Si hay un gobernador electo de Veracruz que haya llegado al cargo generando altas expectativas entre los veracruzanos, ese es el panista Miguel Ángel Yunes, quien durante toda la etapa de campañas enarboló la bandera del combate a la corrupción y el castigo para quienes hayan metido la mano –y también las uñas– al erario público.

Una vez que asuma el poder ejecutivo del estado, se espera que Yunes Linares no sólo cumpla dicha promesa de campaña –llamar a cuentas al actual gobernador y a quienes han tenido la responsabilidad del manejo de los recursos– sino que busque una solución a los problemas de inseguridad, desempleo y deuda con proveedores y contratistas del gobierno estatal.

A pesar de que son muchos los retos que asumirá Miguel Ángel Yunes, el principal tema pendiente, al menos en cuanto a la opinión pública, se relaciona con el proceso judicial contra Duarte y compañía, tema que fue recurrente en sus discursos antes y durante la campaña.

En su conferencia del pasado lunes 6, por ejemplo, el virtual gobernador electo se refirió una vez más a dicho tema; dijo que de ninguna manera podría olvidar, al asumir el cargo, las denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la Federación, que evidenciaron desvíos de dinero por parte del actual gobierno estatal.

Incluso, unas horas después del cierre de casillas y cuando el conteo rápido del Organismo Público Local Electoral le había dado la ventaja, Yunes Linares fue entrevistado por el periódico El País, de España, ante el que declaró: “Estoy absolutamente seguro de que Duarte acabará en la cárcel. Por la vía federal, porque desvió más de 50 mil millones de pesos de recursos federales. Pero falta por investigar la parte estatal: tengo detectadas propiedades por valor de 3 mil millones de pesos”.

A ese mismo medio, el panista aseguró que el 92 por ciento de los veracruzanos piensa que Javier Duarte es corrupto y que hundió al estado en la miseria.

Debido a esas y muchas otras declaraciones similares, cualquier escenario diferente a la reclusión del gobernador saliente podría ser motivo de decepción entre las miles de personas que sufragaron por Acción Nacional y su candidato.

El tema nos hacer recordar el caso de Nuevo León, donde el actual gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, llegó al cargo con una bandera muy similar a la de Yunes Linares, el ajuste de cuentas contra un gobierno estatal señalado por los altos niveles de corrupción; pero han pasado poco más de ocho meses y el ex gobernador de dicha entidad, Rodrigo Medina de la Cruz, sigue en libertad, a pesar de las causaciones, que no se han convertido aún en denuncias penales, por presuntos peculado, daño patrimonial y ejercicio indebido de funciones.

En ese sentido, Miguel Ángel Yunes tendrá poco más de un año y medio para actuar, cumplir esa promesa e intentar resolver los grandes problemas de un estado con altos niveles de inseguridad y violencia; con casi seis de cada diez habitantes en condición de pobreza; con un fuerte desempleo; y con una enorme deuda pública con instituciones crediticias y proveedores.

Lo peor para la próxima administración estatal es que iniciará funciones sin dinero para hacer frente a sus compromisos (de entrada, los de fin de año), ni recursos para su funcionamiento y operación. Ahí es donde se requerirá la habilidad del próximo gobernador para gestionar y lograr que las participaciones federales lleguen de forma puntual y suficiente; sin embargo, el escenario luce complicado, dado que cada vez son más frecuentes los recortes presupuestales que anuncia la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Si a Javier Duarte le tocó, como él aseguraba, “bailar con la más fea”, podríamos decir que Yunes Linares ya ni pareja encontró.

Los equinos jubilados

Entre las organizaciones que luchan por los derechos de los animales fue bien recibida la noticia relacionada con el Programa de Sustitución de Carretas por Motocarros para la Recolección de Basura del Ayuntamiento de Xalapa.

José Antonio Fernando Martínez, del programa The Donkey Sanctuary UNAM, por ejemplo, calificó dicha iniciativa del ayuntamiento que encabeza Américo Zúñiga como “muy buena, debido a que sustituye a los animales que ya han cumplido con su tiempo de trabajo, para que puedan ser adoptados por otras personas y descansar”.

The Donkey Sanctuary es un programa que promueve el bienestar de los équidos (caballos, burros y mulas) y que atiende, en promedio, a 30 mil animales por año; tiene presencia en 13 entidades del país, donde beneficia a más de 500 comunidades.

En ese contexto, dicha organización sostiene que los animales deben ser eliminados del proceso de recolección de basura.

Esa determinación de las autoridades municipales ubica a Xalapa como una de las ciudades pioneras del país en cuanto a la defensa de los equinos que son utilizados para los vehículos de tracción animal, una práctica lamentable, sobre todo por las condiciones de maltrato y descuido en que se encontraban los ejemplares que fueron jubilados. @luisromero85