El pasado viernes estaba programado el segundo de tres debates en igual número de municipios veracruzanos que tendrán este año elecciones extraordinarias para renovar ayuntamientos.
Todo estaba listo y dispuesto para que los cuatro candidatos en el proceso, los de Morena, PRI-Verde, PAN-PRD, y Panal expusieran sus propuestas e ideas con relación al futuro de ese municipio, donde habitan unas 80 mil personas, de acuerdo con datos oficiales.
El Organismo Público Local Electoral había realizado un esfuerzo importante en materia de tiempo y gasto, para celebrar los debates y privilegiar el diálogo entre los aspirantes al cargo de presidente municipal.
El problema es que por desgracia no hubo interés por parte de los candidatos que fueron convocados, de tal manera que ese ejercicio, el debate, no pudo concretarse.
El Ople gastó un recurso público, aunque sea modesto, para celebrar este evento, salón, sonido y tiempo; todo eso fue en vano, porque los abanderados despreciaron esa oportunidad para mostrarse y exponer sus propuestas.
De los cuatro candidatos que aparecerán en las boletas, sólo dos confirmaron su asistencia, el de Nueva Alianza, Benjamín Hernández Bautista, y el de PAN-PRD (Veracruz el cambio sigue), Daniel Antonio Baizabal González; sin embargo, este último canceló su participación cuando faltaban unos minutos para que iniciara el debate.
En la víspera, los abanderados de PRI-Verde, Fernando Retureta, y del Movimiento de Regeneración Nacional, Jorge Mier, anticiparon su ausencia al desistir de participar.
Ante el hecho de que sólo había un asistente, en de Nueva Alianza, la autoridad electoral estimó que eso no sería debate –en todo caso hubiera sido un monólogo–, de tal manera que determinó cancelar el evento; y con ello la posibilidad que tendrían los potenciales electores de comparar planteamientos, ideas y propuestas.
Fue, en síntesis, una lástima por los recursos destinados por el Ople (que cumplió al abrir el espacio y generar las condiciones) para celebrar ese debate, que terminó como un evento malogrado.
Una lástima, también, debido a que con su ausencia, los candidatos mostraron su poco interés por confrontar posiciones, probablemente por temor al ridículo, se comenta en Emiliano Zapata.
PRD, nuevos voceros
El Partido de la Revolución Democrática en Veracruz nombró como voceros institucionales al secretario de Derechos Humanos del Comité Estatal y al coordinador de Comunicación Social, Manuel Bernal Rivera y Miguel Ángel Gómez Polanco, respectivamente.
Manuel Bernal es un cuadro veterano del perredismo veracruzano; fue diputado local y se mantiene vigente desde hace más de dos décadas.
Gómez Polanco ha sido subdirector del área de noticias de Radio Televisión de Veracruz; ha trabajado en diferentes medios de comunicación y actualmente es el jefe de prensa del Sol Azteca, de tal manera que el mensaje bien podría interpretarse como un natural relevo generacional en ese partido, que lucha por mantenerse vigente en el ánimo de los electores veracruzanos.
Al igual que en la elección local de 2016, este año el PRD va en alianza con Acción Nacional (con la diferencia de que ahora se suma el Movimiento Ciudadano); en ese contexto, el PRD tiene tres retos: primero, ganar el mayor número de diputaciones por mayoría relativa (postuló 8 candidatos a la Legislatura local); segundo, aportar lo más que se pueda a la campaña de Miguel Ángel Yunes Márquez; y tercero, no ser superado, como partido, por el Movimiento Ciudadano en la contienda veracruzana.
Los voceros del perredismo, Bernal Rivera y Gómez Polanco, intentarán mantener vigente, al menos mediáticamente, al Sol Azteca en Veracruz. Por otro lado, el presente proceso local electoral es la oportunidad del partido para mantener su fuerza y su presencia en el estado; y no desplomarse en el intento. @luisromero85