Hay alumnos de preescolar que dejaron planteles privados y a un mes de iniciadas las clases aún no tienen lugar.
La mitad de los preescolares privados en México quebraron y cerraron durante la pandemia por Covid-19, lo que representa más de siete mil colegios, de acuerdo con la Unión Nacional de Padres de Familia, UNPF.
Por lo que todavía hay alumnos de preescolar que asistían a una escuela privada antes de la pandemia por covid-19 y se inscribieron a un jardín de niños público que continúan sin encontrar un lugar a más de un mes de iniciado el curso escolar.
Al principio del confinamiento, la cifra que se estimaba del número de estudiantes que migraría de las escuelas particulares a las públicas, para este ciclo 20-21 se duplicó alcanzando hasta un millón 600 mil.
En el caso de educación preescolar e inicial fueron los colegios más perjudicados. Hasta el 50% han cerrado.
“Este dato sobre 50% de los preescolares que tuvieron que cerrar es corroborado por nosotros con las propias Federaciones de Escuelas Privadas”, confirmó Leonardo García.
En México, según cifras de 2019 del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, había 88 mil 939 planteles de preescolar, de los cuales 14.6 mil eran privados, lo que significa que alrededor de siete mil cerraron.
Precisamente, los padres de familia que tienen hijos en preescolar son quienes más están batallando para encontrar lugares en las escuelas públicas.
“Algunos papás nos han llamado, diciéndonos ‘oye, saqué a mi hijo de escuela particular y lo inscribí en una pública, pero es el día en que desconozco si aceptaron a mi hijo o ya está inscrito’. Esto refleja lo que decía el subsecretario de educación básica de la SEP, Marcos Bucio, sobre el nivel de descoordinación y desarticulación que ya existía en el sistema educativo y que se incrementó por culpa de la pandemia”, aseguró Leonardo García.
Una de las mamás que sigue sin obtener respuesta de la SEP para saber si su hija obtuvo un lugar en el preescolar público es Karina V., entrevistada por este medio.
Durante la pandemia, la empresa de Karina, de tener 30 empleados, quedó con tres. Ella que se dedica a la organización de eventos y su rubro prácticamente continúa congelado hasta nuevo aviso, decidió ya no pagar los 10 mil pesos que cobraba el kínder privado por inscribir a su hija de cuatro años en segundo grado, por eso, sin dar mayores vueltas al asunto comenzó los trámites para cambiarla a una institución pública.
Gracias a este trámite ante la SEP, Karina logró registrarlo el pasado 5 de agosto. Sus primeras opciones de preescolares públicos fueron: Tlacoquemecatl, Enrique Conrado Rébsamen y Chimalistac.
Las escuelas están ubicadas, dos en la colonia Narvarte y una en la Del Valle, en la Ciudad de México. Hasta hoy, a casi dos meses del preregistro y a un mes del inicio del ciclo escolar 20-21 sigue sin obtener respuesta de ninguna institución.
Tampoco ha recibido respuesta del correo donde registró su solicitud.
Viridiana Magaña, directora de un preescolar privado en la alcaldía Gustavo A. Madero, comentó que al final del ciclo pasado, recibieron correos de la propia Secretaría de Educación Pública, SEP, para alentar a los padres de familia, que lo necesitaran, a cambiar a sus hijos de escuelas privadas a públicas y pusieran un cartel afuera de las instalaciones con información sobre los pre registros, sin embargo, muchos continúan sin encontrar un lugar.
De acuerdo con Fernando Lizardi, pedagogo de la Universidad Panamericana y director de un colegio en Querétaro, comenta que no sólo en la Ciudad de México, los alumnos de preescolar de colegios privados que migraron de escuela privada a pública siguen sin encontrar un lugar, sino que son varias entidades afectadas, como la suya.