La verdad y la identidad
Cuando yo estaba estudiando en Puerto Rico todos querían tener ya una identidad como artistas, una voz propia y entre más pasa el tiempo veo que no es así. Uno tiene una voz porque no suena igual a nadie pero si esa voz no está respaldada de contenido, qué va a decir; uno tiene que vivir en el momento y en la parte geográfica donde se está desarrollando, yo creo que entender esto toma tiempo y a veces se confunde pero a mí este análisis y estas reflexiones me han ayudado a no apresurarme y a entender que si yo en este momento no he hecho nada con la música mexicana, no tiene nada de malo, no lo tengo que hacer, el hecho de estar aquí y crear mis composiciones me hace mexicano.
Otra cosa, ¿para qué ponerle un nombre?, esa es una pretensión que yo no entiendo; yo voy a hacer jazz panamericano, voy a hacer la revolución del jazz mexicano, yo no lo veo así, lo respeto mucho, me gusta pero creo uno no tiene control de los factores que se van integrando a lo musical durante la vida y no sabe qué va a salir de esa mezcla, dicen que uno es y toca lo que escucha pero si estamos en un periodo de formación y escuchando distintas cosas pues vamos cambiando y no es bueno casarse con una sola idea, uno también va persiguiendo las cosas, buscando y, si uno es constante y dedicado en su estudio y a su búsqueda, va a ir saliendo un producto.
Todo esto que te comento es el reflejo del análisis y de las lecturas, por eso creo que leer es un buen complemento a la música.
Razones y cerrazones
Creo que la razón por la que existe JazzUV, tal vez mi razón porque yo no estuve en el génesis de la escuela, es la metodología de la enseñanza de esta música porque, a diferencia de un conservatorio donde el nivel está delimitado por la obra que se toque o por sus dificultades técnicas, en el jazz no es así. Alguien puede decir que Blue Monk tiene una melodía bastante fácil pero el contenido de lo que está detrás es lo que la hace especial y hay que saber de dónde viene ese contenido, conocer su historia y eso se aprende por transmisión oral y auditiva, y creo que si lo hacemos de esta manera estaremos creando músicos más completos que se puedan desarrollar en diferentes ámbitos y que puedan ser creativos. Yo nunca pude desarrollar esa creatividad en la escuela de música clásica pues ahí eran puras escalas, métodos, obras y nada más y la música es mucho más grande que eso entonces, si puedes transmitir esto que te estoy comentando, cada quien va encontrar su camino y va a poder hacer muchísimas cosas más, vamos a tener mejores músicas en las fiestas de 15 años, mejores músicas en los festivales, mejor música pop, mejor música folclórica, mejor jazz y mejor música clásica también porque no van a estar nada más metidos en papel. Creo que esta es la razón de la escuela, la metodología de enseñanza de la música y, en este caso, de la historia del jazz, de los diferentes estilos que se relacionan bajo este término.
Tradiciones, fusiones, innovaciones
Otra de las cosas que he podido ver, y lo he platicado con Memo [Cuevas] y con otras personas, es que a mí me gusta mucho la música folclórica, mi papá la ha tocado y ha estado en ámbitos donde se desarrolla, era amigo de Lino Chávez y de bastante gente del medio. Siempre me ha gustado, no lo he desarrollado pero siempre ha estado ahí y he escuchado cómo los distintos estilos de música folclórica de otros lugares se ha desarrollado, el bossa nova es un desarrollo de una música que era muy particular de una zona geográfica y no solamente se desarrolló la música, sino también la literatura y las artes que se hacían ahí; yo quisiera ver eso también en México, que se desarrolle la música sin perder la tradición y eso solo se puede lograr si se tiene un equilibrio en base al respeto y la tolerancia para que cada quien pueda escoger la tradición o la vanguardia dentro de ese ramo.
Creo que las fusiones se tienen que dar pero a veces uno no sabe si es jazz con tintes latinoamericanos o música latinoamericana con tintes de jazz, yo no quiero ponerles nombre pero creo que si existiera este equilibrio, no habría ningún tipo de pretensión; yo hago mi música, tú haces tu música y la podemos disfrutar pero si desconoces las dos no vas a lograr nada, toda la música merece respeto y toda tiene tradición y hay que conocerla antes de mezclarla.
