En Xalapa cada persona consume en promedio alrededor de 200 litros de agua diariamente, lo cual genera un estrés hídrico ante la mayor demanda de agua potable y fuentes de abasto limitada.
Tomas Owen, quien fue monitor de Global Water Watch, señala que es innegable el efecto del cambio climático y sus efectos a nivel global como local.
“Hay que tener en cuenta que el abastecimiento de agua para Xalapa proviene casi en un 95 por ciento de arroyos y ríos, porque no tiene represas en algún punto donde se pueda almacenar agua y tampoco está bombeando agua del subsuelo. Ha disminuido la cobertura forestal de las cuencas abastecedoras y está a la baja la absorción de agua en el subsuelo, que es lo que alimenta los mantos freáticos y manantiales”, dijo.
Expertos ambientales precisan que Xalapa enfrenta un problema complejo para garantizar el abasto en cantidad y calidad, el 96% del agua que consumen los xalapeños viene de fuera, solo el 4% proviene de manantiales del mismo municipio.
La subcuenca del río Huitzilapan, a través de la presa de los Colibríes en el estado de Puebla y la subcuenca del río Pixquiac a través de un sistema de manantiales y presas desde el cofre de Perote hasta el medio Pixquiac, abastecen este 96%, el resto proviene de los Manantiales de El Castillo.
Owen dice que en el caso del río Pixquiac bajo, cerca de La Pitaya, desde hace 10 años se seca por completo en esta temporada, en buena medida porque en la parte alta, el agua se lleva para abastecer a Xalapa.
Actualmente el abasto en Xalapa es de unos mil 450 litros por segundo, en las mejores condiciones, pero tomando en cuenta que se pierde entre el 40 y 60 por ciento del agua en fugas, quiere decir que Xalapa pierde unos 725 litros cada segundo en la tubería.
Se ha hablado de traer agua de otras fuentes pero si por ejemplo, se quisiera traer mil litros de agua de otra cuenca habría que preguntar qué sentido tiene traer de esa otra fuente y perder 500 adentro de la red en Xalapa
“Es una inversión fuerte para traer agua de fuera y que se pierda el 50 por ciento. Así que otra prioridad es resolver el problema de las fugas para disminuir la pérdida de agua”.
Dijo que si bien existe resistencia a las presas sobre los ríos, debido a los daños ecológicos que están relacionados con estas, la orografía en la sierra cercana a Xalapa permitiría construir algunos jagüeyes o algún tipo de represa para retener agua y dosificarla a la ciudad, con lo cual se ayudaría a abatir la falta de agua en tiempos de estiaje.
Se han iniciado programas respaldadas por el gobierno, organismos internacionales y la CMAS para instalar sistemas de captación de agua de lluvia para viviendas, centros comunitarios y algunas escuelas, pero aún no hay proyectos para captar grandes volúmenes de agua de lluvia en techos mayores, como por ejemplo de supermercados, que pudieran aportar agua a la red municipal.
“Se necesita abastecer de agua (litros por habitante) a más consumidores y las opciones son conseguir agua de otras fuentes, disminuir la cantidad de litros que consume cada habitante, o bien la estrategia menos popular es limitar el número de habitantes consumidores. Es algo que a ningún gobernante le gusta tocar, pero se ha dado. Hay zonas en el mundo en donde, por el estrés hídrico, se imponen límites para abastecer los consumidores y frena el crecimiento urbano o demográfico”.
En Xalapa, ríos peligrosos por la contaminación
Al problema del abastecimiento de agua potable para la ciudad se agrega la contaminación por las descargas de aguas residuales a los cuerpos de agua que pasan por Xalapa, pues el 70 por ciento de agua consumida acaba yendo a una red de drenaje que debería conectarse a un sistema de tratamiento antes de volver a entregar el agua al medio ambiente.
“Lo que ha pasado en Xalapa es que el crecimiento de la mancha urbana ha sido caótica y con poca previsión. Aún falta completar la limitada infraestructura, redes de drenaje residual y plantas de tratamiento. Hay zonas donde los drenajes no están conectados a colectores que lleven las aguas residuales a las dos plantas de tratamiento que funcionan en Xalapa. A Xalapa le falta construir y conectar colectores así como más plantas de tratamiento”.
Tomas Owen agrega que la mayoría de los ríos que pasan por Xalapa son “peligrosos” por sus niveles de contaminación, generada principalmente por la descarga de drenaje crudo, aunque hay algunas fuentes limpias de agua dentro de Xalapa Son nacimientos y manantiales como Los Tecajetes, Tecuanapan, Techacapan y los manantiales en la zona de El Castillo, que es de donde se bombea una parte del agua para Xalapa y la congregación de Chiltoyac.
Pero la mayoría de los cuerpos de agua, al pasar por la mancha urbana reciben descargas de drenajes residuales, tanto de las viviendas como de la CMAS. En los ríos Carneros, Papas, Sordo, Limpio, Sucio, Azul, Honduras, Sedeño, y La Palma, así como en los lagos de El Dique y Las Animas se han encontrado niveles altos de E. Coli, bacteria proveniente de materia fecal. En muchos de estos cuerpos de agua la presencia de E-Coli supera en miles lo permitido para cualquier tipo de uso humano.
