La semana pasada puede ser marcada en la historia reciente de Veracruz como una de las más sangrientas, aún por encima de lo ocurrido en Minatitlán, justo un mes antes, cuando fueron asesinadas 13 personas (niño de un año, entre ellas). Del jueves al sábado, ocurrieron al menos tres ataques armados sobre la vía pública, dos de ellos a plena luz del día, que se habrían cebado con la vida de al menos 16 personas, más 10 heridos, muchos de ellos de gravedad, mientras las fuerzas de seguridad pública estatal balbuceaban tras cada ataque que buscarían a los culpables y dejaban a su suerte a los heridos.
Lo más grave ocurrió el jueves en Tuzamapan, municipio de Coatepec, donde fueron atacados unos diez productores y recolectores de limón, cinco de los cuales perdieron la vida en el mismo sitio, rumbo a su atención médica o en los centros hospitalarios en que fueron recibidos.
Más de 100 proyectiles de grueso calibre fueron prácticamente rociados sobre los pobladores, aparentemente en venganza porque alguno de ellos hirió de gravedad días antes al hijo del jefe criminal de la zona, imponiendo un profundo luto y un temor generalizado en la población, que canceló clases y su ya próxima fiesta de carnaval.
Al día siguiente, al sur del estado, en Benito Juárez, municipio de Minatitlán, donde patrullan más de mil elementos de la Guardia Nacional, fueron localizados los cadáveres de cuatro personas que habían sido “levantadas”; dos fueron sacadas a la fuerza de sus domicilios en la comunidad Hermanos Cedillo, municipio de Uxpanapa, mientras que las otras dos fueron amagadas y levantadas en la comunidad de Plan de Arroyos. Sus cuerpos fueron descubiertos dentro de un vehículo, con signos de violencia, y en uno de ellos con un disparo en pleno rostro.
Ese mismo día, en Vega de Alatorre, fueron descubiertos tres cuerpos entre siembras de plátano, sobre la carretera a Nautla. Los tres eran varones y tenían el tiro de gracia. Los hechos se registraron alrededor de las 8:00 horas; las autoridades de Seguridad Pública solo llegaron para acordonar el lugar.
Las benditas redes sociales
“Muy mal el comunicado de @bellasartesinba porque no explica dónde quedó su responsabilidad en el homenaje al religioso de la Iglesia de la Luz del Mundo. Una pista al @gobmx: algunas invitaciones tenían como remitente al Senador Rogelio Israel Zamora Guzmán adscrito a ese culto”. Ivonne Melgar @ivonnemelgar
Los grupos criminales asesinan en plena vía pública, sin ningún temor
El sábado, en el centro del estado, ocurrieron dos ataques armados en que resultaron muertos cuatro jóvenes. El primero se suscitó en Fortín de las Flores, en el transitado bulevar Córdoba-Fortín, a plena luz del día, cuando ocurría una misa para una quinceañera en la iglesia Santa María de Guadalupe; dos muchachos de 15 años originarios de la Ciudad de México fueron acribillados a la entrada del recinto religioso y en el bulevar, a unos metros de donde se encuentra un retén de la Policía Estatal.
Más tarde, un ataque armado perpetrado sobre la carretera federal Orizaba-Tehuacán, a la altura de la congregación Tecamalucan, municipio de Acultzingo, dejó un saldo de un joven de 19 años muerto, uno más falleció cuando era trasladado para recibir auxilio médico, y cuatro más que se reportaban gravemente heridos por impactos de arma de fuego.
El hombre que perdió la vida en el lugar, Alan Yair Alamillo Cid, de 19 años, era estudiante de la Universidad de Sotavento, con domicilio en la misma localidad, mientras que José Ignacio Díaz Reyes, de 22 años, futbolista de segunda división, perdió la vida cuando era conducido a recibir atención médica.
El ataque armado se perpetró alrededor de las 21:30 horas del sábado, cuando sujetos que viajaban en una camioneta blanca rafaguearon a un grupo de hombres que se encontraban parados en las afueras de una ferretería, justo frente a la entrada de la carretera que comunica con el municipio de Atzompa, para después darse a la fuga con rumbo desconocido, aprovechando la nula vigilancia policial.
Los habitantes, enardecidos, cerraron totalmente la carretera federal Orizaba-Tehuacán, a la altura de Tecamalucan, cruzando unos camiones y camionetas sobre la carpeta de rodamiento. Hasta este domingo, la carretera permanecía interrumpida.
Solo para el anecdotario reproduzco el relato de uno de los pobladores respecto a la actuación de los policías: “Anoche acá llegaron los policías de la Policía Estatal y de la Fuerza Civil tomando fotos, pensaron que era un espectáculo, y cuando les dijimos que trasladaran a los lesionados a un hospital porque los chamacos se estaban desangrando, los muy pendejos dijeron que si subían a los heridos a las camionetas, se corría el peligro de que fueran alcanzados por los “malandros” y los podrían rafaguear. Entonces, cuál es su función».
Un médico anestesiólogo, familiar de José Ignacio Díaz Reyes, quien perdió la vida en la refriega, dijo que cuando él llegó al lugar, los jóvenes se estaban desangrando y en lugar de que las corporaciones de seguridad brindaran apoyo, los más de 20 oficiales que venían a bordo de cerca de diez unidades oficiales de la SSP y Fuerza Civil, se bajaron a tomar fotos de los heridos en lugar de trasladarlos a un hospital.