Si estos muchachos que están estudiando en la escuela pudieran salir con todos estos conceptos creo que, si a alguien le gusta la música tropical, tendríamos mejores músicos de música tropical, podrían hacer más arreglos y música propia dentro del estilo.
Yo le digo a mis alumnos tal vez no salgas tocando be-bop porque va a ser muy difícil que alguien te diga toca Now’s The Time, aquí están 100, 200, 400 pesos pero si estudias la tradición vas a poder crear cosas, no puedes innovar algo que no conoces.
Los muchachos quieren comerse el mundo y creo que a todos nos pasa pero yo les digo durante cuatro años vas a tocar jazz de este estilo, dedícate a eso aquí y cuando salgas tienes toda una vida para buscar el camino que para ti sea el mejor.
Creo que si formamos instrumentistas que tengan una idea más amplia de los estilos, van a nutrir a todos los círculos musicales pero también van a nutrir a un público que muchas veces no es conocedor, no es muy perceptivo y creo que esa también es responsabilidad de nosotros los músicos porque muchas veces se dice que lo que tocamos es jazz porque así lo anunciamos pero a lo mejor es otra cosa y así se van creando mitos e ideas preconcebidas.
Gracias a la vida, que me ha dado un saxo…
Para mí estudiar música es casi una religión, hay que estar con el instrumento, tocar, escuchar música, estar siempre tratando de hacer cosas nuevas, eso lleva tiempo pero también tenemos vida y si lo hacemos, el público también va a estar más perceptivo y a estar dispuesto a pagar; para mí sería genial poder vivir solamente de tocar, eso es muy difícil ahora pero lo podemos intentar.
A mí me gusta mucho leer a los artistas que admiro porque se aprende de ellos, uno de los saxofonistas que más me gusta y que más me ha influenciado es Cannonball Aderley, él siempre tiene algo de felicidad en las cosas que toca, puede ser un blues pero está feliz, como dando gracias a la vida y me parece importante porque es su forma de transmitir y leyendo una entrevista me doy cuenta que él dice que el le da a la gente el 50% de lo que quiere escuchar y el 50% de lo que él quiere que escuche, esa se me hace una muy bonita idea para a volver a crear públicos que sean muy receptivos y que quieran escuchar cosas nuevas.
Aquí se le tiene miedo a lo nuevo por eso hemos escuchado canciones durante 15 o 20 años en las fiestas de 15 años y en bodas; Caballo de rodeo estaba de moda cuando yo tenía nueve años, han pasado 20 años y la siguen tocando aunque ésta ya es otra generación.
Yo creo que los medios tienen una gran culpa de que se haya perdido la sensibilidad hacia la palabra y la música, y la percepción visual que uno tiene de las obras plásticas, ya no se detiene uno a ver una pintura. ¿Para qué leer si ya todo está al instante?, no necesito investigar nada porque ya está Wikipedia y con copy-paste ya está; yo siento que eso es algo bastante grave porque la gente ya no está razonando, todo se basa en información que está al alcance de un click y no se nos enseña a razonar, tampoco se nos enseña a ser sensibles, todo tiene que ser inmediato, hasta las relaciones personales y eso no creo que vaya con la música.
El jazz se muere cuando llega el reguetón
Todo acontecimiento social tiene su música, por eso tenemos el reguetón, el sonidito y todo eso, yo no soy partidario de esta música pero, bueno, la tengo que respetar, tengo que saber que es el resultado de algo que está pasando socialmente.
Yo escucho el reguetón y me pregunto ¿por qué es una genialidad?, porque escoge elementos básicos y muy viscerales que cualquier persona puede percibir; un ritmo básico, súper repetitivo, y ya está, una letra en la que todo tiene connotación sexual y de diferencia de género, y una melodía muy simple que la gente puede recordar; estas tres cosas, tristemente, lo hacen una genialidad y la gente lo consume porque es un producto que está hecho para eso. Un grupo de estos puede cobrar 15 veces más de lo que cobra un maestro como Hermeto Pascoal o Egberto Gismonti, es algo increíble.
Las letras de los standards norteamericanos son muy bonitas, las canciones de José Alfredo Jiménez tienen frases muy bonitas pero ahora ya no se escribe así, existe Arjona, existen cosas muy burdas para las que no se necesita razonar absolutamente nada y lo que dice toda la canción se puede resumir en tres palabras, yo creo que cada quien puede aportar su pequeño granito de arena para poder cambiar y que, como artistas, nos toca hacer eso en cualquier género.
