Los veracruzanos claman un ¡hasta aquí!, en el asunto de los ladrones que llegan a un cargo público y se vuelven millonarios saqueando las arcas del erario público directamente, disponiendo de recursos públicos para su peculio o usando el poder que les dan para trabajar en beneficio de los veracruzanos, para hacer negocios o solapar bandas de delincuentes que nos cobran derecho de piso, que nos roban a domicilio, que secuestran veracruzanos para cobrar rescates, que nos asaltan en cualquier parte de la ciudad o que nos chingan nomás porque son amiguis del gobernante en turno. Este tipo de porquerías no aparecieron en el gobierno del torcido Cuitláhuac García, no, desde sexenios anteriores se fueron presentando y en la medida en que más funcionarios públicos se fueron coludiendo, recibiendo ganancias de las bandas delictivas, el asunto fue aumentando. El peor momento lo vivimos en el sexenio del corrupto CuiutláhuacGarcía Jiménez y toda su familia, o sea en la administración anterior, que fue cuando más delitos se cometieron que en todos los gobiernos anteriores, no solo en contra de los ciudadanos sino contra los recursos del erario público que son los de todos los habitantes de este estado. Las obras se paralizaron, las acciones de gobierno también y los fondos que estaban destinados a esas tareas fueron a parar a los bolsillos del gobernador, sus familiares y sus amigos colocados en posiciones de gobierno. Frente a esta realidad si el partido en el poder Morena quiere mantenerse así, en vísperas de las elecciones más importantes que son las municipales, tiene que hacer algo que haga creer a los veracruzanos que se castigará a los corruptos del cuitlahuismo, de lo contrario habrá respuesta en las urnas.