La televisión latinoamericana está de luto. El actor colombiano Kepa Amuchastegui, célebre por su interpretación de Don Roberto Mendoza en la icónica telenovela Yo soy Betty, la fea, falleció a los 84 años, luego de enfrentar una intensa batalla contra el cáncer.
La noticia fue confirmada el 28 de mayo de 2025 a través de un mensaje difundido en sus redes sociales oficiales:
“El 27 de mayo, a las 11:11 de la noche, ha fallecido nuestro amado Kepa. Se nos fue con un respiro lento y sereno esta bellísima persona.”
El deceso se produce apenas un mes después de que el actor revelara públicamente que padecía cáncer de vejiga, diagnóstico que recibió tras varios estudios médicos realizados a finales de 2024.
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UNA LUCHA VALIENTE CONTRA EL CÁNCER DE VEJIGA
Fue en abril cuando Kepa compartió abiertamente con sus seguidores los detalles de su estado de salud. Relató que había comenzado a experimentar sangrado al orinar, lo que lo llevó a consultar a un nefrólogo. Allí se descubrió que solo uno de sus riñones funcionaba correctamente y, más tarde, se confirmó el diagnóstico de cáncer en la vejiga.
Pese a someterse a una cirugía en diciembre de 2024, los médicos descubrieron que el tumor había invadido una de las paredes de la vejiga y obstruido el uréter. A raíz de esto, se le practicó una nefrostomía, procedimiento que permite drenar la orina a través de una bolsa externa.
Aun en medio de la debilidad física, Kepa conservaba el deseo de seguir trabajando. “Prefería morir sobre un escenario que en una cama cualquiera”, dijo en una de sus publicaciones. Sin embargo, el desgaste físico le impidió volver a actuar, y en sus últimas semanas buscaba oportunidades para grabar audiolibros desde casa.
UNA CARRERA DEDICADA AL ARTE
Kepa Amuchastegui Eloizaga no fue solo un actor reconocido; fue también director, escritor y un apasionado hombre de teatro. Inició su carrera artística en la novela La pezuña del diablo y participó en destacadas producciones como Rojo Carmesí, María Magdalena y El papa rebelde, en la que interpretó al Papa Francisco.
Aunque estudió arquitectura en la Universidad de los Andes, su vocación artística lo llevó a dedicarse de lleno a la actuación. Su trayectoria abarcó más de cinco décadas en los escenarios de Colombia, México, España, Francia e Inglaterra.
Sin embargo, su rostro se volvió entrañable para millones gracias a Yo soy Betty, la fea, donde encarnó a Roberto Mendoza, el patriarca de Eco Moda y padre del protagonista, Armando. Su papel fue breve pero memorable, tanto que regresó en la secuela Betty, la fea: la historia continúa.
UN LEGADO QUE TRASCIENDE LA PANTALLA
Además de su labor en televisión y teatro, Kepa mantuvo una relación cercana con su audiencia a través de redes sociales y su canal de YouTube. Ahí compartía lecturas, cuentos y reflexiones, destacando su amor por la literatura y su generosidad intelectual.
Entre los contenidos que publicó, se encuentran lecturas de autores como Julio Cortázar, con cuentos como Después del almuerzo, demostrando su sensibilidad artística hasta el final de sus días.
En el plano personal, estuvo casado con Bellien, con quien tuvo dos hijos: Iona y Unai, quienes han invitado al público a una ceremonia conmemorativa para despedir a este gran artista colombiano.
DATOS CURIOSOS SOBRE KEPA AMUCHASTEGUI
• Kepa debutó como actor en televisión a los 30 años, después de haber cursado estudios de arquitectura.
• Fue uno de los primeros actores colombianos en interpretar a una figura papal en cine internacional.
• Aunque su papel en Betty, la fea fue breve, su personaje se convirtió en un símbolo de integridad dentro de la historia.
• Su canal de YouTube aún permanece activo con videos de lecturas literarias y reflexiones personales.
• Kepa fue también mentor de nuevos actores en Colombia, trabajando en talleres y clases magistrales.
UNA DESPEDIDA CON MEMORIA Y AFECTO
La muerte de Kepa Amuchastegui representa la partida de una figura entrañable del arte hispanoamericano. Su voz, su mirada y su talento quedarán grabados no solo en la historia de la televisión, sino también en la memoria emocional de quienes lo vieron actuar.
Se va el hombre, pero queda su legado. Como él mismo decía, “el arte es eterno mientras haya quien lo escuche”.
Vanguardia
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