Adán Augusto López decidió relacionarse con los Yunes azules por un “bien mayor para el morenismo nacional”, por el “necesarísimo” voto para obtener la aprobación de la reforma judicial antes de que AMLO dejara la presidencia.
López Obrador se lo pidió a su paisano y amigo: “no importa lo que debas hacer, negocia y consigue ese voto”, le dijo vía telefónica, dando por sentado que Noroña no habría podido ingeniárselas para alcanzar los números necesarios, a pesar de ser el presidente del senado.
Adán Augusto López efectuó lo que siempre ha hecho muy bien: observar, cabildear y negociar. Se percató dónde había posibilidades para “trabajar” ese voto, sin tomar en cuenta los callos morenistas que pudiera pisar por llevar a cabo dicha acción.
De sobra se sabe (y ha quedado claro), que aunque el exsecretario de gobernación llegó a un acuerdo con Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo, la situación para ellos con el morenismo en Veracruz es diametralmente opuesta.
Me dicen en la sede del morenismo nacional que mientras “se esté en paz con Dios, los ángeles pueden esperar un rato”, aunque para la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nahle, las cosas no sean tan sencillas, pues durante la campaña electoral ocurrieron temas que se salieron de los márgenes permitidos.
Adán Augusto López cumplió la petición de AMLO sin fijarse en otra cosa, sin preguntar ni cruzar sus acciones con el morenismo veracruzano. La presidenta Sheinbaum incluso comentó que “la historia reconocerá a Yunes” por su voto a favor de la reforma judicial… pero en Veracruz la historia es muy distinta.
Veremos qué pasa.
X: @aaguirre_g
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