Carpetas de asfalto que se levantan en las calles recién pavimentadas, tapas del dren de las calles cubiertas de material de construcción, que impiden los escurrimientos de agua; tapaderas metálicas que tienen corriente eléctrica que dan toques electrizantes a los trabajadores de la obra pública, siendo esto de alto riesgo también para los transeúntes. Policías que no saben usar una pistola, porque no fueron capacitados en el manejo de las armas de fuego en una academia que el alcalde Pedro Hipólito insistió que se “prepararan”, para ser policías. Calles y avenidas llenas de hoyancos y de baches que despedazan rotulas, amortiguadores, barras estabilizadoras de los autos…incluso dañando las computadoras de los automotores, que al recibir tremendas sacudidas quien tiene la desfortuna de caer en una de estas trampas. Tapas del sistema de alcantarillas, metálicas o de cemento sumidas hasta veinte o más centímetros de profundidad como si fueran cráteres del asfalto, que al circular los automóviles sufren tremenda zarandeada con el subsecuente daño. Circuitos de la ciudad impedidos para la circulación, debido a que hombres y maquinaria pesada perforan las calles en donde realizan penosas excavaciones no programadas adecuadamente, que hieren y laceran el estado emocional de sus habitantes, ya que tienen que recorrer en sus autos calles y calles, en donde se encuentran con atascaderos de tráfico donde les llevará hasta una hora o más avanzar para encaminarse a sus destinos. Existen aquí, en este lugar, unas latas destartaladas de mal aspecto que arrojan densas nubes de humo negro llamadas transporte público. Por las calles hay vendedores ambulantes que se transportan en motonetas con redilas que andan alterando el silencio con sonidos intensos de unas cornetas de aire para anunciarse, pasando de cuando en cuando, camionetas anunciando cualquier cosa. Una historia kafkiana que los lugareños permiten.
Parques de ésta ciudad capital abandonados, llenos de maleza o basura, que dan un mal aspecto propiciando oportunidad a la delincuencia, áreas deportivas en el abandono, en una comunidad en donde la salud pública se cifra en datos elevados de hipertensos, diabetes, diabesidad, sobrepeso, obesidad y trastornos emocionales que afectan la salud somatizando; una salud pública abandonada de manera ominosa, una población enferma sin programas de atención preventiva de salud y sociales, que actúen ante la realidad. Una población llena de mascotas caninas sin ningún control de zoonosis, que ponen en riesgo a las personas de ser atacadas. Estas mascotas realizan sus excretas fecales y de orina en las áreas verdes a complacencia de sus propietarios, pululando en el ambiente que los ciudadanos aspiran. Tráfico de automotores demencial en donde los ciudadanos, si es que a esto se le puede llamar ciudad, van perdiendo la vida, por el tiempo en que permanecen en las rúas atestadas de vehículos que sobrecalientan la atmósfera con los motores encendidos; convirtiendo a esta ciudad en un gran estacionamiento contaminante que no permite avanzar, produciendo emisiones desquiciantes de que dañan la salud.
En esta localidad vivió un insigne escritor; Sergio Pitol Deméneghi, Premio Cervantes de literatura, así lo decidió él, vivir aquí en Xalapa, en una hermosa casa estilo de la provincia italiana, llena de libros y de recuerdos, entre ellos la emblemática alfombra que describe en sus obras. Una rectora indolente de Nombre Sara Ladrón, propició y permitió la sustracción de objetos personales valiosos del escritor que dignificaban a ésta ciudad, como la medalla otorgada al recibir el Premio Cervantes, que le colocó el Rey Juan Carlos I de España en presencia de Sofía Margarita Victoria Federica, Princesa de Grecia y Dinamarca y del Presidente de esa República José Luis Rodríguez Zapatero, acompañados de lo más granado de la literatura mundial. Aquí también vive un Cardenal de la Iglesia católica, que durante años fue el Obispo de esta diócesis. Esta Metrópoli tiene por bien o por mal, un majestuoso estadio que los encargados cierran de tres a cinco de la tarde, porque quienes ahí laboran se van a comer, en tanto frente a este estadio, autos transportan adultos, jóvenes y niños con sobrepeso y obesidad; también existen ahí, en esta hermosa ciudad, cuatro virtudes cardinales; la Prudencia, Fortaleza, Templanza, Justicia; hermosas esculturas esculpidas por Enrique Guerra, tres de ellas de mármol de Carrara, y una de Armando Zavaleta León con mármol de una localidad cercana; colocadas hace muchos años ya, en el paseo del Ayuntamiento, en el centro de la ciudad; obras que los caminantes no ven, porque siempre van atentos en la rúa a no ser atropellados por un veloz auto.
Pareciera una historia de tenebrosa ficción, que de vivir, daría la oportunidad a Franz Kafka, Honorato de Balzac, Guy de Maupassant, a Dostoyevki; quizá, este último en una nueva edición de su “Crimen y castigo”, o un Gabriel García Márquez con una nueva publicación de “Cien años de soledad”, o “El amor en tiempos del tráfico, en una ciudad de espanto”; Voltaire, quizá escribiría un “Tratado sobre la Tolerancia en la Ciudad de Xalapa”, o Edgar Allan Poe volvería a escribir “La ciudad robada” o “El asesinato lento de unos ciudadanos”; Juan Rulfo, se inspiraría nuevamente para describir “ El llano en llamas” de una ciudad que arde de enojo en sus habitantes; relatos de esta ciudad que con tanta inseguridad pública, la delincuencia se vuelve insaciable; indigesta condición ésta para sus habitantes. En tanto la incapacidad cognitiva sin límite de un alcalde que parece detestar a la ciudad, se entorpece cada día más en su proceder, sosteniendo ahí en el ayuntamiento a colaboradores reprobables que llenan a ésta comunidad de infortunio palpitante y de ansiedad.
¡Monstrum horrendum!, es la presentación de la capital de lo que fue un gran estado, un revés para las esperanzas que no florecieron ya, un facsímil extraordinario de la desgracia, una tesorera que sirve a sus intereses y a los de un grupo señalado de corrupción y que el alcalde, temeroso como es, no se atreve a retirar del cargo, en complicidad con regidores que no atan ni desatan, ni proponen ni hacen, permitiendo todas éstas y más atrocidades.
Sobre una espiral de absoluta impotencia y desastre se encuentra la ciudad de Xalapa, con autoridades municipales que son un fiasco.
Sintácticas
Indudablemente, las brazas de la política están calientes.
Basta con darse una vueltecita por la ciudad capital Xalapa para ver el tirador en que se encuentra.
La regularidad sin rumbo conduce al fracaso.
La cuestión es que se han empleado todos los recursos necesarios para la democracia y no hay inmediata posibilidad para ser demócratas.
Prever emboscadas es el arte de los sobrevivientes.
Si te acechan, acecha.
No te olvides que el que olvida nunca olvida.
No hay en efecto salida alguna secreta siempre hay alguien que la sabe.
Conocer la condición humana es conocerse en mucho así mismo.
Alexandra Whittingham. Guitarra. Capricho Árabe. F. Tárrega. Filmado en la iglesia de San Pedro en Martignac, suroeste de Francia: