La crisis generada por la pandemia de coronavirus tendrá repercusiones en todos los ámbitos, desde el geopolítico, pasando por las prácticas políticas, hasta los de consumo y organización social. Como en todas las grandes transformaciones históricas, no sabemos todavía exactamente cuáles serán esos efectos en la vida cotidiana de las personas, por más que podamos vislumbrar ya algunos de ellos.
Por otro lado, las crisis sociales incluyen muchas veces también crisis de paradigmas, y en no pocas ocasiones también resurgen los ideales de una mejor sociedad humana traducidos en utopías o modelos utópicos que atisban los parámetros de lo que debería ser o cambiar una sociedad o una comunidad.
En las últimas semanas hemos vivido ciertos aspectos de la organización social o más bien de la auto-organización social que son alentadores y que pudieran significar los inicios de formas nuevas en la relación de los seres humanos con su entorno, con la naturaleza, con los productos locales, e incluso con su alimentación, su autoconsumo y su comunidad local.
Más allá de un cuestionamiento justificado a la forma de producción capitalista y de economía global junto con todas las manifestaciones en la inimaginable interconexión financiera y tecnológica que permiten el intercambio comercial por internet, a través de plataformas como Amazon, Mercado Libre o el mismo Facebook, estamos viviendo un nacimiento de conciencia sobre el valor o el significado de consumir localmente y de cambiar hábitos de consumo más autosustentables.
Efectivamente hoy en día podemos comprar cualquier producto de cualquier parte del mundo o del país vía internet y tenerlo unos días más tarde en la puerta de nuestra casa y en nuestra cocina. Sin embargo, esta posibilidad no nos hace necesariamente más libres, o por lo menos más libres en nuestras elecciones de consumo. Lo que nos hace más libres como consumidores es la posibilidad de elegir entre productos de calidad hechos en nuestro entorno más inmediato y el conocimiento y la oferta local que se tenga de ellos, en comparación con la gran oferta y mercadotecnia que tenemos de productos de otros lugares lejanos o del extranjero.
En Xalapa y la región hemos vivido en los últimos años un auge de la oferta de productos locales agrícolas de la mejor calidad, productos orgánicos de ranchos ecológicos de Xico, Coatepec, Tlalnehuayocan, Banderilla, entre otros de la región, que se encuentran en los mercados tradicionales y orgánicos de Xalapa y Coatepec.
Con la reciente pandemia donde las personas y familias hemos tenido que quedarnos resguardados en casa, se está recurriendo cada vez más, a la compra por teléfono o por redes sociales, de productos que son llevados a tu puerta. Pero no sólo eso, ha surgido una preocupación por una alimentación sana y sobre todo un replanteamiento del consumo de carne roja, lo que está aumentando que cada día más personas se sumen al vegetarianismo.
Cambiar hábitos alimenticios y de consumo nos lleva automáticamente a replantearnos la compra de los productos que consumimos, y ahí es donde viene la opción de lo local, de comprar y consumir los productos que se hacen más cerca de uno.
En Xalapa y Coatepec tenemos una buena oferta de estos mercados o espacios como el mercado Coatl de Coatepec o el agroecológico de la facultad de artes de la Universidad Veracruzana, donde encuentras vegetales, verduras, semillas, harinas y panes, así como quesos de cabra y de vaca de la mejor calidad, igualmente en proyectos como el Manantial de las Flores y la Casa Verde. Estos son espacios que ya existían, pero lo que en estos últimos días se ha intensificado es la posibilidad de comprar a través de redes sociales productos locales que son llevados hasta tu casa.
Así, en estas semanas en mi casa hemos comprado, sin movernos un centímetro, desde zarzamoras y fresas de ranchos ecológicos de Banderilla, hasta leche de vaca de las faldas del cofre de Perote y la región de Acajete, desde nueces de la india y macadamia de productores de Tlalnehuayocan, hasta miel de abeja de Emiliano Zapata, o las legumbres y quesos de ranchos como “Chantico” cuyos quesos se pueden comparar al mejor queso francés o español, y las verduras de “El Huacal”.
Además de poder cocinar con esos productos frescos y orgánicos, compramos a cocineros y cocinas locales comidas ya preparadas y completas como las de “Verde de Corazón” o los jugos naturales de “Citro Frutti”. También hoy en día puedes comprar una cerveza artesanal de la mejor calidad mundial producida en Coatepec en “La Brújula”, ahora con entrega a domicilio.
En medio de todo esto, resulta una gratificante y excelente idea la plataforma “Ingenio Veracruzano” que acaba de lanzar el Gobierno de Veracruz, y la tienda virtual “Hecho en Veracruz”, iniciativa de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario, encabezada por Enrique Nachón, cuya liga es: https://tienda.hechoenveracruz.gob.mx/tienda/?v=97c7d9830adf con productos elaborados por artesanos y productores veracruzanos. Recomiendo ampliamente que entren y compren en esta plataforma, me pareció que son productos de la mejor calidad y a precios muy razonables.
Sin duda estamos entrando a una nueva era donde se redefinirá la esencia misma de la democracia y las formas de gobierno o incluso hasta del estado nacional. Ciertamente la historia y mucho de los acontecimientos de los últimos años nos podrían llevar a pensar que la forma de gobierno o de ejercer el poder que tiene mayor eficacia y atractivo en ciertas coyunturas sociales es el autoritarismo y la dictadura. Sin embargo, las sociedades, las personas, la humanidad, tienen en su capacidad de comunicación e interconexión de la era moderna, el antídoto y contrapeso a las ambiciones totalitarias o anti-libertarias de las estructuras de poder tradicionales o monopólicas.
Sin duda alguna necesitamos estados y gobiernos fuertes que busquen favorecer a los más pobres, desfavorecidos y vulnerables, con instituciones rescatadas como la salud y la educación en beneficio de toda la sociedad. Y junto a esto, también sociedades y comunidades fuertes que puedan decidir y tomar decisiones libremente. Lo que está pasando y seguirá pasando en el ámbito del consumo será un reflejo de todo lo demás.