La Organización Mundial de la Salud identifica diversos factores que influyen en los niveles y hábitos de consumo de alcohol en las sociedades, así como la magnitud de los problemas relacionados con el alcohol, en donde influyen los factores económicos, culturales. La disponibilidad del acceso al alcohol, permite hábitos de consumo, exponiendo a la vulnerabilidad a una sociedad. Está exposición, coloca en riesgo a las personas en un contexto en donde aparecen, se fortalecen o se inducen conductas de intoxicación alcohólica, que afectan no sólo en la incidencia de enfermedades, traumatismos, entre otros, en los que la respuesta a la morbilidad y la mortalidad tienen repercusiones graves de seguridad socioeconómicas. Estas respuestas adversas así como los determinantes sociales, en el consumo nocivo de alcohol, deben preverse y controlarse con medidas disuasivas, con una constante información a la misma sociedad, promoviendo fuerte actividad en los medios informativos, las escuelas primarias, secundarias, preparatorias y universidades. Es de valorar el estado de registro cognitivo en el aprendizaje de una persona, se encuentra de forma importante en los infantes, quienes por aprendizaje directo o imitación se exponen a la costumbre o hábitos de su entorno.
El tejido social se encuentra vulnerado por el silencio construido por la misma sociedad que es permisible en la entrega y, en ocasiones hasta en la resignación social de los usos y costumbres, que les mantiene en el engaño de la realidad de la que es protagonista. Esto sucede así, hasta que se enfrenta a sí misma a las consecuencias hostiles de esas costumbres que no puede controlar o erradicar por encontrarse en los registros neurofisiológicos como una adicción condicionante, ya sea de uso, ingesta o consumo mental.
Los retenes de asalto, disfrazados o camuflados como “operativos de alcoholímetro”, no son otra cosa, más que secuestros de los ciudadanos para asaltarlos con una “infracción” administrativa-fiscal, que deja dinero a las arcas del Estado y el municipio. De ninguna manera son una acción preventiva, ya que las autoridades estatales y municipales permiten el consumo excesivo de alcohol por los parroquianos, siendo que los funcionarios públicos que ejercen esta función, se apostan en la oscuridad, armados y envalentonados con una disfrazada acción de protección, amparados en las “leyes”.
Estos hechos agresivos para los ciudadanos son una constante de corrupción, ya que las acciones preventivas, de ser así, deben de llevarse a cabo en los centros de recreación, cantinas, antros, bares, entre otros, invitando a los asistentes y propietarios no permitir el exceso de ingesta de alcohol, ya que en su caso se harían acreedores ambos actores a una sanción administrativa-jurídica-fiscal. Actuar así en los centros de esparcimiento con los parroquianos y propietarios, es actuar con responsabilidad de gobierno, que busca abatir los índices de adicción y exceso que traen consecuencias de deterioro social y económico.
Y no lo contrario, dejarlos que se intoxiquen, sobretodo, los jóvenes y esperarlos en las redes del alcoholímetro para atraparlos, entrampándolos, emboscándoles para aplicar una extorsión pecuniaria para las arcas del Estado.
En tanto las llamadas tiendas de conveniencia, se encuentran atestadas de diferentes marcas de alcohol, a la vista de quienes acuden a ellas, en una exposición clara de que no existen tales medidas preventivas y de control, sino acciones de extorsión hacendaria a los ciudadanos a los que les han permitido el consumo del exceso de alcohol.
Ese personal que mandan a colocar en las avenidas de flujo vehicular, debe de ser capacitado para realizar conferencias permanentes en los centros escolares, diálogos de información a propietarios y empleados de los centros de recreación, reglamentar cursos periódicos obligatorios en donde se den a conocer las estadísticas y los daños nocivos del consumo en exceso de las bebidas alcohólicas, entre muchas otras acciones preventivas, y no emboscar a los ciudadanos, después de dejarlos que se alcoholicen.
Sintácticas
En una entrevista a Bob Pop, escritor y crítico de televisión, realizada en El País, por Luz Sánchez Mellado:
¿Cómo ve el panorama fuera?
Desafiante. Es un panorama ante el que nos tenemos que movilizar y posicionar. Y asumir que la política no la hacen los demás, sino que la hacemos todos.
¿Cómo la hace usted?
Pensando, hablando, escuchando, leyendo, haciendo radio, tele, prensa. Protestando. La rabia es política. Nos hace falta la rabia, porque si no, nos adormecemos, nos volvemos complacientes con lo que ya tenemos y nos conformamos con el mal menor.
¿Qué es lo subversivo hoy?
Ser Feliz. Nos quieren tristes, desconfiados y desesperanzados. Ante eso, la rebeldía es la felicidad y los afectos. Una felicidad rabiosa, militante contra la inercia.
¿Leer es hoy antisistema?
Es superpunki. Pero no leer un libro o ver una película que te sugiera Amazon, que te conoce y controla por tu huella digital, sino elegir un random. Salirnos de la inercia intelectual a la que nos llevan es la gran rebeldía y puede hacer saltar todo por los aires.
Katica Illényi. Violín. Anikó Illényi. Chello. Angel G. Villoldo: El Choclo: