I

Algún día sabrás algo que saldrá de mi boca.

 

II

He dibujado con las estrellas tu cara y a tus ojos los puse en la punta de la luna.

III

Una vez te soñé y pude quererte cien veces y las cien veces te perdí.

 

IV

He jurado saber tu nombre que leí tal vez en Orión, pero se escapó de mí en el eco de una jungla.

 

V

Y a tus ojos que mira el Astro rey y que el universo envidia, reverencia hacen con olas azules las auroras boreales.

 

VI

La piel que te viste debió ser tejida con hilo de oro.

 

VII

Eres un río tornasol que desemboca en un mar del velo de la luz zodiacal entre mis pestañas, que se rehúsan a juntarse.

 

VIII

Y es de tus ojos mismos danzando en mi crepúsculo de donde nace la vigilia y también el sueño de tu voz. Tan lejano allá en lo alto donde duermen los dioses y eres la cuna donde sueña Dios.

 

 

 

 

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