Tourette-poderamiento

En estos tiempos de incertidumbres, de inestabilidades políticas, de resentimientos que emergen al acompañamiento del poder, se presenta una variante del síndrome de Tourette, el Tourette-poderamiento, que se manifiesta con actos verbales y de lenguaje corporal que son precedidos por impulsos premonitorios y, un impulso premonitorio en esta variante del trastorno, es  cuando determinado adversario político realiza declaraciones de sospecha, de obviedad, de incumplimiento,de difusión de vídeos, en donde se demuestran actos de corrupción, de grabaciones que confirman lo que ya se sabe, de escandalosas adquisiciones de inmuebles en México y el extranjero con dineros públicos, que no alcanza toda una vida o más, al ciudadano común, para adquirir en corto tiempo grandes fortunas, cual genios de las finanzas y de los negocios de alta gama. Estas acciones  son parte de un trastorno crónico, instaurado desde el núcleo familiar y el entorno social en que se desenvuelve el ente, ante la carencia moral, que les ha alterado el yo interno, a efectos del yo social en que crece y se desarrolla el individuo, que les induce a la exclamación de palabras obscenas o comentarios socialmente inapropiados y despectivos, llamados «coprolalia». Este,  el síndrome de Tourette, es un trastorno  neuropsiquiátrico, que puede ser crónico o transitorio, se caracteriza por comportamiento compulsivo, falta de control, movimientos repetitivos, repetición incoherente de palabras, repetición sin sentido de palabras en asuntos ya dichos, parpadeos, movimientos de los ojos para observar quien se encuentra en su entorno, carraspeo, olfateo, ansiedad, temor, y movimientos faciales o corporales llamados tics.

El curso natural de la enfermedad varia entre los individuos. Los síntomas van de leves a muy severos, aunque en un alto porcentaje son moderados.

Escuchamos de un lado y de otro decir palabras tronantes, inquisitivas, amenazadoras, que prevalecen en diputados, alcalde y funcionarios. Son los tiempos, tiempos de calentamiento climático, que estimulan aún más el calentamiento glocal político, acentuando el síndrome de Tourette-poderamiento. Tiempos premonitorios, de acomodos y reacomodos de grupos, de grupúsculos y de intereses. Pero un personaje destaca al margen del lodazal, lejos de la  coprolalia, un personaje que  va cruzando también por el terreno pantanoso, el senador José Yunes Zorrilla, que  no mira el suelo, como dice el poeta Salvador Díaz Mirón «A través de este vórtice que crispa y ávido de brillar», vuela. No se le han escuchado palabras obscenas, ni gestos de prepotencia, ni mucho menos actitud de poderamiento, cauto, prudente, mesurado, va cruzando el pantano de la política, politequería y grilla. El Presidente de la Comisión de Hacienda del Senado de la República, avanza incólume sobre los terrenos pantanosos.

La función pública

La autonomía gubernamental, se observa acotada por el crecimiento de la inseguridad pública, por el desabasto de los insumos a las instituciones, tanto económicos, como el del arribo de funcionarios y empleados sin conocimiento de la función pública, con acciones que resultan intrusivas en la administración.  La toma de decisiones es centralizada, y los recursos no fluyen hacia las áreas operativas, observándose una administración gubernamental cada vez más fragmentada en sus funciones con una imperante disfunción de la administración.

Estas acciones intrusivas, centralizadas, no han permitido que la e-infraestructura se desarrolle en su conjunto de actividades, mediante el uso de recursos, todos, distribuidos de manera equitativa, coordinada y ordenada a las diferentes  dependencias, para llevar acciones que beneficien a la sociedad. Y esto no permite la colaboración nacional o internacional, que generen recursos e información ,para así distribuidos y compartidos entre las diferentes instituciones, se permita avanzar. La e-función pública debe mirar hacia un cambio hacia el desarrollo creciente, que otorgue estabilidad social y potencial económico.

El tiempo del hombre

El cronhuman, nos somete a las caprichosas desventajas de los programas gubernamentales, deteriorando a la sociedad toda. La educación, pilar fundamental para el desarrollo y comportamiento humano, se menoscaba cada vez más y, no alcanza a la dinámica de la evolución social, que marcha por si sola instaurando engranajes de subsistencia. En este país, y en Veracruz, incarceradas las funciones escolásticas por los intereses de grupos grillescos, que deterioran lo cognoscible de la educación, una educación basada en conceptos rebasados por la dinámica global del conocimiento, y manipulada por preceptos equívocos que delinean los organismos internacionales, como la OCDE, que poco conocen de la idiosincracia y el origen del pensamiento originario, de la colectividad multiétnica. Así pretender normar el conocimiento con parámetros construidos en otros estadios y bajo la sombra de los intereses económicos, nos lleva a un cron atemporal del continuum del pensamiento.

Este continuum, deconstruido, nos hace más vulnerables, en lo individual, en lo colectivo y como nación. Pero los señores diputados, ocupados como están, en asuntos personalizados y de grupo, poco voltean la mirada hacia el devenir, y hacen ostentación de su alta capacidad para los dimes y diretes, con acritud entre los grupúsculos que conforman el legislativo local, que en nada benefician a la legislación, que norma, y debe favorecer al colectivo que les eligió. 

Sobre la evolución

Lo escribió el pensador griego Caleideco,  en su libro quinto, capítulo cuarto, en reflexiones del hacer y el ser : «No todo lo que se ve, se observa. Detrás de lo que se observa, si es que se ve, subyace el principio activo del hombre, consecuencia de su condición, su orto, que le emancipa a su condición.»

Caleideco, nos describe las profundidades del alma, que crea el pensamiento, no creado este por el pensamiento en sí, sino por las emociones que le generan su origen dogmático-genético, los estímulos del yo social, al yo individual. Así Caleideco, expone una de las vertientes de la creación del hombre por el hombre mismo, creando a semejanza una divinidad que le estigmatiza de sus propios hechos. 

Caleideco, recorre el pensamiento humano, no como un todo, si no como parte de un todo, porque el comportamiento existencial de las otras especies que le acompañan, determinan el devenir de su existencia, de ahí, que ya desde entonces, a la manera budista, clama, por una perentoria simbiosis del medioambiente y el ser y, perentorio, precisamente, para que exista o haya evolución.

Evolución que no cabe en la cognoscividad  de quienes se encuentran por encargo al frente de las responsabilidades públicas.

De la moral y la vida

De doña Conchita, a sus más de 90 años de edad : «A mi me han hecho muchas propuestas, muchas de ellas indebidas, tuve y tengo necesidades, pero siempre me he mantenido firme a mis principios, que a la larga han sido mi fortaleza..y mírame, aquí estoy. De mi podrán decir lo que quieran, pero nunca, que no me respeté a mí misma.»