Para el simple mortal, las bajas calificaciones crediticias otorgadas en la última semana al Gobierno de Veracruz por empresas calificadoras, como las norteamericanas Fitch y Moody’s y la mexicana HR Ratings, podrían parecerle un infierno de siglas y símbolos que bien pueden no brindarle la dimensión del desastre financiero que significan. No las invocaremos.

Lo que es verdaderamente preocupante son los motivos detrás de la reprobación implícita de esas calificadoras, porque significan que, si fuera una empresa, Veracruz podría estar al borde de la quiebra, con la diferencia de que los afectados no serían los socios del emporio sino todos los veracruzanos que, por lo visto, no podrán salir de tan peligroso atolladero en el mediano plazo.

Ya sabemos que cada veracruzano, sin deberla ni temerla, tiene en promedio una deuda de por lo menos 5 mil pesos por cabeza, sean niños, adolescentes, adultos o personas de la tercera edad, lo que para algunas familias representa compromisos financieros de hasta 25 mil pesos. El grave problema es que no tenemos con qué pagar, no hay ni para comprar comida y, mucho menos, sufragar gastos de educación, salud, vivienda y vestido y, para colmo, los acreedores están presionando para que paguen.

¿Cómo es que hemos llegado a una situación de insolvencia, si Veracruz no ha hecho una sola inversión pública de mediano pelo, si en lugar de disminuir, las deudas crecen sin control, pese a que el gobierno de Javier Duarte dice que ha invertido en su pago recursos provenientes de nuevos empréstitos, de los enviados abundantemente por el gobierno federal y de aquellos que ha recaudado su propio sistema fiscal?

Para la calificadora Moody’s, según revela una amplia nota del periódico El Economista , la baja en la calificación se debe al deterioro financiero, la presión negativa por la aprobación de dos leyes locales (la que otorga basificación a miles de burócratas y la que destina los recursos recaudados por el impuesto del 3 % a la nómina al pago de proveedores) y el incumplimiento de obligaciones.

En comparación con las expectativas de la calificadora de un déficit presupuestario de 4 % de los ingresos totales, Veracruz presentó un déficit de 6.5 % el año pasado, lo cual incluye 6 mil 622 millones de pesos de operaciones pendientes de afectación presupuestal de los estados financieros. También presentó una importante reducción en sus reservas de efectivo, las cuales cayeron 576 millones de pesos al cierre del año anterior y 6 mil 800 millones de pesos al cierre del 2014.

No solo eso, Moody’s observa que los pasivos circulantes también tuvieron un aumento considerable, pues pasaron de 3 mil millones a 12 mil millones de pesos en los dos años previos; para el cierre del segundo trimestre del 2016, el monto pasó a 17 mil millones de pesos.

Al referirse a las torpes leyes enviadas por Javier Duarte de Ochoa al pasivo Congreso local, señala que la baja de calificación también refleja presiones negativas como consecuencia de la aprobación reciente de las mismas. “La primera otorgó a poco más de 5,000 trabajadores temporales el estatus de trabajadores permanentes; Moody’s espera que esto aumente los gastos por 108 millones de pesos e incremente las contribuciones por pensiones en el futuro”.

Y añade la nota: “La segunda ley comprometió dirigir todos los ingresos por impuesto sobre la nómina recaudados por el estado para pagar pasivos circulantes. Si bien se espera que lo anterior elimine los pagos atrasados, se espera que esto requiera el equivalente a tres años de impuesto sobre la nómina, lo cual limitará los ingresos disponibles para los gastos recurrentes de la entidad”.

Por si fuera poco, a ello se suma el incumplimiento de las obligaciones relacionadas con los pasivos circulantes en las emisiones bursátiles de Veracruz (VERACB 12, VERACB 12B, y VERACB 12U), lo cual conllevaría a que el estado reciba menos transferencias por participaciones por al menos un año.

Moody’s de México colocó la calificación de Veracruz en perspectiva Negativa, que refleja las expectativas de que el estado tendrá una flexibilidad financiera limitada para afrontar su deterioro financiero, mejorar su liquidez y limitar los aumentos de deuda, incrementando así el riesgo de un detrimento financiero adicional en el futuro cercano.

