Si de última hora no hay sensatez y prudencia políticas en el gobierno estatal surgido de la alianza PAN-PRD que lo obligue a dar un cambio radical a su libreto, entonces es muy probable que en la sucesión municipal de este año en Veracruz veamos una reedición de la película “Ladrones de Elecciones” que en los comicios locales de 2013 protagonizaron funcionarios estatales y federales del PRI, los cuales, como se recordará, intentaron manipular los programas asistenciales de la Federación para favorecer a los candidatos del partido tricolor a las alcaldías.
Y es que el único giro en el guión hasta ahora es que los presuntos implicados ya no serían funcionarios estatales del Revolucionario Institucional sino los panistas y perredistas de la actual administración que intentarán ganar a como dé lugar la mayoría de las 212 alcaldías de la entidad, sobre todo las 30 principales cabeceras municipales que concentran más de la mitad de los votantes del estado, destacando obviamente el Ayuntamiento del puerto de Veracruz, por donde se perfila como candidato de la alianza PAN-PRD el senador Fernando Yunes Márquez, hijo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Precisamente la dirigencia municipal del PRI en el puerto de Veracruz acaba de denunciar al legislador panista ante el Órgano Público Local Electoral (OPLE) por actos anticipados de campaña. El dirigente porteño del partido tricolor, Raúl Díaz Diez, acusó que el senador Yunes Márquez incurrió en actos constitutivos de delito y clara violación al código electoral, ya que a través de videos en las redes sociales ha promocionado anticipadamente su imagen y reforzado sus intenciones de contender por la alcaldía, además de que ha participado en reuniones con correligionarios para promover sus aspiraciones políticas.
Según Díaz Diez, “el señor ha teñido eventos que ha publicado en diversos medios de difusión”, y aseguró que cuenta con pruebas documentadas que ya presentó al OPLE, en las que se especifica cada una de las violaciones a la ley electoral.
Lo paradójico es que en la sucesión municipal de 2013, el senador y su padre Yunes Linares fueron los principales héroes de aquella película que titularon “Ladrones de elecciones” y que difundieron a través de las redes sociales y de los principales portales de internet, como YouTube, para exhibir a los funcionarios estatales y federales del PRI que pretendían manipular a favor de los candidatos de su partido los programas sociales como Prospera (antes Oportunidades), el Seguro Popular y las pensiones para adultos mayores.
Como se recordará, los Yunes entregaron a la dirigencia nacional del PAN, encabezada entonces por Gustavo Madero, un paquete de audios y videos que algunos operadores priistas cooptados por la actual familia gobernante grabaron clandestinamente durante su participación en dichas reuniones realizadas en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, el principal bastión electoral yunista.
La denuncia provocó un gran escándalo mediático que no sólo tambaleó la permanencia del aún priista Javier Duarte de Ochoa en la gubernatura y motivó también las renuncias del delegado de la SEDESOL federal en la entidad, Ranulfo Márquez Hernández, y del secretario de Finanzas y Planeación del gobierno del estado, Salvador Manzur Díaz, sino que forzó además al presidente Enrique Peña Nieto a negociar un adendum con las dirigencias nacionales del PAN y PRD para salvar el Pacto por México.
Ahora, contradictoriamente, en la víspera de las elecciones municipales de junio próximo, el gobernador Yunes Linares está bajo la mirada crítica de la oposición priista y hasta de los militantes de su propio partido, pues la anunciada candidatura de su hijo Fernando a la alcaldía del puerto de Veracruz ha generado sospechas en el partido tricolor de que los programas asistenciales del gobierno del estado pudieran manipularse electoralmente a favor del senador panista, mientras que en el PAN la virtual imposición de Yunes Márquez ha provocado las primeras renuncias de otros aspirantes a su militancia, como han sido los casos de los ex diputados Oscar Lara y Rafael Acosta Croda.
