En redes sociales nadie está a salvo. En los últimos días, la bebida Electrolit ha sido víctima de una intensa cacería de brujas. Esta historia, como muchas otras, tiene diversas aristas que vale la pena explorar, pues se pueden extraer lecciones muy valiosas de ella. Influencers, medios de comunicación y médicos, entre otros, se han pronunciado y posicionado al respecto. Sin embargo, creo que lo importante es ser concreto y conciso alrededor de una sola pregunta: ¿Debe este producto regularse bajo la NOM-051-SCFI/SSA1-2010?
La respuesta corta es no. Electrolit está clasificado como una bebida para la rehidratación oral. En ese sentido, su finalidad es médica y cumple con ella gracias a su composición funcional. Se clasifica como un producto de uso médico porque está formulado para reponer electrolitos y líquidos, respondiendo así a necesidades fisiológicas específicas. Es, por lo tanto, una solución de rehidratación oral, no un producto ultraprocesado. La NOM-051 es clara y establece excepciones para suplementos o soluciones para la rehidratación oral. Más adelante veremos por qué cumple con ese criterio. La respuesta larga debe ayudar a esclarecer otras preocupaciones, así como plantear nuevas preguntas. ¿Debería pagar impuestos? En mi opinión sí, siempre y cuando estos se utilicen para programas y políticas públicas que tengan que ver específicamente con salud pública, en especial, con la prevención. ¿Debería condicionarse su consumo? No. Creo más en empoderar a la gente a través de la provisión de información oportuna y veraz para que tome decisiones de forma autónoma.
¿Por qué Electrolit es una solución de rehidratación oral y cómo funciona? Porque busca reponer líquidos y electrolitos, ya sea por sudoración excesiva, vómito y diarrea y sí, por qué no, por resaca también. Su formulación está basada en los lineamientos de la OMS y UNICEF. Cuenta, en ese sentido, con la proporción óptima de electrolitos y glucosa para activar el cotransporte sodio-glucosa (SGLT1) en el intestino, lo que acelera la rehidratación celular. Es precisamente por esto último que es superior a otras bebidas como Gatorade y Suerox, al menos en el contexto de rehidratación. En cuanto al rendimiento deportivo, esa es otra historia. Por otro lado, en respecto a su consumo fuera del contexto de rehidratación, ¿es Electrolit un producto chatarra? No. La versión de 625 ml contiene únicamente alrededor de 120 calorías. No obstante, sus poco más de 30 gramos de azúcar constituyen un poco más de la mitad de la ingesta diaria recomendada para este grupo alimenticio. Eso no significa que no deba beberse, pero siempre será mejor optar por agua o, en todo caso, alguna bebida endulzada con edulcorantes y libre de calorías. No existe tal cosa como alimentos prohibidos, aunque estos lleguen a ser ultraprocesados. En nutrición, todo es una cuestión de si-entonces y, aunque hay fundamentos muy bien establecidos, el contexto importa muchísimo. No hay razón para satanizar a Electrolit, por ningún lado.
No es ningún secreto de Estado que miles de mexicanos bebemos, de vez en cuando (confieso que más a menudo de lo que me gustaría), Electrolit, con la finalidad de aliviar, al menos en cierto grado, la resaca. ¿Es recomendable esta práctica? Sí, y de acuerdo con la OMS y la Sociedad Española de Medicina Interna, para una deshidratación leve por consumo moderado de alcohol, uno debe beber, en promedio, un Electrolit justo antes de dormir y otro recién al despertar. Para una deshidratación más severa, obviamente se necesitará más, pero se debe tener mucho cuidado, ya que exceder el consumo de esta bebida puede aumentar el sodio plasmático, por lo que no se recomienda en personas con hipertensión y enfermedad renal, por mencionar algunas condiciones. Estas personas posiblemente no deberían consumir alcohol en primer lugar. Por último, es importante mencionar que para la recuperación total, factores como el sueño y la alimentación no pueden dejarse de lado. Asimismo no se recomienda, durante la recuperación de la resaca, combinar Electrolit con bebidas energéticas o aquellas que contengan cafeína, ya que afectan el proceso de rehidratación.
Las NOM, como cualquier otra ley y/o política pública pueden y deben evolucionar, pero siempre deben hacerlo por las razones correctas. Repasar esta historia reciente nos puede ayudar a entender cómo muchas veces la gente acaba utilizando y consumiendo los productos de una manera diferente a la que se tenía intención. Eso no es algo malo necesariamente, pero sí plantea retos y desafíos para que informemos mejor a los ciudadanos y regulemos el diseño, producción y distribución de alimentos y bebidas, sobre todo en esta época de muchos desafíos en materia de salud pública. Electrolit es un gran producto con muchos beneficios que no deben ponerse en tela de juicio. La mira debería estar sobre el vasto y poderoso sistema de alimentos y bebidas que ha provocado, a través de sus 4 millones de productos (la inmensa mayoría ultraprocesados) la actual crisis de sobrepeso y obesidad. No debemos ser víctimas de propagandistas que buscan desviar nuestra atención para su beneficio personal. Informémonos a través de diferentes medios y diversas fuentes para tener una mejor comprensión de lo que consumimos.


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