“Hay datos recientes, de hace un mes que en algunos tramos del río Papas en los que andaba en 130 mil unidades formadoras de colonia de E-Coli; para que el agua sea potable se requieren cero, para uso recreativo son entre 200 y 600, pero estamos hablando de muchísimo más, pero es obvio porque hay muchas descargas de drenajes de viviendas y de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento”, narró.
En el caso de los lagos de Las Ánimas y Del Dique están contaminados y por tanto normalmente no están condiciones para entrar en contacto con la gente.
Del río Sedeño hay un tramo en que se ha podido desincorporar descargas de drenaje gracias a la insistencia de los vecinos organizados, pero son unos cientos de metros desde la cascada que está debajo de la la carretera.
“Han visto truchas en el río, ranas, ha regresado la flora y la fauna. Pero mas adelante hay una descarga de drenajes que vienen de Banderilla y se vuelve a hacer un cochinero en donde no puede sobrevivir nada”, señala.
Tomás Owen agrega que uno de los principales problemas es que la mancha urbana ha crecido sin control y no se han respetado las márgenes de los ríos. Históricamente, por facilidad se han descargado los drenajes hacia estos cuerpos de agua contaminándolos al punto de que la población los considerara “caños”.
La solución de administraciones anteriores ha sido entubar muchos arroyos ya contaminados que se perdieron debajo de las calles. Estos son los llamados drenajes combinados. Se debería de haber separado los drenajes de las agua de los arroyos para dejarlos correr libremente. Aunado a esto, muchos de los traga-tormentas están conectados al drenaje residual y esta agua también se contamina.
Como resultado de esto “Hay una dilución tal de la materia orgánica, principalmente materia fecal, en el drenaje que hay muchos problemas para que operen eficientemente las plantas de tratamiento, y esto es porque el drenaje residual está diluido con agua de manantial o lluvia. Como hay atarjeas pluviales que están conectadas al drenaje residual que va a las plantas de tratamiento, cuando hay un evento de lluvia, se sobrecarga el agua que está entrando a la planta y los operadores tienen que mover las válvulas y tiran el agua directamente al río otra vez. Es un mal de diseño y de las condiciones de la red de drenajes, porque obliga a las plantas a descargar al medio ambiente aguas contaminadas”.
“En este Gobierno se diseñaron soluciones para desincorporar drenajes en El Honduras, el Carneros y la Sexta de Juárez. En este último sitio se logró parcialmente, pero en el Honduras y el Carneros se toparon con que estaban tan invadidos los márgenes del arroyo (que por ley son zona federal) que no había espacio para construir un colector de cada lado del cuerpo de agua y llevar las aguas residuales hasta una planta de tratamiento. Hasta hay construcciones encima del arroyo y los drenajes caen de las casas, pero para desincorporarlos se requiere espacio para construir los colectores marginales, y esto implicaría demoler construcciones que han invadido los márgenes del arroyo”.
Incluso, advirtió que estas descargas de drenaje e invasiones a ríos no solo ocurre en colonias irregulares, sino en fraccionamientos que teóricamente fueron planeados, como es el caso de Las Ánimas, que ya tiene lugares en donde “es insoportable el olor por las descargas de drenajes en el río dentro del fraccionamiento”.
La definición y defensa de los márgenes de los cuerpos de agua es un tema que nadie ha querido resolver y hace mucha falta que se pongan de acuerdo los departamentos de gobierno.
“En Xalapa tendrían que sentarse a la mesa Desarrollo Urbano, Medio Ambiente Municipal, Conagua y CAEV para resolverlo, como quitar las invasiones, delimitar los márgenes rescatables y dejar pasar los drenajes, para así recuperar el margen vivo del arroyo”.
Además, falta elaborar un plan maestro consensuado y luego reunir a Catastro Municipal, los colegios de Notarios, Ingenieros, Arquitectos, escuelas de Diseño Urbano, etc. para informarles sobre los lineamientos para la defensa de los márgenes de los cuerpos de agua.
También habría que elaborar procedimientos accesibles y expeditos para que los propietarios colindantes con un cuerpo de agua puedan saber cuál es el margen que tienen que respetar, pues la ley establece que los cuerpos de agua tienen un derecho de vía de entre 5 a 10 metros de cada lado a partir del punto máximo de aguas en el arroyo.
La situación es grave porque además se han hecho más frecuentes y graves las inundaciones en zonas de la mancha urbana.
Esto se relaciona con el cambio de superficies absorbentes verdes por superficies impermeables de concreto y asfalto, aunado a la construcción de los márgenes de los ríos y arroyos.
“El agua de lluvia ya no tiene tanta superficie para que se absorba y se acumule en el suelo, por lo que el volumen de agua que en un tiempo determinado se tiene que desalojar de la mancha urbana ha aumentado, aunque no ha aumentado notablemente la precipitación pluvial. Al estrangularse el paso del agua por los arroyos, consecuencia de la invasión de sus márgenes por construcciones, también se impide el paso del agua en eventos pluviales extraordinarios. De ahí los desbordamientos e inundaciones”, señala Tomas Owen.
También es de notar que muchos de los cauces de arroyos que antes conducían las aguas han desaparecido debajo de las calles. El agua va a encontrar su camino. Los colectores pluviales originales son los arroyos y ríos, y no los hemos respetado.
“Hay mucho trabajo de planeación, reglamentación, limpieza y restauración por hacer para rescatar los cuerpos de agua de la ciudad, y hace mucha falta la participación ciudadana con autoridades que sean proactivas y comprometidas”.
AVC
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