Y es que el pasado lunes 6 de febrero, día en que su padre, el gobernador Yunes Linares, echó a andar oficialmente en una de las colonias populares más marginadas del puerto jarocho el programa social estrella de su administración denominado “Veracruz comienza contigo” –¿habrá sido mera coincidencia?–, el senador Yunes Márquez se “destapó” ante un grupo de correligionarios como aspirante del PAN a presidir el Ayuntamiento porteño, considerado el más importante y emblemático de todo el estado por el monto de su presupuesto anual, por las inversiones federales en materia portuaria, por el relevante número de electores y por ser un ícono de la historia nacional.
Gisela Rubach Lueters, directora general de Consultores y Marketing Político –quien fue asesora de Yunes como presidente del CDE del PRI en la sucesión municipal de 1997–, declaró recientemente al canal de televisión por internet de El Financiero-Bloomberg, que el gobernante del PAN no va a reparar en nada para imponer su agenda electoral, tan es así que, dijo, el panista recurrió a una “caja china perfecta”, aludiendo a la crisis mediática que activó al denunciar en conferencia de prensa la supuesta aplicación de medicamentos falsos a niños con cáncer, un tema tan sensible que usó para atacar sin pruebas contundentes al ex gobernador prófugo Javier Duarte y a su enemigo histórico Fidel Herrera Beltrán, el ex cónsul de México en Barcelona que pretendía venir a Veracruz para hacer “política interna”.
Descorteses e ineptos
La secretaria de Finanzas y Planeación, Clementina Guerrero, dejó “plantados” a los 48 alcaldes del PRI, PVEM, AVE y PT que siguen reclamando los recursos federales que la administración estatal anterior les retuvo y que la actual gestión tampoco les ha transferido.
Ante el reproche de los ediles, a cuya causa se sumó también el senador priista Pepe Yunes Zorrilla, doña “Tula” Guerrero pretextó que no pudo asistir porque de última hora fue llamada de emergencia a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. ¿Y por elemental cortesía política no se le ocurrió encomendarle a algún subsecretario o a otro funcionario de la Sefiplan que se dignara a disculparla y que atendiera personalmente a los munícipes?
El fiscal yunista Jorge Winckler mantuvo esperando ¡4 horas! afuera de la sede de la Fiscalía a los familiares de los desaparecidos que este jueves se reunirían con él y el subsecretario de Derechos Humanos de la SEGOB, Roberto Campa Cifrián.
Por irse de “huele-pedos” al aeropuerto de Veracruz para recibir al funcionario federal, el abogado porteño se llevó tremendo “baño” por parte de las víctimas, quienes le recriminaron también su falta de oficio y descortesía. Le cuestionaron que por qué no envió en su representación a un subordinado a recibir a Campa, cuyo vuelo se retrasó debido al mal estado del tiempo, mientras él se quedaba para atenderlos. El colmo fue que le dijeron que al menos su antecesor, el ex fiscal duartista Luis Ángel Bravo, sí les daba la cara.
Otro de los yerros del “gobierno del cambio” suscitados durante esta semana corrió a cargo del secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, a quien los directivos y socios de la Coparmex-Xalapa le solicitaron ¡desde diciembre del año pasado! una reunión para ver cómo pueden coadyuvar con las autoridades estatales para enfrentar la inseguridad que se ha vuelto alarmante en la capital veracruzana, pero ésta es la hora en que el titular de la SSP no se ha dignado a responderles.
¡Qué manera de hacer quedar mal a quienes se fueron con la finta de que éste sí es un gobierno sensible, cercano a la gente y que por fin “habla con la verdad”! Ja, ja, ja.
Con razón el ex gobernador Dante Delgado declaró este jueves que Miguel Ángel Yunes Linares, Javier Duarte y Fidel Herrera “están cortados con la misma tijera”.
Aviso a nuestros lectores
Debido a un compromiso personal de su autor, que le obligará a ausentarse unos días del estado, esta columna periodística no aparecerá el próximo lunes sino hasta el martes 21. Por su comprensión, muchas gracias.