El próximo lunes 1 de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto entregará por escrito su segundo informe de gobierno al Congreso de la Unión. Pero, a simple vista, el jefe del Ejecutivo federal no tiene mucho qué cacarear, más que el paquete de reformas estructurales que acaba de sacar con el apoyo de los legisladores del PRI, del PVEM, PANAL y, sobre todo, del PAN.
Hasta ahora sólo se han anunciado grandes inversiones y proyectos de infraestructura pero aún no se ha visto una sola obra de relumbrón ni ha crecido la economía como se ofreció. Es más, su gran pendiente sigue siendo el de la inseguridad, pues a pesar de que el 1 de diciembre de 2012, al inicio de su administración, prometió que “en un año” se empezarían a ver resultados de la supuesta estrategia contra la violencia y el crimen organizado, el índice de homicidios tanto dolosos como culposos van al alza, por arriba inclusive de las estadísticas del sexenio del presidente Felipe Calderón.
No obstante, en enero de 2013, cuando ni siquiera había cumplido dos meses de haber asumido la Presidencia de México, Peña Nieto declaró en el Foro de Davos, Suiza, que “ha habido una disminución real en el número de homicidios que se cometen en nuestro país, una disminución de prácticamente el 30 por ciento de homicidios vinculados al crimen organizado, lo cual nos resulta alentador”.
Ese mismo discurso ha adoptado últimamente el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien el 29 de julio de este año afirmó que “la violencia se ha reducido a su mínima expresión”.
Sin embargo, la administración de Peña Nieto es ya más cruenta que la gestión de su antecesor. Las estadísticas oficiales así lo confirman. Para empezar, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), durante los primeros 20 meses de gobierno peñista, del 1 de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2014 fueron registradas 57 mil 899 averiguaciones previas por homicidios doloso y culposo, mientras que en los primeros 20 meses de administración calderonista (del 1 de diciembre de 2006 al 31 de julio de 2008) la suma fue de 43 mil 694; es decir, el gobierno priista supera al panista con 14 mil 205 homicidios tanto culposos como dolosos.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del SNSP, de diciembre de 2012 a julio de 2014, en el rubro de homicidios dolosos se registraron 29 mil 417 averiguaciones previas; aunque en los primeros 20 meses de la administración de Calderón Hinojosa se registraron 18 mil 451 en el mismo rubro del total de asesinatos intencionales.
Durante los últimos 20 meses del calderonato, el SNSP reportó oficialmente 37 mil 421 “averiguaciones previas” por homicidio doloso.
El Semanario ZETA, de Tijuana, investigó la cantidad de homicidios dolosos en los primeros 20 meses de gobierno de Peña Nieto. Recurriendo como metodología a la contraposición de la información recabada en las diversas fiscalías y procuradurías, registros hemerográficos o de asociaciones civiles, servicios periciales e institutos forenses locales, esta prestigiada publicación bajacaliforniana documentó que del 1 de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2014 sucedieron en el país 36 mil 718 homicidios dolosos (“Ejecuciones”, “Enfrentamientos”, “Homicidios-Agresiones”, homicidios producto del narcomenudeo y hasta los supuestos “crímenes pasionales” con arma de fuego de alto calibre o con el tiro de gracia); los datos duros evidentemente son superiores a las 29 mil 417 averiguaciones previas por el mismo concepto que reporta el SNSP en el mismo período.
La investigación del Semanario ZETA detectó además que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) registró puntualmente durante el sexenio calderonista los homicidios dolosos en el país, pero que en la administración de Peña Nieto dicha institución ha reportado menos homicidios dolosos que las propias procuradurías y fiscalías de los estados.
Señala, por ejemplo, que en su boletín de prensa número 301/14, del 23 de julio de 2014, el INEGI reportó solo 22 mil 732 homicidios dolosos. El Instituto aclaró que se trata de “cifras preliminares con corte al 10 de julio del 2014, debido a que aún no concluyen los procesos de generación de la estadística”; pero los editores del semanario puntualizan que el gobierno de Peña Nieto tomó la estadística como definitiva para presumir la supuesta disminución del 30 por ciento en asesinatos.