Ahora sí —dijo la parca—,
nada de manos vacías,
llenaré las galerías
de esa lejana comarca
de la que soy la matriarca
con montones de jazzeros.
Las damas, los caballeros
que hacen la escena del jazz,
no se apartarán jamás
de mis lóbregos senderos.

Voy a ver a quien pepeno
en el J. J. Herrera,
dijo con voz muy certera
y fue a explorar el terreno.
Cuando vio que Amir Moreno
prendía tanto a la gente
con un jazz tan diferente,
no aguantó la arremetida
y escapó, despavorida,
de la tercera corriente.

Como es tan persistente,
y a pesar de tanto susto
insistía en darse el gusto,
se presentó al día siguiente.
La sorpresa fue evidente
cuando vio que con afán
el grupo fue un huracán
de notas, ritmos, sonidos.
Tapándose los oídos
salió huyendo de Ik’Balam.

Nacht le dio otra sacudida
cuando sacó del carcaj
ese poderoso sax,
y corrió despavorida
en busca de la salida.
Israel Cupich fue el siguiente
que la golpeó, inclemente,
con el swing de su cuarteto.
Le faltaron al respeto,
su fracaso era evidente.

Su fracaso era evidente
pero ni así sucumbió,
como pudo se arregló
para ir al día siguiente
en busca de un contingente
de jazzistas. No hay estrago
que detenga lo que hago,
se dijo, muy pendenciera,
y pegó una gran carrera
hasta la Casa del Lago.

Con afán inquebrantable
continuó con su aventura
porque estaba muy segura
de que era inevitable
su victoria. El respetable
le causó gran estupor
pues aplaudía con furor
tantas oleadas de jazz
del ensamble de Unicach
y la Escuela Superior.

Al otro día tres orquestas
la dejaron muy pasmada;
Xalli le dio la estocada,
Tonatiuh se la echó a cuestas
con sus brillantes propuestas.
Con los ensambles JazzUV
se incrementó su inquietud,
pero es tan pertinaz
que no se rinde jamás,
y no volvió al ataúd.

No me daré por vencida,
me tendrán eternamente
en el alma y en la mente,
ya estoy muy decidida
a quedarme en esta la vida
a disfrutar la pancha.
Convertida en mojiganga,
se quedó en la Plaza Lerdo
(dicen que como recuerdo
tiene un jazz bajo la manga).

 

 

PRIMERA PARTE: En el Teatro del Estado, la calaca ha fracasado

 

 

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