Las benditas redes sociales 2
“El #SalsaFest2019 está cada vez más cerca; este día encabezado por el gobernador @CuitlahuacGJ y en coordinación con fuerzas de seguridad realizamos recorridos en las inmediaciones del salsódromo, evaluando las medidas de seguridad a fin de salvaguardar a las y los asistentes”. Hugo Gutiérrez Maldonado @HGutierrez_M
Más preocupados por el #SalsaFest2019 que por la población
Luego de tres días de terror en varios sitios de la entidad, marcadamente en Coatepec, Córdoba y Acultzingo, tanto el gobernador Cuitláhuac García Jiménez como el secretario de Seguridad Pública Hugo Gutiérrez Maldonado acudieron a Boca del Río para evaluar las medidas de seguridad que implementarán esta semana en favor de quienes acudan al SalsaFest 2019, sin que mostraran preocupación por lo que sucede en el infierno.
Las fuerzas de Seguridad Pública (Policía Estatal y Fuerza Civil) se han dedicado a atrapar a consumidores y distribuidores de marihuana (no a las bandas criminales que los proveen), a desarmar a la población mediante la incautación de armas de fuego y el encarcelamiento provisional de sus portadores (dejando indefensos a muchos que las han adquirido para salvaguardar la seguridad familiar), a levantar a jóvenes que andan en las calles por el solo hecho de llevar el pelo largo, usar piercing u ostentar tatuaje, incluso por el solo hecho de caminar de noche o madrugada, mientras los criminales se dan vida matando en colonias de extrarradio.
Se nota a las fuerzas policiacas sin rumbo, reaccionando a los golpes del crimen, llegando muchos después de ocurridos los hechos sangrientos, y solo a tomar fotografías, sin siquiera ayudar a los heridos.
No extraña, por tanto, la exigencia del obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal a los tres niveles de gobierno para que elaboren planes realistas y eficaces en contra de la delincuencia organizada y la corrupción.
“Hace tiempo que en Veracruz la violencia no tiene límites, ni horas ni lugares ni respeto alguno por lo sagrado”, señala el prelado en un comunicado, en referencia al ataque que sufrieron de los dos jóvenes que intentaron resguardarse en el estacionamiento de la rectoría de Nuestra Señora de Guadalupe, en Fortín de las Flores, los cuales murieron como consecuencia de las lesiones provocadas por heridas de bala.
Y es que no ha habido en el presente gobierno, como tampoco ocurrió en los gobiernos precedentes, acciones certeras para prevenir los hechos tan lamentables como los ocurridos en tres días seguidos de la semana pasada en la entidad; los movimientos tácticos de los cuerpos policiacos parecen dictarse por los grupos criminales, que traen a los efectivos y sus mandos de un lugar a otro, solo para tomar fotografía pero sin ayudar maldita la cosa a los heridos ni a buscar a los criminales, a quienes tienen un temor fundado.
Siguen los ataques a Namiko
Mientras tanto, del lado de la impartición de justicia, el cínico Jorge Winckler y su patrón se revuelcan en la furia de sentirse acorralados y ya han ordenado a sus diputados y diputadas locales a arremeter en contra de la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Namiko Matzumoto.
El jueves pasado, en la Legislatura, la diputada panista Judith Pineda Andrade propuso un punto de acuerdo para convocar a la titular de la CEDH para que comparezca ante el pleno y explique su proceder en la emisión de recomendaciones en materia de violaciones a derechos humanos realizadas por servidores públicos.
¡Habrase visto tanta estupidez! El “autónomo” Fiscal, prendido de las valencianas de su jefe Miguel Ángel Yunes, pidiendo que se vulnere la autonomía e independencia de la CEDH porque una recomendación ha pintado a su equipo y a su jefe como violadores de los derechos humanos en un solo caso, aunque sabemos que existirían más expedientes que podrían ir en el mismo sentido.
La sumisa legisladora blanquiazul del Distrito II con cabecera en Tantoyuca basa su propuesta en el párrafo cuarto del artículo 40 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, que establece la posibilidad de mandar a llamar a comparecer las veces que sean necesarias al Ejecutivo del Estado a través de sus dependencias, así como a los Titulares de los Organismos Autónomos.
Y con ello cree –como la senadora Indira Rosales, a quien el miedo le aprieta por los actos de corrupción de cuando fue titular de la Sedesol estatal– que puede invocar a la titular de la CEDH “para que venga y explique los criterios con los cuales resuelve las quejas de violaciones a derechos humanos”.
En su exposición, consideró que la Comisión Estatal de Derechos Humanos se conduce con poca objetividad y profesionalismo, emitiendo recomendaciones con una prontitud increíble por hechos absurdos, pero se tarda varios años para emitir recomendaciones en violaciones verdaderamente graves. Habrá que pedirle que precise cuáles son los casos en que ha sido omisa la CEDH, para recriminarle desde todos los medios, y a qué recomendación se refiere con aquello de la prontitud que ni ella ni sus jefes pueden creer.
¡Vaya cinismo, señoras y señores del PAN! ¿O es miedo?
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