En una noche de septiembre, reunidos en Palacio Nacional, Adán Augusto López acordó con AMLO y Claudia Sheinbaum la coordinación del Senado a cambio de declinar cualquier aspiración presidencial hacia el 2030 o buscar, incluso, impulsar a algún sucesor o sucesora.

Y es que el exsecretario de gobernación habría decidido ahí, con Sheinbaum al teléfono y AMLO en su oficina (todos juntos), que podría ser el turno de Andy López (dependiendo su crecimiento) o Marcelo Ebrard, para un tercer periodo de Morena en el Ejecutivo.

Desde aquella noche de septiembre también se acordó que usarían su fuerza en las cámaras legislativas para mostrar “supremacía” y, de esa manera, “echar por la borda” cualquier intento de “tirar” la reforma judicial o alguna otra reforma constitucional.

Ahí se acordó que, a menos que ocurriera algo extraordinario, Andy López brincaría de la dirigencia nacional de Morena a la candidatura presidencial, o bien, Ebrard desde cualquier cargo en el que se encuentre.

Para ese entonces también habría un proceso similar al de las “corcholatas morenistas”, donde las únicas mujeres consideradas (salvo alguna otra que crezca en los próximos años), serían Rosa Icela Rodríguez y Rocío Nahle (quien podría ser titular de gobernación en el 2027).

Ahí también se platicó sobre algunos perfiles para gubernaturas morenistas, donde Horacio Duarte relevaría en Edomex y Zoé Robledo en Chiapas, mientras que Veracruz podría ser para Sergio Gutiérrez Luna (o alguna otra opción que encarte la extitular de energía).

Aquella charla finalizó con los avances que se tenían del proyecto para llevar, a partir del 2025, cuando menos 10 millones de ciudadanos más al movimiento, buscando consolidar el sueño de AMLO (ejecutado por Andy López), de convertir a Morena en el partido con más afiliados del mundo.

Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.

X: @aaguirre_g