Generaciones y degeneraciones
Respecto a la formación de nuevos públicos yo creo que es cuestión de niveles y el primer nivel es la gente de 16,17 a 30 años porque es la población mayoritaria en Xalapa, yo conozco gente de la generación de mi papá, que son del 43 al 52, son personas a las que les tocó vivir otra época y que ven al jazz como algo medio elevado, medio abstracto pero le guardan un respeto y les gusta hasta cierto punto porque escucharon otras cosas cuando eran jóvenes. Aunque es muy difícil atraer a la gente que está en el rango de edades que te comentaba, hay que intentarlo porque son las personas que eligen Presidente Municipal, diputados, etcétera; son las personas que salen a la calle, las que son económicamente activas y las que pueden generar en cambio. Las personas más jóvenes, de 15 para abajo, están supeditadas a lo que diga el papá que tiene 35 o 40 años entonces creo que ese es el primer nivel al que hay que atender.
Xalapa está hecha de dos principales instituciones que son el Gobierno del Estado y la Universidad Veracruzana, estas generan la mayor parte de la economía entonces ese es un sector sobre el que debemos trabajar.
My own way
Mi proyecto personal es un cuarteto que, en este momento, está integrado por Alonso Blanco en el piano, Aldemar Valentín, un bajista puertorriqueño muy bueno, al que respeto muchísimo, que ha tocado con Miguel Zenón y todos ellos, Renato Domínguez, un amigo baterista también muy bueno y yo en el saxofón. He tratado de mantener mi cuarteto lo más posible, a veces alguno no puede estar porque cada quien está viendo su trabajo pero sí he tratado de mantenerlo. Vamos a tocar el 23 abril en la Casa del Lago, están todos invitados.
De Barrón eres y en jazz te convirtieres
En mi segundo año en JazzUV llegan maestros nuevos, entre ellos Guillermo Barrón que es un percusionista súper completo, algo muy raro de encontrar, él compone, toca percusión afroamericana y latinoamericana, también estudió batería y toca vibráfono.
Cuando llega forma un grupo de jazz latinoamericano con Samuel Martínez en el piano, Vladimir Coronel en la Batería, Ricardo Vega en el contrabajo, Alex Rivera en la guitarra, él en las percusiones y yo en el saxofón, grabamos un disco y algunos videos con composiciones y arreglos suyos; lo interesante es que, normalmente, escuchar la canción de un percusionista es escuchar 5-7-11 y un acorde, y aquí no es así, en este disco hace un trabajo increíble porque, sí, mezcla compases compuestos pero también armonía y le da una razón de ser a esos compases. Me parece que este grupo es resultado de las experiencias que tuvimos en Puerto Rico.
Our Ideal
Los compañeros que estuvimos en Puerto Rico, poco a poco hemos sembrado, hemos estado buscando lo que platicamos alguna vez; Samuel Martínez organiza un festival dedicado a su papá [Jorge Martínez Zapata] que falleció, algo que a mí me parece muy difícil de hacer en las condiciones económicas y sociales de México pero se logra hacer con ayuda de su familia y amigos; Luis, pianista de Zacatecas, siempre se está moviendo, llevando gente a Zacatecas que sí es cultural, tiene un festival muy grande y llevan grupos pero, ya estando en la ciudad, no se mueve tanto y él trabaja en la universidad y siempre ha estado en la mejor disposición de crear cosas nuevas; Lalo Rojas ahora está viviendo en Honduras y también hizo un festival de saxofón al que me invitó y compartimos. Creo que eso es muy bueno, más allá de lo que hagamos musicalmente está el impacto social de lo que podamos hacer y me da mucho gusto ver que la mayoría de mis compañeros hemos estado haciendo cosas a diferentes niveles sin perder la perspectiva musical que, para mí, es lo esencial, creo que hasta este momento no nos hemos defraudado, cada quien ha hecho sus fusiones y estilos de música lo mejor posible, y ha tratado de compartirlo y de enseñar a las personas que no tienen, en ese momento, la oportunidad de buscar algo mejor.
PRIMERA PARTE: El perseguidor SEGUNDA PARTE: Un saxo que busca en dónde hacer nido