Algo que llama la atención es la opacidad con que el gobierno duartista ha actuado en lo relativo a compromisos crediticios, lo que bajó las calificaciones de deuda de 12 créditos respaldados. Sobresalen los contraídos con Inbursa, con un monto de 5 mil 500 millones de pesos; Banobras, por un monto de 4 mil 600 millones, y Banorte, por 4 mil 500 millones.

Solo con esas tres instituciones de crédito, Javier Duarte endeudó la hacienda pública por un monto de 14 mil 600 millones de pesos. ¿Dónde están esos recursos, en qué se han invertido, qué ha hecho Duarte con tan estratosféricas sumas?

Y concluye en su reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores:

“Dada la perspectiva Negativa, un aumento en las calificaciones es poco probable. No obstante, las calificaciones podrían ser estabilizadas si Veracruz presenta una mejora significativa en sus resultados financieros y pasivos circulantes. Por el contrario, las calificaciones podrían ser modificadas a la baja si los resultados consolidados de Veracruz se deterioran más, además de un deterioro adicional en la liquidez o un aumento en los niveles de deuda”.

Yunes Linares, enfurecido por estado que heredará

La situación financiera de Veracruz preocupa profundamente al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, y con justa razón. Este jueves en Boca del Río, en la apertura del foro ciudadano para la elaboración del Plan Veracruzano de Desarrollo, en la USBI de la Universidad Veracruzana, se refirió a la caída en la calificación de la deuda pública de la entidad.

Tres empresas internacionales, dijo, han bajado la calificación crediticia al estado de Veracruz debido a las reformas que se han presentado en los últimos meses, y aseguró que existe una situación de “emergencia” debido a que las empresas ya señalaron que si no se revierten las reformas, la calificación crediticia podría disminuir aún más.

“En un hecho inusitado, en un hecho terrible para Veracruz, en el último mes las tres calificadoras internacionales más prestigiadas, han bajado la calificación crediticia para Veracruz, Fitch Ratings, HR y Moody’s el día de ayer (miércoles)”, afirmó.

¿Veracruz, el tercer estado más pacífico?

Según el Índice de Paz México (IPM) 2016, que elabora el Instituto para la Economía y la Paz, un organismo internacional que se califica como independiente, apartidista y sin ánimo de lucro, Veracruz ocupa el tercer lugar entre los estados más pacíficos de México, una relación que encabezan Hidalgo y Yucatán, y que completan Tlaxcala y San Luis Potosí.

Habría que preguntarle a los veracruzanos si esa percepción, basada principalmente en cifras oficiales, pueden tomarla en serio, pese a que la organización que lo señala (con sedes en Sydney, Nueva York, Bruselas y Ciudad de México) tiene un bien ganado reconocimiento mundial, o si lo consideran una conclusión sesgada y alejada totalmente de una realidad que tiene a Coatzacoalcos, Orizaba, Poza Rica y Xalapa entre los 20 municipios con mayores índices de homicidios por arma de fuego en el país.

Cabe considerar que el documento, de 120 cuartillas, reconoce que el informe de delitos de la policía es poco exacto: “Cuando se comparan las cifras de homicidios que tienen registradas las procuradurías estatales, con las actas de defunción, se calcula que el conteo de víctimas de homicidio está por debajo de la realidad por más de 20% en 11 estados del país. En particular, Veracruz, que ocupa el tercer lugar en el IPM, presenta la mayor discrepancia en este delito de alto impacto”.

Y añade: “Es necesario mejorar el reporte y el análisis de datos. Podría mejorarse tanto su exactitud como su alcance, lo cual mejoraría el análisis oficial y extraoficial de los mismos. Esto es de suma importancia en estados donde las estadísticas oficiales muestran tasas de delincuencia bajas que contrastan con otras fuentes de información.” Además. el organismo lamenta que en las estadísticas oficiales no se incluyen “a las 26,000 personas que se han reportado como desaparecidas desde el 2007”.

Si en estos días aparece un comunicado oficial vanagloriándose de estos resultados, debemos ser muy cuidadosos en creer que, efectivamente, somos el tercero estado más pacífico del país.

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