Según los científicos, el nivel de las aguas podría subir un metro o incluso el doble para finales del siglo XXI.

Investigadores han usado registros geológicos del nivel del mar en el pasado para estimar que los niveles subieron 3,6 metros por siglo durante un periodo de 500 años al final de la última era glacial, hace unos 14.600 años.

Los científicos afirman que su trabajo puede proporcionar “claves” sobre el impacto del cambio climático en nuestros mares.

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Ahora, un estudio dirigido por la Universidad McGill (Canadá) sugiere que las fuerzas naturales de la Tierra podrían reducir sustancialmente el impacto de la Antártica en el aumento del nivel del mar, pero solo si las emisiones de carbono se reducen rápidamente en las próximas décadas.

Pero del mismo modo, dice la investigación, si las emisiones continúan en la trayectoria actual, la pérdida de hielo antártico podría provocar un aumento futuro del nivel del mar mayor de lo que se creía anteriormente.

El hallazgo es significativo porque la capa de hielo de la Antártida es la masa de hielo más grande de la Tierra, y la mayor incertidumbre a la hora de predecir los niveles futuros del mar es cómo responderá este hielo al cambio climático.

“Con casi 700 millones de personas viviendo en zonas costeras y un costo potencial de aumento del nivel del mar que alcanzaría billones de dólares para fines de siglo, comprender el efecto dominó del derretimiento del hielo antártico es crucial”, dijo en un comunicado la autora principal Natalya Gómez, profesora asociada en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de McGill y Cátedra de Investigación de Canadá en interacciones entre la capa de hielo y el nivel del mar.

El estudio se centra en cómo interactúa la capa de hielo con la tierra que se encuentra debajo y cómo esa dinámica se ve influenciada por los niveles de emisiones de carbono. Esta relación no se había explorado en profundidad en estudios anteriores, dijeron los investigadores.

“Nuestros hallazgos muestran que, si bien es inevitable que se produzca cierto aumento del nivel del mar, una acción rápida y sustancial para reducir las emisiones podría prevenir algunos de los impactos más destructivos del cambio climático, en particular para las comunidades costeras”, afirmó Gómez.

El aumento del nivel del mar y la espada de doble filo de la naturaleza

A medida que el hielo se derrite, su peso disminuye, lo que hace que la tierra que se encuentra debajo se eleve como una esponja en expansión. Los investigadores afirman que este proceso, llamado elevación posglacial, puede ser un arma de doble filo.

Si las emisiones caen rápidamente, lo que limitaría el calentamiento global, el levantamiento posglacial puede actuar como un freno natural a la pérdida de masa de hielo, ya que eleva el hielo y desacelera su flujo desde la tierra hacia el océano. El estudio determinó que esta dinámica puede reducir la contribución de la Antártida al aumento del nivel del mar hasta en un 40 por ciento.

Sin embargo, si las emisiones de carbono siguen el mismo ritmo y el planeta se calienta rápidamente, la recuperación de la tierra no será suficiente para frenar el rápido derretimiento del hielo y, en cambio, empujará más agua del océano lejos de la Antártica, acelerando el aumento del nivel del mar a lo largo de las costas pobladas.

Para llegar a sus conclusiones, Gómez y otros investigadores colaboradores de Canadá y Estados Unidos desarrollaron un modelo tridimensional del interior de la Tierra. Su modelo utilizó mediciones geofísicas de campo del proyecto estadounidense ANET-POLENET, que había sido pionero en el despliegue a gran escala de instrumentos sensibles para registrar el levantamiento del lecho rocoso y las señales sísmicas en grandes extensiones de la Antártida. Estas extensas mediciones de campo fueron esenciales para caracterizar las variaciones tridimensionales del manto antártico incorporadas en el estudio.

“Nuestro modelo 3D va pelando las capas de la Tierra como si fuera una cebolla, revelando variaciones dramáticas en el grosor y la consistencia del manto que se encuentra debajo. Este conocimiento nos ayuda a predecir mejor cómo responderán las distintas áreas al derretimiento”, dijo la coautora Maryam Yousefi, geodesista de Recursos Naturales de Canadá y anteriormente becaria postdoctoral en las universidades McGill y Penn State.

Es el primer modelo que captura la relación entre el hielo de la Antártida y la tierra subyacente con tanto detalle, añadió.

Rob DeConto, coautor y glaciólogo de la Universidad de Massachusetts, señaló que este estudio marca un gran avance en nuestra capacidad para predecir mejor los impactos del cambio climático en el aumento del nivel del mar y para informar políticas ambientales efectivas.

Los hallazgos de este estudio fueron publicados en Science Advances, y según sus autores ponen de relieve las desigualdades del cambio climático, señalaron los investigadores. Los países insulares, que son los que menos contribuyen a las emisiones globales, probablemente sufrirán las consecuencias, dijeron.

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