Cada 10 de junio se conmemora la matanza del Jueves de Corpus o ‘El Halconazo’, un hecho de represión policial y militar contra estudiantes que se vivió en México.
¿Qué es el Jueves de Corpus?
El jueves 10 de junio de 1971, estudiantes, principalmente de la UNAM e IPN, salieron a las calles de la Ciudad de México para apoyar una huelga de la Universidad de Nuevo León por la defensa de la autonomía universitaria y otras demandas.
Los alumnos se reunieron en el Casco de Santo Tomás, desde donde emprendieron una marcha hacia el Zócalo capitalino.
Portaban pancartas con las leyendas “Libertad a los presos políticos”, “Educación popular”, “Democracia sindical, democracia en la UNAM” y “Repudio a la antidemocracia”, entre otras.
Pero a la altura de la estación Normal de la Línea 2 del Metro fueron interceptados por un grupo paramilitar, organizado y financiado por el Estado, así como por policías y granaderos.
Los agentes agredieron y dispararon contra los estudiantes, muchos de los cuales murieron.
¿Por qué se le conoce como Halconazo?
Los integrantes del grupo paramilitar utilizado para reprimir a los estudiantes eran conocidos como ‘halcones‘.
En su mayoría eran militares y jóvenes reclutados en zonas con un alto índice de pobreza y violencia del entonces Distrito Federal.
Se sabe que el grupo paramilitar fue entrenado por los gobiernos de México y Estados Unidos a finales de los años 60, y financiado por el Gobierno federal en turno para desplegarlo en manifestaciones y organizaciones sociales.
Los ‘halcones’ dispararon armas calibre 45 y carabinas 30 M-2 contra los estudiantes. También los golpearon hasta la muerte.
Actuaron frente a policías locales, quienes se limitaron a observar sin intervenir.
Se estima que al menos 120 jóvenes alumnos murieron.
Dado el apodo del grupo paramilitar, la masacre estudiantil fue conocida como ‘Halconazo’.
¿Qué ocurrió después?
El entonces presidente Luis Echeverría se deslindó del suceso, con lo que varios directores de Seguridad Pública fueron señalados como responsables.
Fue hasta 2001 que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la Recomendación 26/2001, dirigida a la Presidencia de la República, para la designación de un fiscal especial para investigar los hechos.
Acusó que se vieron los derechos humanos a la vida, a la integridad personal, libertad de reunión, libertad de expresión y a la protesta social pacífica.
Se creó así la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, misma que tras cuatro años no arrojó avances.
Años después, con la CNDH creó una oficina especial para investigar la represión y desapariciones forzadas por violencia política del Estado durante el pasado reciente.
Dirigió además una recomendación general a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como a autoridades federales y estatales, para salvaguardar el derecho a la democracia y el derecho a la protesta social, el derecho de reunión y el derecho de asociación, entre otros.
López Dóriga
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