“El éxito no depende de tí; depende de nosotros.” Ese es el encabezado de la sección introductoria del libro Las Leyes Universales del Éxito del renombrado físico y experto en ciencia de redes Albert László Barabási, quien utilizó el método científico para estudiar el éxito durante varios años.

El académico de origen rumano argumenta que “más allá del desempeño, la percepción del éxito está influenciada siempre por las redes de humanos a las que pertenecemos”. En ese sentido, entonces, incluso en un deporte como el tenis, donde podemos medir títulos, ganancias, enfrentamientos entre pares, etc., las redes de personas juegan un papel fundamental para nuestra concepción del éxito.

Por tal motivo, si nos planteamos la pregunta sobre quién es el tenista más grande de todos los tiempos, inevitablemente tenemos que mirar más allá de la pista, porque el impacto, el legado y la grandeza son multidimensionales. Los grupos de personas no solo difunden información; también le dan forma a las narrativas y controlan en qué se enfoca la atención; moldean identidades.

En ese sentido, el impacto que Roger Federer ha tenido en sus vastas y diversas redes ha sido enorme. Ha sido embajador, activista y filántropo. Ha fungido como mentor de generaciones más jóvenes. En el aspecto comercial, ha generado miles de millones de dólares para todo un portafolio de marcas. Dentro del mismo tenis, sus contribuciones han sido significativas. Por lo tanto, su legado es transversal: económico, social, cultural e institucional.

El tenista de origen suizo es sin duda el mejor ejemplo de las 5 leyes del éxito de László Barabási:

  • El éxito se basa tanto en el desempeño como en la percepción que tienen las redes de personas sobre este Las actuaciones de Roger Federer han sido magníficas, tanto dentro de la pista como fuera de ella.
  • La actuación es limitada, pero el éxito es ilimitado Como todo humano, Roger Federer tiene límites en cuanto al número de horas que puede pasar en una pista y los partidos y títulos que puede ganar. No obstante, aún retirado desde 2022, su impacto perdura.
  • El éxito genera más éxito El nivel de desempeño de Roger Federer siempre fue estable y se mantuvo saludable, por lo que cada nuevo éxito era, en parte, consecuencia de éxitos previos. El crecimiento del impacto del suizo fue exponencial y multisectorial.
  • Aunque el éxito requiere diversidad y colaboración, una sola persona tiende a llevarse todo el crédito Los genios no suceden en el vacío; siempre son consecuencia también de entornos, eras y contextos. Nadie pone en tela de juicio el talento fuera de serie Roger Federer, pero no debemos pasar por alto el cúmulo de factores que fueron determinantes para su éxito: entrenadores, medios, época, recursos, etc. La lección es que también prestemos atención a las estructuras, las instituciones y otros colaboradores que son el “detrás de escenas” de las historias de éxito que se nos cuentan día a día.
  • Con perseverancia, el éxito puede llegar en cualquier momento A diferencia de otros íconos del tenis, los mayores éxitos de Roger Federer comenzaron a llegar un poco más tarde. De igual forma, tuvo un periodo de sequía en cuanto a títulos de Grand Slam de casi 5 años. No obstante, regresó a la cúspide y logró dominar a uno de sus grandes rivales: Rafael Nadal. La probabilidad de éxito puede bajar con la edad sólo si el nivel de esfuerzo y productividad bajan. De otra forma, László Barabási nos dice que el éxito siempre puede estar a la vuelta de la esquina. Roger Federer trabajó muy duro durante toda su carrera y ese fue el motivo por el cual, incluso en el ocaso de su carrera, fue tan exitoso.

En un mundo dominado por números y obsesionado con la consecución de metas y logros, no debemos olvidar nuestro lado más humano: la conexión emocional. El impacto que tienen las personas en el mundo tiene que ver con cuestiones que escapan al simple desempeño dentro de una disciplina. Que la historia de Roger Federer nos inspire para lograr ese impacto en todas las esferas que sean de nuestro interés.

“El éxito son las recompensas que nos otorgan las comunidades a las que pertenecemos (por nuestro desempeño y actuación)”, según László Barabási. Por supuesto que el éxito también es algo muy personal, pues todos valoramos cosas distintas y tenemos diferentes objetivos. Sin embargo, jamás debemos olvidar que somos uno con el entorno y con quienes nos rodean, y ellos siempre van a impactar en nosotros, así como nosotros en ellos.