumplir con los requerimientos de las escuelas, tenemos población, familias que no tienen electricidad, televisión, internet, computadora, y si tienen teléfono celular muy pocas veces cuentan con saldo” afirmó.
La precaria economía de las familias también trajo como consecuencia que los menores de edad abandonaran sus estudios en sistema abierto de escuelas primarias y secundarias.
“Hemos notado una deserción escolar en este tiempo, hemos tratado de poderles ofrecer apoyo personalizado con la intención de que no abandonen la escuela. La crisis económica desató a las familia de niños trabajadores, en principio dejaron de trabajar pero no tenían fuentes de ingreso y poco a poco regresaron a sus actividades económicas”, expuso.
Castrejón Holguín lamentó que la escuela se convirtió en un segundo término para estas infancias trabajadoras que ahora se les ve en calles, cruceros, en tianguis, mercados fijos y semifijos de Xalapa
“Para los niños no ha sido prioridad ni la educación y ni la salud, vemos que hay niños y niñas que laboran sin protección de cubrebocas en los cruceros, no hay sensibilidad de la familia para proteger a sus propios hijos que están trabajando” finalizó.
AVC/Verónica Huerta