En el campo de la ciencia y la tecnología, dos innovaciones recientes prometen transformar nuestra comprensión del espacio y la alimentación: el robot insecto Rich Bot y el revolucionario arroz carnoso. Ambas propuestas destacan por su capacidad para abordar desafíos extremos y ofrecer soluciones pioneras en sus respectivos ámbitos.

Desarrollado por investigadores de la Universidad de Stanford, Rich Bot es un robot diseñado para explorar terrenos difíciles en Marte y la Luna. Inspirado en la estructura de los arácnidos, este robot presenta un cuerpo compacto con patas extensibles y pinzas que le permiten maniobrar en entornos complejos como cuevas y superficies irregulares. Su diseño único es ideal para zonas donde los robots tradicionales, basados en ruedas, resultan ineficaces debido a la inclinación del terreno o las irregularidades de la superficie.

El principal objetivo de Rich Bot es investigar cuevas en la Luna y Marte, áreas que podrían contener signos de vida pasada y ofrecer datos valiosos sobre los recursos planetarios. Estos lugares son de interés porque podrían proporcionar evidencia de vida antigua y están relativamente protegidos de las duras condiciones ambientales, como la alta radiación en Marte.

Actualmente, Rich Bot está en fase de pruebas y ha sido evaluado en un tubo de lava en el desierto de Mojave, California. Los resultados preliminares son prometedores, y se prevé la creación de más prototipos para mejorar su eficacia y capacidad en futuras misiones espaciales.

En otro rincón de la innovación, un equipo en Seúl ha desarrollado un “arroz carnoso”, que incorpora células de carne cultivada dentro de granos de arroz. Este avance es significativo porque ofrece una solución ecológica y ética para la producción de proteínas. El proceso implica recubrir granos de arroz con gelatina de pescado y luego inyectar células de carne vacuna antes de cultivarlas en una placa de Petri durante aproximadamente 11 días.

Este arroz enriquecido con proteínas y grasas podría tener un impacto considerable en la alimentación global, especialmente en situaciones de emergencia alimentaria y en el espacio. La estructura porosa del arroz permite que las células crezcan uniformemente, proporcionando una fuente de proteína animal sin necesidad de sacrificar ganado. Con un aumento del 8% en el contenido de proteínas y un 7% en grasas comparado con el arroz normal, este innovador alimento podría jugar un papel crucial en la nutrición en el futuro cercano.

Adicionalmente, en el campo de la medicina, se ha logrado un avance importante con la implantación de un dispositivo en el cráneo de un niño de 13 años para tratar su epilepsia severa. Este dispositivo, que cuenta con dos electrodos, ha reducido las convulsiones en un 80% al enviar impulsos al tálamo, interrumpiendo las señales eléctricas anormales en el cerebro. Este avance representa un rayo de esperanza para los pacientes con epilepsia resistente a tratamientos tradicionales.

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