«¿Sin el Poder Judicial, ahora quién podrá defendernos?», «¿Sin el Poder Judicial, quién te va a amparar?», «¡México, despierta, la dictadura está en la puerta!», corearon por segundo día consecutivo cientos de personas que se manifiestan a las afueras del Senado de la República en contra de la eventual aprobación de la reforma judicial.
Con el fin de hacer más llevadera la manifestación, una persona se disfrazó como «El Chapulín Colorado», un cómico mexicano que hizo popular la frase «¿Ahora, quién podrá defendernos?», y de esa manera trató de llamar la atención de peatones y automovilistas que cruzaban por la zona, para exponer su preocupación sobre lo que sucederá en el país en caso de que los senadores de Morena, Partido Verde Ecologista (PVEM) y Partido del Trabajo (PT) aprueben la reforma judicial.
En entrevista, algunos trabajadores expusieron que si la reforma es aprobada en los actuales términos, nadie podrá defender a los mexicanos.
«Yo creo que si se aprueba en los términos en los que está, ya nadie podrá defender a los mexicanos, salvo que algún organismo internacional intervenga», dijo Julieta Facundo, trabajadora del Poder Judicial.
«Toda vez que el gobierno en turno tiene todo el poder del Legislativo y el Ejecutivo, y toda la maquinaria, creo que es muy difícil detenerlo. Aunque no perdemos la ilusión y continuamos en la lucha, creo que la única opción es la presión internacional, porque es evidente que esto está mal», dijo el abogado Jesús Rivera.
Con el fin de hacer llegar su preocupación, los empleados del sistema judicial mexicano utilizaron pancartas, consignas, repartieron volantes y hojas impresas simulando un periódico llamado «El 19», y explicaban a los transeúntes su preocupación por elegir a ministros, magistrados y jueces por medio del voto popular y tómbola.
«Equilibran la convivencia social, protegen los derechos humanos, mantienen el Estado de derecho, garantizan el principio de igualdad, y defienden ante el abuso de poder», eran algunos de los puntos que trataban de exponer en sus volantes. Sin embargo, solo unos cuantos tomaban la información en apoyo, mientras que otros, molestos, les gritaban: «¡Pónganse a trabajar!».
La molestia de algunos transeúntes obedecía a que la autoridad del sistema de transporte Metrobús canceló el paso de los vehículos, obligando a miles de personas a caminar varios kilómetros, desde el Monumento a las Mujeres que Luchan o Glorieta a Cristóbal Colón, hasta el Monumento a la Independencia.
Pasado el mediodía, cientos de empleados del Poder Judicial de algunos estados, como Zacatecas, Guanajuato, Querétaro, Puebla y Morelos, así como del Estado de México, específicamente de Naucalpan, Ciudad Neza y Toluca, se sumaron a las protestas.
Conforme fueron llegando, colocaron carpas y extendieron sus sillas plegables, porque tienen previsto mantener la protesta durante el fin de semana mientras las comisiones del Senado analizan la propuesta presidencial.
La esperanza de algunos manifestantes es que los legisladores oficialistas no alcancen la mayoría, y advierten que «en caso de no respetar la mayoría calificada, que debería ser de 86 y no 85, como propone el senador Adán Augusto López, ya queda fuera de sus manos».
«Pues mira, va a ser algo si lo quieren hacer, lo pueden hacer, si quieren, porque tampoco estamos para impedírselos, pueden hacerlo, pero tenemos que buscar los conductos legales para echar abajo eso, para anular ese procedimiento, esa forma de hacer las cosas, porque sería algo ilegal», explicó el abogado Rafael Jiménez Carlos.
Respecto a los amparos que se han promovido por varios jueces para detener el análisis de la reforma, el experto en amparo penal y laboral, y empleado del Poder Judicial, explicó que si los morenistas no respetan la ley, caerían en un delito que se llama «violación a la suspensión», pero como los legisladores tienen fuero, sería muy difícil imputar la violación legal.
«Es por eso la importancia de que ninguno de los poderes tenga injerencia en el otro poder, porque surgen ese tipo de problemas, por eso la división de poderes», dijo Rafael Jiménez.
Latinus
Comentarios